Fin de fiesta sin pena ni gloria
Ludovic Morlot cierra la temporada de la OBC dirigiendo un programa francés con obras de Ravel y Chausson
- El Auditorio. 14 de junio de 2025
Dudo de que la temporada 2024-2025 de la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Catalunya (OBC) sea especialmente recordada por algo brillante. Durante los últimos nueve meses han faltado ideas, imaginación y creatividad en la programación y, sobre todo, liderazgo en la dirección.
Ludovic Morlot no es un mal director, pero ni se ha metido a sus músicos en el bolsillo ni ha tenido una especial conexión con nuestro público. Resultado del concierto final de temporada: sin pena ni gloria, como aquellas fiestas a las que uno está invitado, asiste por compromiso, se aburre y encuentra cualquier rendija o excusa para volver a casa, ponerse una buena película en blanco y negro, tomar una infusión, lavarse los dientes y acostarse, que mañana será.
Esta ha sido la sensación que uno tenía mientras salía, el sábado por la noche, de L'Auditori. Y eso que se programaba una deliciosa obra de Ravel como El hebre espagnole, que, junto con El enfant te las sortilèges, es una de las grandes obras escénicas del músico vascofrancés. Reparto de pasa-que-te he visto (¿quién le encuentra la gracia en el barítono Alexandre Duhamel, que hemos visto en alguna otra ocasión en el Liceu?), dirección sin temple teatral y trasfondo orquestal de ir haciendo. Ningún desastre y pocas alegrías. Voilá.
Tuvimos un poco más de suerte con Daniel Lozakovich, alucinante violinista que con su Stradivarius se reveló como un pedazo de músico ante dos retos mayúsculos como el Poeme de Ernest Chausson y, sobre todo, Tzigane de Ravel. Acentos bien marcados, fraseo de ensueño y equilibrio entre sentimiento y razón –crucial para la interpretación de la música francesa– presidieron su actuación. Antes, la OBC había calentado motores con la versión orquestal de Kenneth Hesketh al servicio de otro Ravel, en este caso Sites auriculaires, originalmente para dos pianos.
Tres horas después del inicio del concierto, acabábamos la jornada en casa, viendo por enésima vez Todo sobre Eva del gran Joseph L. Mankiewicz. Es lo que tiene haber estado en una fiesta de clausura de una temporada, si no decepcionante, sí muy poco estimulante. E ir haciendo.