El espléndido juego teatral en torno al amor de Helena Tornero
'Tú me prometiste una historia de amor' confronta el amor romántico con los cuentos de princesas con ritmo y buenas dosis de humor
- Director: Israel Solà
- Intérpretes: Ester Cort, Fermí Delfa, Sandra Pujol Torguet, Roger Torna, Teresa Vallicrosa
- Sala Beckett. Hasta el 27 de julio
Como diría Woody Allen, no sé por qué le llaman amor romántico cuando quieren decir pasión irrefrenable. Como la de Romeo y Julieta, ambos inoculados por la necesidad de consumar una atracción indómita. Como la del antipático revisor polaco que viaja a Barcelona en busca de una simpática pasajera que le besó. ¿Pero seguro que le dio un beso en la boca? ¿O esa expresión sentimental es sólo una idea de las muchas que se acumulan sobre la mesa de una escritora?
La protagonista de este espectáculo quiere escribir la historia de amor que prometió a su madre. La madre murió hace algunos años, pero está bastante presente de cuerpo y alma en la vida de la hija. Parece que la madre de Helena Tornero le había pedido alguna vez que le dedicara una historia de amor. Al fin, ya la tiene. Tornero ha escrito una entretenida y divertida comedia que imagina cómo podría ser esa historia de amor. Lo hace confrontando la voluntad crítica hacia el amor romántico de su hija con la de una madre que quiere un cuento de príncipes y princesas como los de toda la vida.
Tú me prometiste una historia de amor es un espléndido juego teatral que juega con las posibilidades de lo que podría ocurrir y en el que la forma se impone descaradamente sobre la trama, viajando hacia un buen final climático con el que estalla el aplauso del público. Un texto metateatral que brinda la construcción en directo de una obra de teatro. El calórico Israel Solá ha entendido cuál era el terreno de juego. Su dirección conduce la función con ritmo, soltura y buenas dosis de humor en un espacio escénico (Adrià Pinar) funcional y sorprendente. Sirven la comedia cinco buenos intérpretes. Entre ellos, destacaría la empática simpatía y buena dicción de Sandra Pujol y la solera de Teresa Vallicrosa. La función tiene futuro y no me extrañaría verla en un teatro comercial como el Borràs.