Ca7riel & Paco Amoroso triunfan con ironía y romanticismo
El dúo argentino responde a las expectativas en el concierto en el Sant Jordi Club
BarcelonaDesde que actuaron en el Festival Cara B, cada concierto de Ca7riel & Paco Amoroso logra sumar incondicionales a una de las propuestas más singulares de la música argentina. Catriel Guerreiro y Ulises Guerriero tienen alma de rapsodas y un corazón que bombea a ritmo de hip-hop, y supieron aprovechar la coyuntura estética del trap, pero lo que realmente les hace destacar es la habilidad a la argentina con la que incorporan colores con más de medio siglo de historia como el funk. De hecho, durante buena parte del concierto del martes en el Sant Jordi Club, parecían a la vez herederos de Prince y Luis Alberto Spinetta. Y no es solo la sonoridad, sino también la disposición escénica. Han tocado la tecla.
Empezaron la actuación con Dumbai, una de las bombas funk que tocaron en aquel concierto en el programa Tiny Desk tan memorable y que han incluido en el disco Papota (2025). Sobre el escenario había una decena de músicos, incluidos un percusionista, dos coristas y una sección de metales. Detrás, dos inmensas cabezas inflables de Ca7riel & Paco Amoroso. I delante, ellos dos sentados en taburetes en el centro del escenario, una imagen característica del duo argentino. Con esta disposición y el favor del público que llenaba el recinto, hicieron la mitad del concierto, a veces abriendo la puerta a arreglos de teclado que harían sonreír con complicidad a Stevie Wonder, otras removiendo con ironía el romanticismo sensual de piezas como Mi diosa y Mi deseo, y de vez en cuando haciendo proclamas funk explícitas, como los riffs de guitarra con la que Ca7riel adorna Impostor o Bad bitch. Los injertos jamaicanos no fluyen tan bien, pero sí funcionan las melodías que viven en el pop latino, y sobre todo son imbatibles las canciones en las que manda el carisma, como ocurre en Pirlo. "Es la canción más triste que tenemos", aseguraron antes de abuchear al público para que todo el mundo activara la luz del móvil. También es la canción con la metáfora romántico-futbolera definitiva: "Sin ti, soy como Italia sin Pirlo".
Carismáticos y burlones
Liberados de los taburetes, la segunda parte del concierto tuvo menos unidad sonora. Hubo espacio para las diabólicas derivadas de hip-hop oscuro de Ca7riel y, sin músicos en el escenario pero con profusión de láseres verdes, llegó la hora de la electrónica. Era como pasar de una actuación en el Festival Mas i Mas a un show en el Sónar de Noche, y todo el mundo feliz; público de varias generaciones, por cierto.
El funk reapareció en el bloque final, cuando más explícita se hizo la ironía con la que el dúo argentino asume la música, sobre todo las expectativas de la industria musical. Hablan de ello en Baby gangsta, que sonó al principio del concierto, pero aún más en Tetas, una de las canciones de Papota, que culmina con una amarga constatación: "si quieres ser alguien, no puedes ser tú; debes ser alguien que no seas tú, y si quieres ser tú, no serás nadie". Ni que decir tiene que Ca7riel & Paco Amoroso sí son alguien.