La voz prodigiosa de Freddie de Tommaso inaugura el Festival de Peralada

PeraladaFreddie de Tommaso inauguró ayer la 37 edición del Festival de Peralada, una edición que este año no cuenta con grandes espectáculos, puesto que el escenario principal está de reformas. Así, el concierto del joven tenor anglo-italiano tuvo lugar en la iglesia del Carme, lugar que durante ocho días acogerá las actuaciones líricas de este verano.

De Tommaso, que en abril cerró el Festival de Pascua en el mismo escenario, ofreció el viernes un recital verdiano donde mostró una voz prodigiosa, de una abrumadora potencia. El suyo es un cantar visceral, a la antigua, con claras referencias a tenores como Mario del Monaco o Carlo Bergonzi, entregado, de gran proyección, aterciopelado, brillante y heroico. Y sin embargo, no logró emocionar.

Pese a que esta temporada ha debutado en la Scala de Milán y la próxima se estrenará en los mejores teatros europeos, le falta experiencia en fraseo, cambios de dinámica, legatos, fiatos y otros aspectos técnicos y expresivos a trabajar a fondo.

Además, le jugó en contra su acompañante al piano, Audrey Saint-Gil, que más que ponerse a su servicio iba siempre por delante, con una rapidez y energía decibélica que, pese a la potencia sonora del cantante, tapó la musicalidad de las piezas, y más en un lugar como la iglesia, donde la reverberación era importante.

Con todo, el repertorio verdiano le sienta como anillo en el dedo. Su voz robusta, llena, con graves impactantes y agudos bonitos –a veces algo forzados–, logró despertar el interés en arias como la deIl Trovatore –"Ah! Sì, bien mio"–, o en "Cuando le sere al placido" de Luisa Miller, con el que cerró la primera parte. La segunda fue por los mismos senderos de potencia para concluir con un “Ma se me è forza perderti” deUn ballo in maschera lírico y musical. En los bises, encontró el aplauso incondicional del público con “E lucevan le stelle” de Tosca, de Puccini, y una canción napolitana.

Este invierno lo veremos por partida triple en el Liceu en un recital con Lise Davidsen, con quien comparte potencia de voz pero no musicalidad, y como protagonista en Un ballo in maschera y en Adriana Lecouvreur. Esperamos que, con los años, De Tommaso vaya corrigiendo esos errores. Si lo hace, podría convertirse en uno de los mayores tenores de los próximos años.

Al finalizar el concierto, la presidenta del Festival, Isabel Suqué, entregó la Medalla de Honor al Gran Teatro del Liceo, feliz colaborador del certamen ampurdanés desde de la primera edición.