Crítica de música

El compositor, la soprano y la orquesta

Albert Guinovart, Ermonela Jaho y Franz Schubert Filarmonía homenajean a Victoria de los Ángeles en el Palau de la Música

2 min
Tomàs Grau, Albert Guinovart y Ermonela Jaho con Franz Schubert Filharmonia en el Palau de la Música.
  • Palau de la Música, 19 de febrero de 2024

Dejémoslo claro de entrada: de todos los homenajes a Victoria de los Ángeles a los que ha podido asistir quien firma estas líneas, el del lunes por la noche es el que más cerca ha sido del espíritu de la soprano barcelonesa. Han contribuido sin duda la elección del repertorio y los agentes que lo han hecho posible: el compositor Albert Guinovart y la soprano Ermonela Jaho. Y Franz Schubert Filarmonía.

A estas alturas, es redundante alabar las virtudes de la cantante albanesa: Jaho tiene un timbre cristalino, exhibe un buen gusto insultante en la emisión del sonido y expresa la belleza inmarcescible de las páginas puccinianas con una sensibilidad que emociona . La primera parte del concierto, a base de arias de Puccini y de interludios sinfónicos del compositor de Lucca, nos hizo evocar, no sin emoción, el gigantesco legado de Victoria de los Ángeles. Y la sonoridad transparente de la orquesta, pese a la anodina dirección de Tomàs Grau, contribuyó a esta percepción.

La centralidad del evento, sin embargo, era Albert Guinovart, un compositor que no descubriremos ahora y que como pianista fue uno de los músicos que estuvieron junto a Victoria en su última etapa como intérprete de recitales en todas partes del mundo. Nadie mejor que Guinovart, pues, para homenajear a la amada soprano con el estreno de la Sinfonía de los Ángeles, en la que ve y orquesta (como si se tratara de una página de Mahler) dialogaron gracias a la maravillosa y sabia partitura del autor de Mar y cielo. El postromanticismo que siempre ha caracterizado al lenguaje de Guinovart se ha puesto al servicio de una página madura, nuevamente bien defendida por la orquesta, y en la que las referencias al repertorio de Victoria de los Ángeles eran más que una anécdota, desde Cerca de los remparts de Séville de Carmen hasta canciones populares españolas y catalanas, pasando por los lieder de Schubert.

Una obra, la de Guinovart, que hay que grabar y dar a conocer por su calidad y sentido último conferido a la ocasión, un homenaje a una de nuestras artistas más internacionales, bien servida nuevamente por Jaho y por el rendimiento de los músicos integrantes de esta orquesta. Y que con otro director por delante seguramente llegaría a cotas de máxima excelencia.

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