Judit Neddermann: «El proceso de grabación con Joan Manuel Serrat fue una masterclass»
La cantante de Vilassar de Mar publica un disco con el guitarrista Pau Figueres
BarcelonaLa cantante Judit Neddermann (Vilassar de Mar, 1991) y el guitarrista Pau Figueres (Barcelona, 1989) llevan muchos años compartiendo escenarios, pero hasta ahora no habían grabado todo un álbum ambos solos. El resultado es Judit Neddermann & Pau Figueres (Música Global, 2025), un disco íntimo que reúne diferentes tradiciones: de la canción a la música brasileña, con conexiones con el folk estadounidense y folclores peninsulares y latinoamericanos diversos. Lo presentan esta semana a dúo: el 10 de abril en Barcelona (La Paloma), el 11 en Argentona (La Sala) y el 12 en el Festival Strenes de Girona (Teatro Municipal).
Paz, ¿qué te aporta Judit, musicalmente?
— Pau Figueres: Me aporta libertad y seguridad.
Y a ti, Judit, ¿qué te aporta Pablo?
— Judit Neddermann: También libertad y seguridad y mucha inspiración a la hora de cantar. Lo que él crea en el momento me hace cantar mejor de lo que iba a cantar si me estuviera acompañando yo. Y esto me encanta.
¿Era una asignatura pendiente hacer un disco ambos solos?
— JN: El pasado año celebré los diez años de carrera y fui muy consciente de todo el recorrido: los cinco discos anteriores con la banda, y con colaboraciones y músicos añadidos. Por tanto, cinco giras con varios formatos y muchas aventuras. Además, estamos saliendo más que antes, lo que me hace muy feliz, porque era uno de los objetivos del cuarto disco, y me resultaba muy evidente que era mucho mejor llevar un formato portable, más reducido. Con Pau hemos hecho cientos de conciertos, y siempre eran las versiones acústicas de lo que teníamos grabado con toda la banda, y ahora teníamos una oportunidad muy bonita de grabar ambos solos. Siempre me emociono mucho cuando él toca por primera vez la canción que le he enviado, y dije: capturaremos ese momento, no hace falta que le demos muchas vueltas, y él estuvo muy de acuerdo. Así quedó el disco, y todo este año y parte del siguiente estaremos girando en este formato más manejable, que es muy inspirador ya mí me relaja y me libera como artista.
Se acuerda más con el mercado ahora mismo.
— JN: Sí.
Pau, en canciones como La suerte de tenerte cerca y No es verdad, es inevitable pensar en la influencia de Toti Soler, por el virtuosismo de la guitarra, pero también por la forma en que respetas la voz de Judit.
— PF: Sí, Toti Soler es una gran inspiración para mí, y en este disco sale más explícitamente su influencia. Concretamente en No es verdad, que es una poesía musicada, y él es un maestro. La forma en que contesta la voz y cómo le deja espacio, todo esto lo he aprendido de él.
Judit, el álbum anterior, Lar, era un disco conceptual que giraba en torno a la idea de refugio. ¿En el nuevo disco manda más el formato de dúo que el vínculo temático de las canciones?
— JN: Con Lar me di cuenta de que todas las canciones tenían que ver con sentirme protegida, sentirme en casa, y tener muy claro cuál es mi espacio. Y, vistas a posteriori, las del disco nuevo son canciones con mucha esperanza. Pero no es algo que busque antes de componerlas. La única canción que quizá sea más triste es Me llueve dentro, porque estos últimos dos años he tenido un único disgusto, por suerte. Pero todas las demás son más de respuesta, de ver cómo está el panorama e intentar conectar con la alegría y la esperanza de mi vida.
Hablas de un disgusto...
— JN: Sí, con una amistad. Bien, no es un disgusto de culpar al otro, que es lo primero que nos sale, sino cuando te das cuenta de que parte del problema es tu propia expectativa. Por una parte, la canción explora el hecho de responsabilizarme de las cosas y no culpar a la otra, pero, por otra, pregunto qué habríamos llegado a vivir si el otro hubiera sido como yo esperaba.
La Guiomar de Enana para la Guiomar Qué es alguien real?
— JN: Es una amiga mía que es madre soltera y parió dos gemelos sola. Yo la acompañé al parto. Es una persona muy importante, muy especial, y le regalé la canción. La madre de Guiomar murió y tanto ella como los niños la tienen muy presente a pesar de no estar. Ella les explica que la abuela está en el cielo y que... De hecho, les he generado un lío a los niños que tienen cuatro años. Guiomar siempre les ha dicho que la abuela es una estrella, y en la canción, digo: "la abuela te envía dos estrellas". Y ahora los niños dicen: "¿Pero la abuela no era una estrella? Nosotros no somos estrellas, estamos aquí".
Hace un tiempo ya, que es una composición de Pau Lobo y Arnau Figueres (el hermano de Pau), ¿desde dónde la cantas?
— JN: Ésta es un duelo. Cuando cantar te ayuda a superar la pérdida y sonríes recordando a esa persona. Me apetecía mucho grabarla, primero porque me encanta la canción, y emocionalmente conecto como si fuera mía; y después porque mi abuelo murió hace un año. Pude acompañarle hasta el final, y viví la muerte de una forma muy cercana y espiritualmente muy tranquila. Y me pasa esto, que lo tengo presente aunque no está físicamente, y puedo recordarlo con una sonrisa.
Ha hecho un disco muy familiar. Judito, está tu hermano Enric, que es joyero y hace la joya de la portada; y tu hermana Julia, que es...
— JN: Es que resulta que se han hecho artistas, y les admiro mucho. Me encanta su concepción artística; me sorprende y me representa. Le dije a mi hermano si quería hacer una joya, le pasamos las canciones y nos enseñó la que sale en la portada; fue increíble. Y Julia es muy fina y muy moderna.
¿Tus padres también son artistas?
— JN: No se dedican a ello, pero siempre han hecho una cosa u otra. Han tocado en muchos grupos. Siempre hemos vivido el arte en casa. Mi padre también pinta, ha hecho teatro... Las conversaciones familiares suelen ser sobre música o arte en general.
Una de las singularidades del disco es la colaboración de Joan Manuel Serrat. Has cantado muchas veces con él, pero no habías publicado una canción tuya cantada por él. ¿Cómo le convenciste?
— JN: Sentí que era el momento, porque tenía la oportunidad de regrabar en el formato más íntimo Vengo de un pueblo, que es hija de las canciones de Joan Manuel Serrat. Me parecía que era el momento ideal para proponérselo. Y nos dijo que sí. Entonces vino al estudio y grabó. Tan natural como lo cuento, y tan grandioso como es. Lo encontré muy contento, muy tranquilo. Mucho trabajador, también. Todo el proceso de grabación fue una masterclass para mí. Tener una canción con él es una de las cosas que más celebro de mi carrera.
¿Cuál es el mejor recuerdo que tiene relacionado con la música?
— JN: Una de las cosas más impactantes que recuerdo fue un concierto en plaza Catalunya, en las Fiestas de la Mercè. Tocando con Coetus, yo estaba haciendo los corazones y, de repente, un bailarín saltó por encima de los tambores. Se puso delante a bailar, y la gente enloqueció. Fue un momentazo, de decir: ¡qué poder tiene la música! Muchas veces hemos llegado a sitios increíbles haciendo música. Por ejemplo, cantando con Joan Manuel Serrat en el Palau de la Música, recuerdo mucho estar mirándonos acabando Lucía. Tengo muy presente ese momento.
— PF: No sé si podría decir sólo uno, pero recuerdo las veces que iba a Palautordera en el taller de Arcadio Marín, que era un lutier soberbio. Cada vez que terminaba una guitarra o le hacía un retoque era muy mágico. Sentía la emoción de un niño pequeño en la noche de Reyes.
¿Y un recuerdo que le gustaría olvidar?
— PF: Cuesta elegir uno solo. Por ejemplo, me estresan profundamente los aeropuertos cuando viajo con la guitarra, porque padezco por la guitarra.
— JN: Hay gente muy preocupada por demostrar que ha hecho cosas muy increíbles. Es muy habitual que llegues a cualquier sitio y todo el mundo te cuente sus glorias pasadas. Me parece tan raro, tan innecesario... Cuando llegas a un sitio puedes preguntar qué tal y hacer lo que has ido a hacer, porque es muy digno y precioso que estemos haciendo música en tantos contextos y con tanta gente diferente. Pero claro, hay mucha gente que necesita ubicarse. Y es terrible. Me parece un robo de energía y tiempo.
¿Cómo si fuese una competición de ver quién ha hecho cosas más importantes?
— JN: No hablo de los músicos, ¿eh? Porque entre los músicos, afortunadamente, hay mucho compañerismo. En Barcelona, en especial, siento que somos todos colegas y cuando nos encontramos nos hace una ilusión genuina. No siento competición, sino que cada uno hace su camino y nos alegramos unos por otros. Esa sensación la tengo más quizá con los festivales o promotores.
Judit, por cierto, qué te ha parecido la experiencia teatral de Tirando lo Blanco?
— JN: Muy bien, porque he podido compaginarla con la anterior gira, que acabó en octubre. Me he sentido como casi de vacaciones, porque tocaba en un proyecto que toda la producción y toda la dirección artística corre a cargo de otras personas. Yo sólo tenía que ir al teatro a la vuelta de la esquina. Estaba todo montado, el equipo era guapísimo y el peso de la obra lo llevaban los actores, porque en este caso la música es un complemento. Me sentía muy tranquila y muy libre. De hecho, tengo muchas ganas de tener más experiencias teatrales en el futuro.