Crítica de música

Querida Marte(h)a, estimado Nelson

El Palau de la Música se viste de gala en el concierto de Martha Argerich y Nelson Goerner

Nelson Goerner y Martha Argerich en el Palau de la Música.
06/11/2025
2 min
  • Ibercamera. Palacio de la Música. 5 de noviembre de 2025

Asistir a un concierto oa un recital de Martha Argerich es como visitar a un amigo con el que te ves de vez en cuando. Y que, además, sabes que nunca te va a defraudar, porque es del tipo de personas que van siempre con la verdad artística por delante.

Es el caso, insisto, de la pianista argentina nacionalizada suiza. Todas y cada una de sus interpretaciones constituyen veladas únicas, que impregnan y que dejan un poso de bienestar en los trasiego del día a día.

Para el concierto con el que abría temporada de Ibercamera, el Palau de la Música se vistió de gala con un aforo casi agotado y que gozaba de ver. En esta ocasión, no sólo por ver y escuchar por enésima vez la eximia pianista, sino también por hacerlo junto a otro gran músico, argentino y pianista como ella, Nelson Goerner.

En ningún caso estuvieron nunca solos en el escenario, porque todo el programa –y ahí radica la gracia de la propuesta– se basaba en piezas para dos pianos o para piano a cuatro manos. Un formato muy original y poco usual, lo que revestía un innegable interés. Pero, además, estaba también la propuesta de un repertorio bien elegido y que daba pleno sentido a la velada: el clasicismo y postclasicismo de Mozart y Beethoven en la primera parte y la vanguardia rusa y francesa en la segunda, con Shostakovich y Ravel.

Goerner supo dotar, con su dibujo impecable, las dosis de humor y ligereza de la Sonata KV 521 de Mozart, mientras que Argerich respondía con su gravedad, siempre con la máxima naturalidad.

El contraste fue evidente (y necesario) en la transcripción para dos pianos que Beethoven hizo de la Gran fuga para concluir el Cuarteto op. 130. El producto resultante (op. 134) revela la grandeza del músico de Bonn con una obra desnuda, cruda y descarnada. Personalmente, era la primera vez que le escuchaba en esta versión –el manuscrito se encontró hace veinte años– y el efecto fue estremecedor, gracias también al papel de los dos intérpretes.

Había un poco de respiro en la segunda parte, empezando por un Concertino de Shostakovich nada fácil pero de apariencia dúctil, antes de los dos Ravels conclusivos del magnífico recital. De nuevo, el entendimiento entre Argerich y Goerner se hizo notar. Y esperamos que vuelvan.

Como también ocurrió en otros espectáculos que se hicieron el miércoles, el concierto contó con una invitada inesperada: la alarma de Protección Civil que avisaba de las trombas de agua que llegaron unas horas después. Todo ello causó un momento de desconcierto mientras la alarma sonaba en los teléfonos.

Nelson Goerner y Martha Argerich en el Palau de la Música
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