‘Spiral: Saw’: torturar a policías en tiempos de Black Lives Matter
La novena entrega de la saga ‘Saw’ es un ‘thriller’ de investigación con detalles ‘gore’ que marca distancias con los films previos
‘Spiral: Saw’
(2,5 estrellas)
Dirección: Darren Lynn Bousman. Guion: Josh Stolberg y Pete Goldfinger. 93 min. Estados Unidos y Canadá (2021). Con Chris Rock, Samuel L. Jackson y Max Minghella. Estreno en los cines
Spiral está diseñada para encontrar nuevas audiencias para la franquicia Saw y, a la vez, reenganchar a los espectadores derrotados por la continuidad estrechísima de algunas secuelas infectas. Se ofrece una historia autosuficiente (¿y autoconclusiva?) que profundiza en la separación de los films previos iniciada con el anterior, Jigsaw. Ni siquiera se plantea la habitual gincana (o escape room) terrorífica: el regreso a la dirección de un viejo conocido de la saga como Darren Lynn Bousman es un thriller de investigación lóbrego, salpicado de sangre y pequeñas dosis de miedo. Acercarse al modelo de Seven podía ser estimulante, pero la narración resulta un poco esquemática y previsible, quizás entorpecida por el peaje gore de mostrar carnes heridas por instrumentos de tortura.
El cómico Chris Rock encarna a un detective de homicidios, estigmatizado por acusar a un compañero corrupto, que quiere pillar a un asesino de policías. Se puede valorar Spiral: Saw por lo que no es (no excluye al público no iniciado, no cae en la parodia involuntaria), aunque esto suponga una pérdida de identidad. Porque la negación selectiva del legado Saw no está acompañada de muchas aportaciones propias más allá de hacer un guiño al Black Lives Matter. El serial killer moralista disciplina con trampas letales a los agentes brutales y corruptos, mientras que el protagonista defiende las reformas. Como Black Panther, el espectáculo incluye una advertencia sobre los límites en la defensa de una causa compartida por héroes y malvados.
