María Oruña buscaba un tesoro en el Índico y lo ha acabado encontrando en Vigo
En 'L'albatros negre' la escritora gallega se adentra en la aventura de encontrar un galeón hundido durante la Guerra de Sucesión
Vigo"Aquí mismo hay restos de galeones, pero todo lo que se podía aprovechar ha sido saqueado, con o sin permiso", asegura la escritora María Oruña (Vigo, 1976) mientras navega bajo un cielo plomizo por la ría de Vigo, entre Corbeiro y Rande, donde el mar se estrecha. Hace 300 años, durante la Guerra de Sucesión, en ese mismo lugar el agua tragó decenas de fragatas y galeones durante la batalla naval de Rande, una de las más recordadas por los habitantes de Vigo. Los angloneerlandeses codiciaban las barrigas llenas de los galeones españoles de la Flota de las Indias que acababan de llegar del Nuevo Mundo, y los hispanofranceses, sin mucho éxito, intentaban protegerlas. Las naves fantasmas hundidas allí incluso inspiraron a Julio Verne. En 20.000 leguas de viaje submarino el capitán Nemo recorre las aguas de la ría para abastecer al Nautilus.
La épica de aquella batalla de 1702, que Vigo recuerda porque la ciudad no estaba muy protegida y la defendieron como pudieron las milicias, es decir, campesinos armados de forma bastante precaria, la recoge Oruña en la novela El albatros negro (Rosa de los Vientos / Plaza&Janes). El libro cuenta la historia de una joven entomóloga, un ex monje corsario y un aventurero español del siglo XVIII, y cómo tres siglos después se produce un crimen relacionado con un tesoro que se perdió en esa batalla.
El tesoro que quiere encontrar Oruña está relacionado con ese enfrentamiento naval que dejó miles de muertos, pero se encuentra más al norte del puente de Rande, en las islas Cíes. Concretamente, en la del sur, donde sólo se puede llegar en embarcación privada. "Aquí pasé muchos veranos de mi infancia. Dormíamos al raso. Si te adentras en la isla hay una selva", asegura. Una selva de helechos gigantes, pinos y eucaliptos donde todavía hay restos que dejaron los ermitaños que vivieron y donde la heroína de la novela es feliz observando la vida salvaje. Está en las costas de esta isla, a las que todavía puede ser peligroso acercarse, donde, según Oruña, supuestamente está el galeón con la barriga más llena de tesoros: el Nuestro Señor de los Remedios y San Francisco Javier.
Un tesoro real
"Me costó situar la novela en Vigo, porque Vigo es mi cobijo y no me gusta tocarlo, pero quería escribir una novela de aventuras y tenía muy claro que debía haber un tesoro real", dice la escritora. Oruña buscó tesoros en el Caribe, en un lugar del océano Índico... Al final, cuando ya estaba a punto de coger un avión para ir al Índico, en vano encontrar uno cerca de la playa de Calzoa, donde vive y donde ocurre el primer crimen de la novela. A la escritora le atrajo esta nave que se hundió en las Cíes. "Contacté con un submarinista que es contable, como en la novela, y que tiene unos grandes conocimientos sobre este galeón y decidí que debía investigar esta historia", asegura. "Hice investigación en los archivos e inicié la aventura de reconstruir el Vigo del siglo XVIII. He nacido y he crecido aquí y apenas sabía nada. Prácticamente no se ha hecho nada sobre la memoria de esta ciudad. Incluso, el Ayuntamiento está construido sobre una fortificación, cosa que debía ser ilegal en aquel momento." un puerto pesquero importante y hay una economía y un comercio marítimos, pero no deben sostenerse a costa de todo lo demás", añade.
Desde el mar, Oruña señala el lugar donde antes había un baluarte que se adentraba en el mar. Ahora hay un centro comercial imponente, y más al sur se encuentra el castillo de San Sebastián y un trazo de las murallas que fueron destruidas en el siglo XIX. Ahora el edificio que más destaca es el Ayuntamiento, construido en 1972, una gran torre de color indefinido que incluso los ciudadanos de Vigo encuentran horroroso. Caminando por el casco antiguo, la escritora busca los vestigios de aquel 1702: la casa en la que imagina que vivió Miranda, la heroína inspirada en la naturalista alemana Maria Sibylla Merian (1647-1717); la plaza Almeida, que era la plaza de las Cebes y donde se encuentran las dos casas más antiguas de la ciudad gallega, o la imprenta de Juan Compañel, donde la escritora imagina que Miranda imprime los dibujos con sus admirados insectos y donde, en realidad, se imprimió Cantares gallegos, de Rosalía de Castro.
Oruña explica que ha hecho mucha investigación, pero quizás la mayor complicación ha sido escribir de dos maneras diferentes en una misma novela. "Tenía que narrar de forma diferente y hacer los diálogos adaptados a cada época y que se notaran los cambios de registro", detalla. La escritora está convencida de que el tesoro sigue enterrado en algún lugar en el sur de las Cíes. "En los archivos está el documento que el galeón salió en 1699 de América, y está escrito que se perdió en la batalla que hubo en Vigo. Desgraciadamente, muchos documentos se han perdido o han desaparecido y tampoco tenemos documentación epistolar. La armada hizo una prospección en el sur de las islas Cies buscándolo". De momento nadie le ha podido desenterrar.