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La rumba no puede ser "catalana" si quiere aspirar a la Unesco: polémica entre rumberos y ministerio

La Plataforma por la Defensa de la Rumba Catalana denuncia que el ministerio de Cultura quiere que sea "rumba española" y Madrid lo niega

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La Rumba catalana patrimonio de la UNESCO.

BarcelonaLa rumba catalana ha chocado con un escollo para ser candidata a Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco: ser "catalana". La Plataforma por la Defensa de la Rumba Catalana denuncia que el ministerio de Cultura les ha propuesto que intercambien el gentilicio catalana por española para recoger adhesiones de otras comunidades autónomas, según ha avanzado El Periódico y ha confirmado ARA. "Nos dicen que es inviable, que la palabra catalana es inviable", critica Amadeu Valentí Amaya, presidente de la plataforma, que habla de "imposición" del concepto de "rumba española". La propuesta del ministerio también pasaba por juntar la rumba catalana con la flamenca y cobijarlas ambas bajo el paraguas "flamenco". "Eso es aún peor", sentencia Valentí. El ministerio ha precisado a el ARA que mantuvo dos reuniones con los miembros de la plataforma a petición suya y que solo se limitó a informar de requisitos y procedimiento, y les advirtió de "la conveniencia de sumar apoyos en el ámbito autonómico e internacional para asegurar el éxito de la propuesta". "El ministerio de Cultura solo tramita las candidaturas, no las decide", subrayan.

El ministerio es quien debe elevar las candidaturas a la Unesco, pero antes las somete a votación en el Consejo de Patrimonio Histórico, donde están representadas las áreas de patrimonio de todas las comunidades autónomas. El ministerio ya ha puesto la venda antes de la herida y ha avisado de que si la llama rumba catalana es más difícil que las otras comunidades les apoyen. Las candidaturas que han avanzado son las que afectan a más de una comunidad, como la de la jota, que avalaron 15 autonomías. Además, el ministerio solo puede presentar una candidatura cada dos años, por lo que debe estar muy madura para que tenga opciones. "La cultura catalana es inviable en España. Los que temen el hecho diferencial son ellos [el ministerio]. Nos han dicho claramente que nos dejarán presentar, pero que dejarán la candidatura en un cajón y dentro de diez años nos darán la negativa. Pues juguemos. La candidatura no se retira, caiga quien caiga. No queremos dejar de ser catalanes", defiende Valentí.

La polémica ya ha tenido una primera reacción, y es que Jordi Tresserras, profesor de geografía e historia de la UB y experto en lugares declarados patrimonio por la Unesco, que hasta ahora estaba en la junta de la Plataforma por la Defensa de la Rumba Catalana, la ha abandonado por incompatibilidad con el cargo de presidente de Icomos, un órgano asesor de la Unesco.

Largo recorrido

En diciembre se presentó la campaña ¡La rumba es nuestra! La Plataforma lleva meses trabajando a nivel municipal y catalán para recoger el apoyo de los partidos políticos. La propuesta se votó favorablemente en la comisión de Cultura a propuesta justamente del PSC y después se aprobó en el Parlament (PSC, ERC, Junts, CUP, En Comú Podem y Ciudadanos). Pero el problema es estatal. Para los impulsores de la candidatura, es imposible que se desvincule la rumba de Catalunya. "Somos los hijos y sobrinos de los creadores de la rumba catalana y no cederemos. Es la decisión de mi padre, de la hija de Peret, que es mi prima [Rosa Pubill], es la decisión de los Amaya, de los artistas y mía, como máximo responsable: no cederemos", insiste el hijo de Josep Maria Valentí, el Chacho, considerado el príncipe de la rumba catalana. El presidente de la Plataforma asegura que no son "separatistas ni antisistema, sino gente de la cultura" pero insiste: "Que no me pidan dejar de ser catalán".

Para Valentí, la rumba catalana define un género "diferente", que no se puede emparentar con la rumba flamenca o con la rumba cubana (que ya es Patrimonio Inmaterial), y además representa "la filosofía de vida del pueblo gitano catalán, al que no se le deben quitar sus orígenes", remarca. "La rumba catalana la crea mi tío Peret en Catalunya, mi padre añade el piano, toda la idiosincrasia es catalana. ¿Por qué tenemos que esconder que somos catalanes? ¿Es una condena haber nacido en Catalunya?", se pregunta. Valentí asegura que sería más fácil no hacer pública esa desavenencia, porque han recibido subvenciones ministeriales, pero ha alzado la voz: "Yo quiero que el gobierno de España abrace la cultura y no la manipule", lamenta.

Sin embargo, el camino para tener una candidatura a la Unesco es largo. Una vez el pleno del Consejo de Patrimonio Histórico lo aprueba, el gobierno la traslada a la secretaría de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco y, si cumple los requisitos, ésta la eleva al Comité de Patrimonio Inmaterial para su evaluación. Ahora mismo, según el ministerio, España tiene 49 inscripciones en la lista de Patrimonio Mundial y 19 en la del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco. El próximo comité se celebrará en septiembre en Riad y la Unesco evaluará la candidatura Menorca Talayótica. En 2021 se aprobó llevar los años siguientes las candidaturas de la Cultura Sidrera y el Paisaje del Olivar.

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