Andrés Salado, nuevo director titular del "milagro del Vallés"

Barcelona"La Orquesta Sinfónica del Vallès es un milagro", dice Andrés Salado (Madrid, 1983), que en septiembre asumirá su cargo de director titular. Con su incorporación, la Sinfónica del Vallès (OSV) estrenará también una estructura artística para "hacer frente a la actividad creciente de la orquesta", tal y como explica el presidente de la OSV, Jordi Cos. Por ahora, la formación vallesana hace unos 140 conciertos al año, incluida la temporada de la Fundació Òpera Catalunya, y tiene 45 músicos en plantilla y capacidad de maniobra suficiente para acometer proyectos que requieren más músicos como la Sinfonía núm. 1 de Mahler que dirigirá el propio Salado esta semana: el viernes 28 de marzo en el Teatro la Farándula de Sabadell, el sábado 29 en el Palau de la Música y el domingo 30 en LaFact Cultural de Terrassa. "Andrés seguirá contribuyendo al crecimiento de la orquesta", dice Cos.

Salado trabajará coordinado con Xavier Puig, que ha sido el director titular desde 2018 y que ahora será director residente. Puig, por cierto, compaginará esta responsabilidad como residente con la dirección titular del Orfeó Català a partir de septiembre. A efectos prácticos, Salado realizará catorce semanas anuales de actividad con la OSV y Puig, según Cos, "cuidará el núcleo artístico". "Mi función tiene una parte de dirección, porque somos directores y estamos enganchados al escenario como un cocainómano en la cocaína, pero también tiene una parte de gestión", explica Puig, que en septiembre se hará cargo de la dirección titular del Orfeó Català. Puig también supervisará el cumplimiento del plan de mejora artística de la OSV, un milagro en varios sentidos: por la estructura (la orquesta es una cooperativa) y por el volumen y variedad de la actividad. "También es un milagro que dos directores se entiendan, en ese mundo tan competitivo", dice Salado.

Andrés Salado ha sido director titular y artístico de la Orquesta de Extremadura desde 2021 y hasta ahora; y desde febrero dirige la Sinfónica Nacional de Costa Rica. La relación con la OSV comenzó en el 2020. Por tanto, conoce la idiosincrasia de la formación vallesana, que define como "una aldea gala en el mundo de la música", por la forma en que abarca el país y por el compromiso con la cantera musical. "Creo en una profesión fresca, que crea en los grandes nombres y en el talento local", dice Salado, admirador del director sueco Herbert Blomstedt, "gente buena que parece hoy una especie en extinción".

Sobre el trabajo que quiere desarrollar con la OSV, siempre "comprometido con el sonido, el repertorio y la calidad", el objetivo es "crecer haciendo crecer", atento al relevo generacional y con "una obsesión". "Mi obsesión principal es el sonido. Me gusta construir desde el sonido. Quiero que la OSV, que es una orquesta tan ecléctica que tan pronto puede dar conciertos de bandas sonoras como valses o grandes sinfonías, tenga una identidad a partir del sonido", avanza.