Crítica de teatro

Helen Keller: tomar partido hasta mancharse

La compañía gallega Chévere reivindica el legado también político de la activista ciega y sorda

2 min
Una imagen del espectáculo 'Helen Keller, a esposa marabilla'
  • Dramaturgia y dirección: Xron
  • Intérpretes: Patricia de Lorenzo, Ángela Ibáñez y Chusa Pérez de Vallejo

Chévere es una compañía con un compromiso sociopolítico clarísimo. Los gallegos llevan más de 35 años dedicados a la agitación cultural con un teatro que en los últimos tiempos se ha decantado hacia el teatro documento con espectáculos de gran interés como Citizen, sobre Amancio Ortega y el imperio Inditex; NEVERMORE, sobre la tragedia del Prestige, o Curva España, con el que se introdujeron en el true crime como pretexto para hablar del perenne caciquismo en Galicia, de la ley mordaza y de los territorios olvidados. Su nueva propuesta utiliza la vida y el pensamiento de la estadounidense Helen Keller para hacer una reivindicación de los derechos de los discapacitados y un ingenuo alegado de aires sindicalistas contra el capitalismo y sus consecuencias entre las clases trabajadoras, sin obviar cuestiones tan actuales como la guerra en Gaza. Sólo falta que suene La Internacional.

Chévere hace buenas las palabras de Gabriel Celaya cuando escribe que hay que tomar partido hasta mancharse, sirviéndose de las palabras de una escritora y oradora ciega y sorda de ideología izquierdista que, con mucho esfuerzo , fue la primera mujer ciega y sorda en graduarse en una universidad estadounidense, en Harvard, en 1904. Una mujer discapacitada que se afilió al partido socialista americano, que en las innumerables conferencias que hizo exhortaba a los obreros a unirse y confrontarse a los patronos, que condenaba la guerra y el militarismo, que apoyaba a la Revolución Rusa y soñaba en un mundo en paz. Todo esto en Estados Unidos de principios del siglo XX.

"¿Pero quién era realmente Helen Keller? ¿Era una mujer maravillosa?", se preguntan los de Chévere en un planteamiento algo equívoco que incluye la negación de su existencia en los grupos de TikTok. Pero existió y su vida es un ejemplo de superación. Maravillosa? Deunidón. El espectáculo tiene formalmente algo de tutorial dramatúrgico en el que se confronta el lenguaje oral con el de signos hasta el punto de contar un cuento de Keller sin ningún audio, de modo que reproduzca a los oyentes la sensación que tienen los sordos cuando se quedan en blanco. Gran trabajo de las actrices (Patricia de Lorenzo, Ángela Ibáñez y Chusa Pérez de Vallejo), una de ellas sorda, en una propuesta más recomendable por sus intenciones y su denuncia que por su interés teatral.

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