Pura maravilla: el homenaje de Núria Rial a Victòria dels Àngels en Peralada
La soprano actuó en el festival acompañada del pianista Rubén Fernández Aguirre
- Núria Rial y Rubén Fernández Aguirre
- Iglesia del Carmen / Castillo de Peralada
- Miércoles 2 de agosto de 2023
No podía haberse escogido una voz mejor que la de la soprano Núria Rial para homenajear a Victòria dels Àngels. El concierto del miércoles en la iglesia del Carmen de Peralada, donde la insigne soprano actuó en 1989, fue uno de esos momentos que se enmarcan en la historia de la música.
El concierto se vislumbraba como un sentido tributo en una de las voces más bellas e internacionales de los años 50 y 60, una auténtica diva en el Metropolitan de Nueva York, la Scala de Milán, la Ópera de París, de Viena, Salzburgo, Londres, Bayreuth y el mundo entero. Entre el público destacaban la consejera de Cultura, Natàlia Garriga, y un buen número de músicos, entre ellos los compositores Bernat Vivancos, Albert García Demestres, Marc Timón y el tenor David Alegret.
Núria Rial salió cantando a capella Cantar del alma, de Frederic Mompou, una auténtica declaración de intenciones, no sólo porque Victòria dels Àngels la había interpretado en infinidad de ocasiones, sino porque, a su vez, daba forma a un recital que iba más allá de la pura exhibición vocal para adentrarnos en otro mundo más sutil, en busca de la esencia y la belleza del canto.
Emulando a la diva catalana
Acompañada por el pianista Rubén Fernández Aguirre, un auténtico especialista en el ámbito del lied y patrón de la Fundación Victòria dels Àngels, Rial diseñó un programa que emulaba a los de la gran diva catalana. Empezaron con piezas de música barroca italiana de Campra, de Cesti y de Scarlatti, un àmbito en el que Victòria dels Àngels se inició y en el que Rial es actualmente una de las referencias internacionales absolutas.
La manresana hizo gala de la su voz luminosa y exquisita y de una técnica depuradísima, demostrando que es posible concebir el canto de una forma pura, natural e innata. A continuación tomó protagonismo el lied alemán, con Schubert, Mendelssohn y Brahms, y la primera parte del concierto se cerró con música francesa de Gounod, Fauré y un kaddix de Les deux mélodies hébraïques de Ravel que nos dejó flotando en otra dimensión.
La segunda parte del concierto estuvo dedicada a la canción catalana y española. Rial volvió a maravillarnos con Victoria, de Bernat Vivancos, un estreno con texto de la propia Victòria dels Àngels –como explicó la intérprete–; Granados; Mariagneta, una melodía tradicional catalana armonizada por Manuel García Morante, el pianista y compositor que acompañaba a Victoria dels Àngels habitualmente; Vocalise per Victoria, una pieza de Frederic Mompou que nunca llegó a manos de la cantante y que se ha encontrado en la Biblioteca de Catalunya; Montsalvaje; Guridi; una emotiva Ay, que linda mujer, de Ernesto Halffter, a modo de fado portugués, y Canción de despedida, de Eduard Toldrà. El último bis, la delicada A Chloris, de Reynaldo Hahn, nos dejó suspendidos en lo indescriptible. Pura maravilla.