Estreno teatral

El caso de Manada llega al teatro: "Me llamó la madre de la chica y me dijo «adelante»"

Miguel del Arco estrena una nueva versión de 'Jauría' con Ángela Cervantes y Carlos Cuevas, que llegará al Romea en abril

Ángela Cervantes rodeada de los actores que interpretan La Manada.
09/02/2024
5 min

Santa Coloma de GramanetEl 7 de julio de 2016 una chica de 18 años fue víctima de una violación grupal por parte de cinco jóvenes en una portería cualquiera de Pamplona. El caso de la Manada comenzó con la denuncia de una chica, sola, en estado de choque, a las 3 de la madrugada, durante las fiestas de San Fermín. El impacto y la violencia del caso hizo que el dramaturgo Jordi Casanovas se interesara por las transcripciones del juicio, como antes había hecho con el caso de corrupción del PP Ruz-Bárcenas. Y se halló que "había una serie de detalles que no habían trascendido a la prensa y que hablaban de la educación de los chicos, de la cultura machista", recuerda. "Quería explicar por qué aquellos hombres eran criminales y ellos no eran conscientes de ello. Aquel juicio era paradigmático para explicar el cambio de pensamiento de la relación entre hombres y mujeres", dice el dramaturgo. Terminó la obra en marzo del 2018, incluso antes de la primera sentencia, y la entregó al director Miguel del Arco, que entonces dirigía el Teatro Pavón de Madrid.

La decisión de poner en escena Jauría no fue fácil. ¿Puede ser doloroso para la chica? "Lo primero que hice, antes de empezar a ensayar, es escribirle a través de su abogado", explica el director. "Le digo: «Te mando la función. No quiero contribuir a que te sientas mal ni complicar tu recuperación». Y empezamos a ensayar. Cuando faltaban dos semanas para el estreno, recibo una llamada: la madre de ella. Pienso que si me dice que no, no vamos a estrenar. Y mi madre me dice: "Confío en vosotros. Sé que lo hará bien, sé que está con mi hija. Adelante"".

El equipo de 'Jauría' en un ensayo en el Teatro Sagarra de Santa Coloma.
El director de 'Jauría', Miguel del Arco, en el Teatro Sagarra de Santa Coloma.

Dos versiones, dos momentos

Jauría se estrenó en Madrid en enero del 2019, en plena efervescencia social y en plena crisis judicial, antes de que el Tribunal Supremo elevara la pena de abuso a violación. "En ese momento asumíamos un riesgo enorme, no sabíamos si nos apedrearían, había manifestaciones en el teatro. Unos nos decían que éramos unos izquierdistas dando lecciones y una pintada en el teatro decía: «Fuck monetizar dramas», cuando el teatro siempre debe estar enganchado a la realidad", recuerda el director. "Hicemos el espectáculo. Los padres vinieron a ver la función. Mi madre me abraza y me dice: «Mi hija quiere conocerte». Preparamos un encuentro superdiscreto y... se han quedado en mi vida. De hecho, cené con ella la pasada semana. Soy muy consciente de lo que ha vivido después: la agresión sólo es el principio terrible de una pesadilla", explica Del Arco.

Una nueva versión de Jauría se estrena este viernes en Santa Coloma de Gramenet y hará 13 funciones por Cataluña antes de llegar el 4 de abril en el Teatro Romea. El reparto es nuevo, joven y estelar, con Ángela Cervantes, Carlos Cuevas, Artur Busquets, Francisco Cuéllar, Quim Ávila y David Menéndez. El espectáculo, sin caer en el morbo, permite meterse en la piel de ella durante todo el proceso, desde la agresión al juicio, pero también en la de ellos. Los agresores no eran monstruos, eran chicos normales, a pesar de la deshumanización que hacen de la víctima. "Le dije a los actores: no quiero que hable de ellos como unos hijos de puta o unos locos. Deben hacer el ejercicio de ver cuánto de ellos hay en cada uno de nosotros, en la sociedad, qué comportamientos reproducimos , cuántos chats nuestros llevarían a prisión, cuántas veces nos han pedido parar y hemos insistido...", plantea Del Arco.

"No quería poner en duda su culpabilidad –explica Jordi Casanovas–, pero creo que el teatro hace que te impacte más que leerlo, que un personaje no le dijera ni «cómo te encuentras», ni le dijera adiós a la chica. No se trata de un juicio paralelo, sino que es una disección de la cultura machista, primero de los acusados ​​y después de los abogados de la defensa, que hacen de portavoces de los peores pensamientos de la sociedad". Sus argumentos parten de los prejuicios enquistados en el imaginario de la sociedad: si los provocó, si sentía dolor, si lubricó, si dijo que no, si no se marchó. La obra plantea muchas preguntas, que pasa a hacerse el espectador.

Ángela Cervantes y los actores de la Manada en un momento de 'Jauría'.

Una ficción que remueve

El texto de Jauría sale literalmente de las declaraciones del juicio, por eso está en castellano, e incluso ellos imponen el acento andaluz. "El texto era de una aridez extrema y, como decía Lorca, había que buscarle el traje poético. Lo que hacemos es componer una ficción dramática, queremos hacer una reconstrucción emocional del caso, pero es verdad que el espectador sabe que todo lo que decimos ha pasado. Debemos hacer una función lo suficientemente bonita y subyugante para que quiera seguir mirando un pozo de mierda", reflexiona Del Arco. La obra recibió dos premios Max por la versión madrileña en el 2020, que no encontró teatro para temporada en Barcelona.

Más allá del éxito del montaje, lo más impactante para la compañía fueron las reacciones del público, incluso en funciones escolares. "Hemos tenido desmayos, catarsis... No hemos hecho ni un encuentro con público en el que no se levantara una mujer a compartir su testimonio. Chavales entre 15 y 18 años diciendo ante 400 compañeros: «A mí me han violado desde que tengo 8 años». Y yo pensaba: no llores, no llores", recuerda Del Arco.

Pese a que la violencia de género no se detiene e incluso se incrementan las denuncias de violencia grupal, Miguel Del Arco está convencido de que las cosas están cambiando, las actitudes, las mentalidades, pero también las leyes, porque del caso de la Manada sale la ley integral de la libertad sexual [la ley del sólo sí es sí], "que es brutalmente radical y avanzada en muchos países". ¿Pero qué le ha pasado a ella? "Yo le animo mucho, porque es una jabata, sólo tienes que sentir cómo responde al juicio una chavala de 20 años –dice el director–. Afortunadamente está bien, ha reanudado su vida y tiene un cinturón de amor a su alrededor. Pero el calvario es el calvario. Ella nos dice algo: que nosotros somos su voz".

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