La decadencia de Europa en una buena comida teatral, pero no del agrado de todas las bocas
El TNC estrena 'Boira', de Lluïsa Cunillé, con Quim Àvila, Jordi Collet, Lina Lambert, Àurea Márquez y Albert Pérez
- Autoría: Lluïsa Cunillé. Dirección: Lurdes Barba
- Intérpretes: Quim Ávila, Jordi Collet, Lina Lambert, Àurea Márquez y Albert Pérez
La caída del Muro de Berlín abrió las puertas del cielo a los ciudadanos de la llamada Europa del Este. La derrota del comunismo vislumbraba una nueva vida en democracia que garantizaría los derechos restringidos por las feroces dictaduras socialistas. Ilusos ellos, porque rápidamente las nubes de tormenta cubrieron esos cielos y la alegría derivó en resignación. Lo dice la fotógrafa enferma de fibromialgia que sobrevive con su marido en alguna ciudad de alguno de esos países y que ganó un prestigioso premio justamente por las fotos de la caída del icónico muro alemán. Salieron del fuego para caer a las brasas. Las brasas del capitalismo. La Europa de la ilusión virada hacia la Europa de la frustración en la metafórica niebla de la obra de Lluïsa Cunillé ganadora del premio Frederic Roda 2014.
La dramaturga más prolífica y más estrenada del teatro catalán levanta un retrato de la decadencia del sueño europeo personificado en un grupo de perdedores. La enfermedad incurable de la fotógrafa no deja de ser una metáfora, como lo es la resignación del marido, la frustración alcohólica del vecino astronauta que pudo ir a la Luna, la incierta vida del hijo de la pareja víctima y verdugo de la maldita herencia militarista y la misteriosa incertidumbre por una periodista que ha vivido. Niebla es seguramente una de las obras más complejas pero a la vez más explícitas de Cunillé. Una obra de madurez fiel a su canon de la dramaturgia de la sustracción que invita a los espectadores a completar lo que no se explica.
La propuesta de Lurdes Barba sigue las líneas que han trazado socios de Cunillé como el director Xavier Albertí dentro de la corriente de retener las emociones en el marco de un falso realismo. Un realismo que se expresa en el espacio escénico (que subraya la decadencia con una excesiva obviedad) y en las pequeñas acciones (como apagar la lámpara de la habitación cuando el huésped se ha ido), pero que se subvierte por la sobriedad (excepto el muy adecuado histrionismo del vecino de Jordi Collet) y el hierado de Àurea Márquez) de las interpretaciones y un diseño de luces que deliberadamente esconde los rostros de los intérpretes. Todos ellos admirables. Fantásticamente natural el monólogo inicial de Lina Lambert (la fotógrafa) y magnífica la contención emocional del marido (Albert Pérez). Buena comida teatral, pero no del agrado de todas las bocas.