Estreno teatral

La increíble historia de superación y rebeldía de Helen Keller

La compañía Chévere trae al Teatre Lliure un espectáculo inclusivo para personas con ceguera y sordera

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'Helen Keller, ¿a esposa marabilla?', de la gallega Chévere, pasa por el Teatre Lliure de Gràcia.

BarcelonaA algunos espectadores les debe sonar el nombre de Helen Keller por la historia deEl milagro de Anna Sullivan, una película oscarizada de 1962 que convirtió a aquellas figuras en dos iconos de superación. Sullivan era la profesora que logró domesticar a la pequeña rebelde Helen Keller, una niña sorda y ciega que pasó de la incomunicación a poder aprender, comprender y hablar. Éste es el mito que veneran sobre todo en el mundo anglosajón, porque desde hace décadas incluso en las escuelas se explica como un ejemplo de superación. ¿Pero qué hay más allá de aquella chica modélica que fue la primera persona sorda y ciega en conseguir un título universitario en Harvard en 1904? ¿Qué ocurrió con la mujer adulta? Esto es lo que ha indagado la veterana compañía gallega Chévere con Helen Keller, ¿a esposa marabilla?, que se podrá ver durante dos semanas en el Teatre Lliure de Gràcia del 9 al 19 de mayo.

Resulta que lo que ha quedado fuera del relato oficial es que Helen Keller (Tuscumbia, Alabama, 1880-1968) no sólo fue un modelo de autonomía personal para las personas con alguna discapacidad, sino que también fue una activista implicada en los debates y conflictos de su época, hasta el punto de que se vinculó políticamente con el Partido Socialista Americano (lo abandonó al cabo de unos años porque lo encontraba poco comprometido con la transformación social) y se afilió en el sindicato Industrial Workers of the World.

Con su amigo Mark Twain, el autor de la novela Las aventuras de Huckleberry Finn, participó en los movimientos más radicales, defendió a las mujeres del textil, apoyó huelgas y reivindicaciones como el sufragismo y militó a favor del control de la natalidad y el derecho del aborto. "Para ella, no podía mejorarse la precariedad de las personas ciegas y sordas si no se mejoraban las condiciones de vida de la clase trabajadora", explica el dramaturgo y director gallego Xron. Fue entonces, cuando logró tener una voz propia en el debate público, que los intelectuales y mecenas que le habían apoyado desde que era pequeña y habían defendido su emancipación empezaron a descalificarla porque, según ellos, las sus discapacidades le impedían tener una visión completa del mundo.

Verdaderamente inclusiva

Además de este redescubrimiento del personaje, el espectáculo tiene otro atractivo innovador y es que Chévere ha creado un espectáculo verdaderamente inclusivo para personas con ceguera y sordera. No sólo han pensado la obra con la lengua de signos castellana, con un subtitulado adaptado y una audiodescripción, sino que también han utilizado dramatúrgicamente todos estos elementos en la propuesta. De las tres actrices de la obra, Ángela Ibáñez es sorda, Chusa Pérez es intérprete de signos y Patricia de Lorenzo ha aprendido la lengua de signos, al igual que toda la compañía, para poder crear desde cero todo el dispositivo dramatúrgico para que funcione para a videntes y oyentes y para quienes no lo son, en todas las funciones.

Esto hace plantear a todos los espectadores "la dificultad de comunicarse" y los confronta con silencios y situaciones inusuales en el teatro. "Para nosotros ya no habrá vuelta atrás", dice el ayudante de dirección Borja Fernández. "Nos hemos dado cuenta de que hay nuevas fronteras para explorar más allá de los estilos y las formas y hemos dejado que estos nuevos lenguajes nos afecten teatral y vitalmente. ¡Ahora podemos hablar con vecinos con los que no hablábamos!", afirma Xron, que ha aprendido la lengua de signos. "Los ciegos y sordos están desaparecidos de nuestros teatros: ¿debe ser así? ¿O existe la posibilidad de tener una cultura común? Es una cuestión de derechos", plantea. De hecho, Helen Keller, ¿a esposa marabilla? es una coproducción de Chévere con dos teatros públicos como el Centro Dramático Nacional y el Teatre Lliure, donde en 2022 representaron Curva España y NEVERMORE

En Barcelona, ​​la obra se verá en versión original gallega los dos sábados. La compañía afirma que "ha encontrado muchas similitudes" entre los gallegos y la comunidad sorda: la lengua de signos que utilizan es la castellana porque la gallega ni siquiera está reconocida como oficial, "es una lengua minorizada como la nuestra", asegura Xron. "Prácticamente todo el teatro que se produce en Galicia está en gallego", explica, y lo adaptan en castellano cuando salen de gira. Cuando Chévere ha hecho una obra sólo en gallego, como Eroski paraíso, ha habido reticencias: "Algunos programadores rechazan igual el gallego que la lengua de signos. Es una lengua que no es la tuya y que te complica la gestión de públicos. Y la lengua de signos no tiene territorio, no se puede acusar a nadie nacionalismo, pero el rechazo a la diversidad es el mismo", explica el director.

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