Las Karamba: "Para hacer bien las cosas es necesario cuidar la música, y hacerlo pacientemente"

Barcelona"Todo se puede bailar. Cantamos lo bueno y lo malo, pero que se pueda bailar", dice Liviet Ojeda, bajista del grupo barcelonés Las Karamba. Éste ya era el espíritu de la salsa feminista que desplegaron en el disco Camino así (2021). Ahora lo consolidan en el álbum Te lo digo cantando (Guspira, 2024), nueve canciones que reúnen experiencias vitales y musicales vividas en los últimos tres años. Además, con colaboraciones de Rita Payés y Toni Sagi Chupi en el bolero Me lo dijo el silencio, y de la cantante madrileña Elena Salguero en Cocteleo. "Han pasado muchas cosas en este tiempo. Hemos hecho una gira que nos ha llevado a muchos sitios: México, Suiza, Alemania, Austria... Y el disco refleja la evolución creativa y personal de cada una", explica Rita Baulida, percusionista del sexteto que completan la teclista Natasha Arizu, la cantante Ahyvin Bruno, la conguera Ahylin Bruno y la flautista María Gil.

De la experiencia como grupo han salido canciones como Ego, que reclama más humildad y menos prepotencia. "Nació de algo que vivimos que tenía que ver con relaciones laborales", admite Arizu. "Va dirigida a una piedra en el camino que nos encontramos como banda. Derivamos la rabia hacia allí, pero puedes extrapolarlo a cualquier situación", añade Baulida. La letra la visten de salsa-rap con toque jazzístico. De la experiencia vital de Ahyvin Bruno y Liviet Ojeda, "las madres del grupo", surge Desde que legaste, ritmo de sueño para hablar de la maternidad. "Queríamos hablar de lo que no se habla tanto, de las noches sin dormir, de la necesidad de que el bebé duerma para que yo pueda hacer mis cosas, del cambio que experimentamos las madres, porque dejamos de ser como éramos para tener a una persona que depende de nosotros al 100% Siempre te dicen «qué bonito, que guapa que estás embarazada», pero no te dicen que no podrás dormir, que te cambiará el cuerpo, que te harán daño las tetas», explica Ojeda. La canción, claro, lo dice haciendo bailar.

Buscando la estabilidad

El impacto de la música de Las Karamba se multiplica en los conciertos, como los de la gira que las llevará a países como Grecia, Suecia y Alemania en los próximos meses. "Todas estamos metidas en este carro", dice Baulida sobre la convicción de las seis a la hora de sacar adelante el proyecto, pese a que "la industria musical" no lo pone fácil. "A veces tardan mucho en pagarte. Y cuando vas al supermercado no puedes decirle a la cajera que le pagarás la compra cuando te paguen el concierto", explica Arizu. "Cuesta vivir todo el año sólo del grupo, porque después del verano tienes tres meses sin conciertos. Por ejemplo, para hacer el disco teníamos que hacer una inversión muy grande, y acabamos haciendo un verkami. Te encuentras retos monetarios para hacer el disco, aparte de la situación personal de cada una. No es fácil, pero esperamos que en los próximos años todo sea algo más estable", dice Baulida. "Es una lucha constante", añade Arizu. "Para hacer bien las cosas hay que cuidar la música, y hacerlo pacientemente", concluye Baulida.

La estabilidad haría justicia a una banda como pocas en Catalunya, que despliega ritmos caribeños con instrumentos y sin autotune "Si solo utilizas máquinas, lo que sale es máquina", dice Ojeda reivindicando. el calor humano. "Pero si utilizas la máquina como herramienta musical es chulo porque puedes experimentar cosas. En la canción Cocteleo, por ejemplo, utilizamos sonidos electrónicos, que no sustituyen nada, pero que le aportan un color dentro de la mezcla. O cuando a un bolero le pones un ritmo de reparto, con ese sonido de caja específico que sólo te da la máquina", completa Baulida. El reparto, el ritmo cubano que sintetiza reggaeton y timba, se cuela puntualmente en el disco de Las Karamba, una banda de salsa sin trompeta ni trombón donde la flauta aporta un color especial que liga con sonoridades tradicionales cubanas y venezolanas, acorde con el origen de algunas de las componentes.