Clásica

Jordi Savall triunfa en Peralada dos décadas después

El músico vuelve a Peralada con un concierto dedicado a los tres Luises reyes de Francia

2 min
Jordi Savall en el Festival de Peralada
  • Jordi Savall y Le Concert Des Nations
  • Iglesia del Carmen / Castillo de Peralada
  • 31 de julio de 2023

Jordi Savall regresó al Festival de Peralada, donde llevaba veinte años sin actuar, y lo hizo en una iglesia del Carmen llena de fieles seguidores. Acompañado por seis músicos de Le Concert des Nations, Savall dedicó el concierto a la música barroca francesa, composiciones no muy conocidas actualmente, pero que en su día conformaron un estilo seguido en toda Europa.

Con su viola de gamba baja de siete cuerdas Barak Norma de 1697 y oficiando de director, los primeros compases de la sarabanda de la Suite del Ballet de Stockholm, de Guillaume Dumanoir, nos abrieron las puertas a la corte de Versalles del siglo XVII, recreando la imagen de reyes y cortesanos bailando al son de la música. El grueso de la velada correspondió a los compositores de Luis XIV, un feroz defensor de las artes, empezando por dos músicos que revolucionaron el arte de la viola de gamba: Monsieur de Sainte-Colombe, Le Père, y su alumno Marin Marais, que acabó convirtiéndose en uno de los mayores eruditos de este instrumento. Maestro y alumno son los protagonistas del famoso film Todas las mañanas del mundo.

Savall explicó –aunque apenas se le oía– que Sainte-Colombe instauró una séptima cuerda en el instrumento para profundizar en los sonidos más graves. Y a continuación, con Philippe Pierlot, también con una viola de gamba de siete cuerdas, interpretaron el Concert XLI à deux violes égales: Le retour, de Sainte-Colombe, y de Marais hicieron dos piezas del segundo libro, Pièces de viole: Tombeau pour monsieur de Sainte-Colombe, dedicado al maestro, en el que Savall anunciaba cada movimiento, ya que estaba fuera de programa. También tocaron Couplets de folies (Les folies d'Espagne), una de las piezas más conocidas de Marais, donde las dos violas hicieron gala de una extraordinaria digitación para acabar a un ritmo rapidísimo con todos los músicos en escena: Manfredo Kraemer en el violín, Charles Zebley en la flauta travesera, Enrike Solinís en la tiorba y en la guitarra barroca, Marco Vitale en el clavicémbalo y Pedro Estevan a la percusión y las castañuelas. Fue una de las piezas más aplaudidas de la noche.

Jordi Savall triunfa en Peralada dos décadas después

Para cerrar el ciclo del Rey Sol, interpretaron el Troisiême concert royal, de François Couperin, en un delicioso diálogo entre flauta y violín. Ya entrados en el reinado de Luis XV, escuchamos la ópera-ballet Les éléments, de Jean-Féry Rebel, y la Sonate VIII à trois (Re mayor, Op. 2, núm. 8), de Jean-Marie Leclair.

Los aplausos, con todo el mundo de pie, fueron premiados con dos bises, la Bourrée d'Avignonez (anónima), una pieza muy festiva estrenada en 1600 con motivo del nacimiento de Luis XIII, que estableció los precedentes de la orquesta barroca, según explicó Savall; y Tamborins I y II, de Jean Philippe Rameau, junto al clavicembalista Marco Vitale haciendo divertidos gestos que arrancaron las risas del público.

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