Los 20 mejores discos de 2023

BarcelonaArtistas y grupos con tres décadas de trayectoria han sorprendido con obras mayúsculas, justamente en un año de nuevas revelaciones y consolidación de promesas. Mandan las solistas, algunas de las cuales se proyectan desde la música de baile, pero también hay bandas, tríos y dúos. Temáticamente, 2023 ha sido bastante variado: siguen marcando el camino las canciones sobre desastres sentimentales, al tiempo que hay espacio para fantasías, historias terribles y una interesante dosis de denuncia. Así es la elección de discos del 2023 del ARA.

Ha sido tan abrumador el triunfo de Flowers, sin duda la mejor canción del año y una de las más acertadas reflexiones sobre la rotura de una pareja, que el disco Endless summer vacation ha quedado en segundo término. Sin embargo, es un álbum notable con el que Miley Cyrus endereza la carrera artística, como si después de probar diferentes estilos, hubiera encontrado la cima desde la que dominar el mundo.

Natanael Cano, Carín León y, sobre todo, Peso Pluma han puesto los corridos tumbados en el mapa de las músicas populares en este 2023, e incluso han llamado la atención de divas como Shakira. El corrido mexicano tradicional, la actitud trap y el romanticismo conviven en canciones que no solo se adscriben en la narcocultura. Y Peso Pluma es quien más éxito ha tenido en todas partes, incluida una sesión con Bizarrap.

Queda pendiente es la forma que tienen la violinista Sara Fontán y el batería Edi Pou (del dúo Za!) de dejar constancia registrada de una de las propuestas artísticas más interesantes del país: underground instrumental al servicio a la vez de la vanguardia y la memoria popular. Además, cuentan con el aval de unos directos, solos o con proyectos compartidos con otros, que son experiencias muy recomendables.

La noticia llegará el día en que Marco Mezquida deje de sorprender. Por el momento, podemos disfrutar de aventuras extraordinarias como este Tornado en el que el pianista menorquín, el bajista japonés Masa Kamaguchi y el batería banyolí Ramon Prats desatan un alud de creatividad: libertad jazzística, pasión clásica y diversión a cargo de tres músicos que juegan en una liga propia.

Guts quizás no llega a la cima que alcanzó con el álbum de debut, Sour (2021), pero es el disco que confirma el estatus de la estadounidense Olivia Rodrigo como diva del pop-rock juvenil. Ahora toma las derrotas sentimentales con cierto estoicismo, a ratos con rabia, y de ese material emocional salen hits como Vampire y All-american bitch.

Reconocido por el ministerio de Cultura español con el premio nacional, el asturiano Rodrigo Cuevas sigue ensanchando las fronteras de las músicas de raíz en un disco producido con Eduardo Cabra (ex Calle 13), que celebra con naturalidad el amor, el deseo, la lengua asturiana, la tradición oral, los instrumentos de cuerda pulsada y un buen bombo de tecno.

Una de las sorpresas del año. No era fácil prever que uno de los grupos más destacados del brit-pop de los años 90 haría un disco como The ballad of Darren, con Damon Albarn buscando en un registro más grave la forma de ser un crooner del 2023. Mirando al pasado juvenil sin ira, Blur despachan notables monumentos como The narcissist y St. Charles square.

“Robe me inspira porque tiene sesenta años y no se le ha ido la inspiración”, dice David Muñoz, de Estopa. La última evidencia es este disco en el que el exlíder de Extremoduro mete la cabeza en el pozo para sacar demonios y ansiedades diversas. Rock inimitable con al menos tres canciones a la altura de lo mejor de su repertorio: Nada que perder, Viajando por el interior e Ininteligible.

El origen de este disco son las canciones que el dúo Hidrogenesse hizo para la exposición de David Bestué en la Fabra i Coats de Barcelona. A golpe de electropop, Genís Segarra y Carlos Ballesteros explican la Barcelona que desmiente el ideal autocomplaciente en canciones como El alcalde lo intentará. Es la ciudad que “todo lo desmenuza” heredera de aquella ciudad podrida que denunciaba La Banda Trapera del Río.

L'amor fa calor (2020) fue un punto de inflexión para la leridana Clara Viñals. Ese impulso se confirma en La boca aigua, un disco de pop bailable de atardecer hedonista y club nocturno que contrasta con unas letras sobre toxicidades y temáticas terribles. Grandes canciones como Globus y S'está millor al carrer coronan el mejor trabajo de Renaldo i Clara.

La barcelonesa Julieta Gracián ha encontrado el qué y el cómo: pop electrónico bailable con la dosis justa de melancolía y una producción e interpretación ideales para la nocturnidad de los clubs. Además, toma buenas decisiones, como el tema Lokura que da continuidad al disco, colaboraciones con Mushkaa y The Tyets, y el reclamo de marketing I'm the catalan dream.

Una voz que parece de juguete, la constancia rítmica del afrobeat, Britney Spears como referente pop y la historia del R&B y el hip-hop como cobijo confluyen en la música de la estadounidense Ama Serwah Genfi, alias Amaarae. Todo ello, además del lujo desplegado en la producción y contenido de las letras y de un superhit cómo Angels en Tíbet.

Es sin duda el disco más ambicioso de Silvia Pérez Cruz, una suerte de autobiografía musical en la que confluyen buena parte de los intereses musicales y poéticos del artista de Palafrugell. Existe la complejidad morentiana de Salir distinto, la delicadeza habanera de Els dracs busquen l'abril, el canto a capella de Em moro… Y sobre todo la generosidad de convertir el disco en una proclama coral con invitados elegidos con criterio y sensibilidad.

Este álbum de la neoyorquina Caroline Polachek empezó en el 2021 con la canción Bunny is a rider. Al año siguiente se añadió Billions, una balada del siglo XXI, pero entre Kate Bush y Mike Oldfield. En 2022 llegó la rumbera Sunset... Y las tres contribuyen, junto con Smoke, a catapultar un tratado sobre el deseo en clave de pop más o menos experimental y muy inspirado.

"Nuestro objetivo es hacer canciones buenas, que nos emocionen", dicen los ampurdaneses Cala Vento. Para conseguirlo, te colocan la guitarra eléctrica en los morros y caminan a toda pastilla hacia el estribillo. Indie rock de espíritu hardcore con canciones imbatibles como Passar pantalla y Equilibrio, en un disco dedicado a la memoria del escritor Vicenç Pagès Jordà, tío de uno de los miembros del dúo.

La chilena Mon Laferte tiene una personalidad artística tan sólida que es capaz de hacer triples mortales sin red y caer de pie. Por eso puede levantar un bolero de rabia y hiel como Pornocracia e incluirlo en el mismo disco que la salsa romántica Amantes suicidas, el nocturno trip-hop Tenochtitlan, el oscurísimo reggaeton NO+SAD y una Casta diva construida sobre el aria de Norma como si fuera Björk.

Los irlandeses Lankum, que forman parte de la letra pequeña del Primavera Sound 2024, han realizado un cuarto álbum gigante. Siguen removiendo la parte más terrorífica del folk, como unos Pogues apocalípticos, con joyas como el lamento de la cantante Radie Peat en la adaptación de la balada tradicional Go dig my grave (también conocida como The butcher's boy), pero igualmente saben iluminar la oscuridad, tanto en las adaptaciones del cancionero tradicional irlandés como en los temas propios. Más que un disco, un estado de ánimo magnético.

Hay discos que entran por los pies y después no te los puedes sacar de la cabeza. Es lo que ocurre con el hedonismo disco de este álbum de la británica Jessie Ware. Hace diez años fue una de las revelaciones del Primavera Sound y hoy tiene un papel destacado en las listas de lo mejor de 2023 en todas partes. ¿La fórmula? Funk, disco, retropop, un pellizco house y una gran voz.

La Ludwig Band lo tiene todo: las canciones, la interpretación y la puesta en escena. Es en los conciertos donde se aprecia debidamente la auténtica dimensión del sexteto, pero nada sería igual sin el trabajo realizado en este tercer álbum, la consolidación definitiva de uno de los grupos más talentosos del país. Al torrente dylaniano y a la poética insolenta de Pau Riba, añaden el empuje del Springsteen joven y un buen puñado de versos cabreados. Todo ello para despegar canciones como Manela, no vull currar per vostè y El meu amor se n'ha anat de vacances.

Hay discos más allá del tiempo que les ha tocado vivir. Es el caso de este I inside the old year dying de la británica PJ Harvey, culminación de una trilogía iniciada con Let England shake (2011) y The hope six demolition project (2016). Son tres discos unidos por la voluntad de ir más allá del lenguaje musical con el que ella misma maravilló en los años noventa con álbumes como Rid of me (1993) y To bring you my love (1995). Ahora, inventando nuevas tradiciones instrumentales y de la mano de la artesanía electrónica, PJ Harvey toma como punto de partida su poema épico Orlam para crear un universo entre el realismo mágico y el folk de las tinieblas. Elvis Presley, Shakespeare y Keats se ciernen en esta historia sobre una niña que vive entre la fantasía y la niebla. Disco del año por muchas razones, incluida la singularidad de la propuesta.