Pensamiento

Michel Wieviorka: "La sociedad israelí es cada vez más racista y está cada vez más enferma"

El sociólogo francés reflexiona sobre los orígenes del antisemitismo y el impacto de la masacre en Gaza

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El sociólogo Michel Wieviorka

Barcelona¿Se puede criticar a Israel sin ser tachado de antisemita? ¿Los judíos son víctimas puras? ¿Cuál es la situación del antisemitismo hoy en día? ¿Cuál es el origen de la hostilidad contra los judíos? ¿Qué es un semita? ¿Fue la creación del estado de Israel la respuesta al antisemitismo? ¿Fue una respuesta satisfactoria? A todas estas preguntas, ya muchas más, algunas bastante incómodas, responde el sociólogo francés Michel Wieviorka (París, 1946) en El antisemitismo explicado a los jóvenes (Libros del Zorzal, con traducción al castellano de Agustina Blanco). Discípulo de Alain Touraine, Wieviorka es actualmente director de estudios de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales de París. Fundador y editor de la revista sociológica Le monde des débats, ha publicado numerosos libros sobre terrorismo y violencia y racismo. Y conoce por experiencia propia el Holocausto: perdió parte de su familia en los campos de exterminio. Él es ateo.

A Wieviorka no le incomodan las preguntas y las responde todas. No es fácil en un contexto como el actual, en el que Israel está masacrando a la población de Gaza. No duda en calificar la política de Benjamin Netanyahu de "criminal". En el libro y en la conversación, que tiene lugar en el Instituto Francés de Barcelona, ​​el sociólogo insiste en aclarar conceptos que a menudo se malinterpretan. "El origen de la hostilidad contra los judíos no es racial sino religiosa, y el antijudaísmo es un sentimiento ampliamente difundido en el mundo cristiano en todas las épocas –explica Wieviorka–. La idea de raza nació en España cuando los Reyes Católicos expulsaron a los judíos a finales del siglo XV. Se inventó la categoría de pureza de sangre". Cuando fueron expulsados ​​los judíos, los que se quedaron no tuvieron otra alternativa que convertirse en cristianos (conversos). Para acceder a ciertas profesiones o cargos, debían probar que no tenían ningún antepasado judío hasta la quinta generación: En el resto del mundo, según Wieviorka, la idea de que los judíos eran una raza no se desarrolló hasta el siglo XIX.” El antisemitismo es un invento europeo y es el odio a un grupo humano considerado como una raza , los judíos", afirma.

Antisemitismo y antisionismo son conceptos diferentes. A finales del siglo XIX, en plena época de los estados nación, Theodor Herzl defendió que los judíos tuvieran su estado; esto es sionismo. En aquella época algunos judíos se opusieron rotundamente a la existencia de un estado judío porque consideraban a los judíos debían vivir allí donde estaban, en Alemania, Francia... "Esta oposición al proyecto sionista dio origen a la palabra antisionista, que primero fue una cuestión interna del mundo judío. Hoy también hay muchos judíos que miran con recelo el estado de Israel", destaca el sociólogo francés. "Mi padre y sus abuelos eran socialistas en Polonia y no estaban a favor de la creación del estado de Israel , querían vivir allí donde vivían. Antes de los años treinta, yo también podría haber estado en contra de la creación de un estado para los judíos, pero ahora ya está creado y no puedo aceptar la idea de destruirlo", afirma.

Un país cada vez menos democrático

El momento de la creación del estado de Israel es complejo, pero cuando las Naciones Unidas lo decidieron, votaron también a favor de un estado para los palestinos. "Es una historia sin fin sobre quien tiene derecho a existir. El problema es que Israel ha ido ganando espacio con cada guerra. Yo no puedo aceptar lo que ocurrió el 7 de octubre, fue una barbaridad, pero tampoco puedo aceptar la situación que vive el pueblo palestino", señala Wieviorka. "Creo que la sociedad israelí es cada vez más racista y está más enferma. No es fiel al proyecto inicial, que era un proyecto más o menos democrático. Hoy, con Netanyahu, el país es cada vez más nacionalista y extremista. Actualmente, no creo que sea posible un solo estado democrático con ambos pueblos; hay demasiado odio, han ocurrido cosas terribles", añade. Son muchas generaciones enfrentadas permanentemente. "Israel es seguramente el único país en el mundo para el que perder una guerra puede significar dejar de existir. La política de Netanyahu es criminal, pero lo interesante es intentar analizar cómo salir de esta situación de forma satisfactoria para todos. Habría que trabajar en encontrar las condiciones de una paz duradera, imaginar el camino para la paz", explica.

Una de las consecuencias de la masacre perpetrada por el ejército de Israel en Gaza es el aumento del antisemitismo: "El discurso antisemita está creciendo a la izquierda y, en cambio, está desapareciendo del discurso de la extrema derecha; esto tiene que ver con la geopolítica y, en parte, con lo que está ocurriendo en Israel. El antisemitismo empezó a aumentar hace ya varios años, a principios del siglo XXI", recuerda Wieviorka, para quien el antisemitismo desaparezca de los discursos de la extrema derecha institucional no quiere decir que sus votantes no sean antisemitas: "Para esta extrema derecha el problema no son los judíos, sino la inmigración que proviene de los países árabes. Pueden apoyar a Israel porque se enfrenta al mundo árabe. Se puede ser antisemita por razones religiosas y apoyar el estado de Israel", asegura el sociólogo. Bajo la superficie las cosas cambian. Puede ser que los diputados y líderes de extrema derecha no verbalicen el antisemitismo, pero sí el verbalizan algunos de sus simpatizantes.

El antisemitismo persiste, pero va cambiando de forma: “Actualmente, no se habla de judíos en clave de raza sino que se les señala como causantes de muchos males. Los judíos son perfectos para las teorías de complot; la idea de que los judíos organizan el mundo para ser más poderosos está bastante presente", destaca Wieviorka. Es un antisemitismo diferente al de antes de la Segunda Guerra Mundial y del antijudaísmo anterior. "Es una mezcla de cosas muy complejas que incluyen la existencia del estado de Israel, el recuerdo de la Segunda Guerra Mundial... Quizá deberíamos inventar una nueva palabra para definir el odio de hoy a los judíos", concluye.

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