Música

Peso Pluma: corridos de amor y narcos subalternos en el Palau Sant Jordi

El cantante mexicano de corridos tumbados despliega todo su arsenal durante dos horas

Peso Pluma en el Palau Sant Jordi.
3 min
  • Palacio Sant Jordi. 22 de noviembre de 2023

"Gracias por llevarnos al otro lado del mundo a representar nuestras raíces y nuestra puta bandera mexicana", dijo el mexicano Hasan Emilio Kabande Laija, alias Peso Pluma, al final del concierto en el Palau Sant Jordi. Las raíces son el corrido, uno de los géneros más populares de México y con mayor penetración en otros estilos desde hace más de un siglo. Ahora bien, Peso Pluma, de 24 años, siguiendo el camino abierto por el aún más joven Natanael Cano, lo propulsa con estética trap. Es lo que han bautizado como corrido tumbado, un subgénero que ya corre como la pólvora y que han probado tanto Shakira (El jefe, con Fuerza Regida) como los vallencs Figa Flawas (Aurora).

En directo, Peso Pluma aparece acompañado de siete músicos, con una instrumentación de vientos, guitarras y contrabajo efectivamente conectada con la tradición, pero con una sonoridad urbana y desgarrada. En el Sant Jordi la mayoría de los músicos iban vestidos con camisetas del Barça; el cantante no, porque prefiere lucir ropa de la marca francesa Celine, con el nombre bien visible. Empezaron con Rubicón y Zapata, dos de los estandartes del tercer álbum, Génesis (2023), y buenos ejemplos de una de las tres temáticas principales del proyecto: la autoafirmación de la estrella para quien "hacer billetes es prioridad" y que ahora puede vestir "ropa fina como niño bien". Peso Pluma las interpretó con ímpetu de huracán impulsado por el trombón y con el contrabajo haciendo de pulmón rítmico, aunque con una sonoridad muy mejorable, que de hecho mejoró hacia la mitad del concierto.

El público reaccionó con pasión, también a la aparición de Jasiel Núñez, que cantó con Peso Pluma Bipolar, Lagunas (dedicada a "todas las mujeres preciosas de Barcelona"), Rosa pastel, Su casa ("estoy enamorado de la Barceloneta y de las princesas de aquí", dijo Núñez) y un tema nuevo que formará parte de un EP que publicarán en enero. En este segmento mandó el romanticismo melódico y lírico, que no es el formato en el que más destaca la voz de Peso Pluma, al contrario de lo que ocurre cuando toma la temática narco, la gran protagonista del bloque central del concierto en el Palau Sant Jordi.

Después de recuperar El belicón, su primer éxito en Estados Unidos, puso toda la carne en el asador para glosar el mundo del narco, concretamente el relacionado con el narcotraficante Chapo Guzmán. Son canciones como El Gavilán (I y II), La people, Siempre pendientes y El Azul, en el que el protagonista es un narco subalterno, disciplinado y leal. "Cuido la plaza del señor Guzmán", dice en Siempre pendientes. A diferencia de otros narcocorridos, Peso Pluma no describe personajes trágicos o desbocados, sino eficientes (no quiere "disturbio", quiere "discreción", como canta en El belicón). Tampoco se guía por la tradición de grandes personajes enfrentados al poder como el Cipriano Armenteros de Rubén Blades e Ismael Miranda o El León, de Los Fabulosos Cadillacs, ni baraja modelos de guerrilla política como en los corridos zapatistas, ni de bandoleros. Su narco es alguien que hace bien su trabajo al servicio del patrón. Dentro de esta apología bien narrada es donde Peso Pluma canta con mayor convicción dramática, y donde exhibe un carisma escénico que el público celebró con mucha intensidad, contrariamente a lo que piensan las autoridades mexicanas, que no ven con buenos ojos esta legitimación del narco.

Un breve impasse dedicado al dembow y el reggaeton sin músicos en el escenario precedió a la interpretación de la sesión 55 de Bizarrap y otro momento romántico salpicado de tópicos, Por las noches, a dúo con su pareja, la cantante argentina Nicki Nicole. Otros corridos delincuenciales dieron paso al superhit de Peso Pluma, Ella baila sola, que el público cantó incluso antes de que el músico mexicano levantara el micro. Y hacia el final, Peso Pluma volvió al inicio, a la autoafirmación, al narcisismo y al lujo, a versos donde se desprende de la obediencia subalterna del narco para reivindicarse como estrella. Así sonó la canción Lady Gaga, como celebración del paso del huracán Peso Pluma por Barcelona.

Peso Pluma justo antes de empezar el concierto en el Palau Sant Jordi.
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