Teatro

"Hemos pasado de la nada a estar en el mejor teatro del país"

Sergi Belbel y Enric Cambray abordan el segundo acto de 'Hamlet' en la apertura de la nueva temporada del TNC

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Enric Cambray y Sergi Belbel estrenan 'Hamlet.02'.

BarcelonaEl Teatro Nacional de Cataluña (TNC) abrirá la nueva temporada, antes del estreno oficial en la Sala Gran, con un espectáculo arriesgado, poco convencional, quizás minoritario. Hamlet.02 es un monólogo de dos horas exclusivamente sobre el segundo acto de la tragedia de William Shakespeare, un formato de stand-up comedy en el que Cambray comenta frase por frase el texto original, incorporando incisos cómics.

El proyecto lo iniciaron hace dos años el dramaturgo Sergi Belbel y el actor Enric Cambray y pretende analizar el Hamlet de Shakespeare visto por el mismo personaje, dedicando un monólogo a cada uno de los cinco actos de la obra. Después de presentarlos la primera parte en Dau al Sec y más tarde en el teatro de la Biblioteca de Cataluña, el tándem aterriza en el Taller de Pintura del TNC, al que se entra por la Sala Tallers. La actriz Júlia Bonjoch se estrena como ayudante de dirección de Belbel con este espectáculo, que estará en cartelera del 19 de septiembre al 6 de octubre. Aparte de las funciones ordinarias, los domingos 29 de septiembre y 6 de octubre se realizará un maratón de ambos monólogos.

"Es una propuesta que nos habla desde los márgenes –explica la directora del TNC, Carme Portaceli, recordando que el tema de la marginalidad será el eje vertebrador de la temporada–. ¿Hay alguien más marginal que Hamlet? Se le cae una historia encima, tiene que vengar la muerte de su padre y se encuentra, pobrecito, que no sabe qué hacer", añade la directora. Según Belbel, también se trata de un proyecto marginal por la forma en que lo han salido adelante: "Me lo rechazaron un par de teatros; al principio no encontrábamos cómo hacerlo y decidí producirlo yo y asumir sus pérdidas". Finalmente, Dau al Sec les abrió las puertas y fue allí que Portaceli descubrió la propuesta. "Hemos pasado del no- nada que estar en el mejor teatro del país", dice Belbel.

Hace muchos años Belbel decidió que nunca dirigiría nunca Hamlet. "Le vi en la puesta en escena de Patrice Chéreau y pensé que era perfecta, que nunca le llegaría a la suela del zapato", explica el dramaturgo, que considera que este formato delstand-up, que es una reinterpretación libre del clásico, le ha permitido "ir al genio de los genios para intentar entender una obra que se nos escapa". La semilla del proyecto debe buscarse en la complicidad que forjó con Cambray desde que trabajaron juntos por primera vez en el espectáculo La señora Florentina y su amor Homero. "Después hicimos Las rosas de la vida, una gran gamberrada, y allí constaté que Cambray es mi soñado actor, que entiende los textos prácticamente tal y como los he escrito –explica el dramaturgo–. Me había ocurrido algo parecido: sólo con Anna Lizaran; cuando hicimos Morir tuve la sensación de que ningún texto había sonado nunca tan bien", añade.

"Shakespeare pone sobre la mesa su amor por el hecho teatral"

"Es un espectáculo para frikis del teatro y, sobre todo, para frikis de Shakespeare", según Belbel. Cambray no está de acuerdo: "No es pretencioso ni pedante; el personaje lo es, pero el texto no. Nos preguntábamos cómo funcionaría fuera de una sala pequeña y nos hemos encontrado que la gente sale encantada, agradecida por el detalle con que Sergi trata el texto". Para entender el espectáculo, es necesario haber leído Hamlet? "Como quieras", responde Cambray, quien considera que "si lo has leído, tendrás un camino muy placentero, pero si lo lees después de ver la obra, mejor aún". Además, el actor recuerda que, para ver el segundo monólogo, no es necesario haber visto su primera parte.

Cambray ha disfrutado especialmente de este segundo monólogo porque es una declaración de amor hacia el teatro. "En el segundo acto del texto original, Shakespeare pone sobre la mesa su amor por el hecho teatral, por la figura del comediante", explica el actor, que adelanta que "en este monólogo hay momentos muy alocados y cómicos". Si el proyecto sigue adelante, dentro de un tiempo Belbel habrá escrito diez horas de función, que él espera poder representar en un solo día, en una suerte de maratón por diferentes teatros de Barcelona.

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