Crítica de teatro

Palabras, palabras, palabras (y sólo palabras) en el Grec

Fin de semana de Festival Grec con dos compañías de teatro no convencional, dos propuestas de pequeño formato basadas en la palabra

'Historia del amor' de los Señor Serrano.
20/07/2025
2 min
  • Creación y dirección: Andreu Martínez Costa, Magda Puig Torres
  • Interpretación: Andreu Martínez Costa, Magda Puig Torres y Víctor Peralta Carriquí
  • CCCB
  • Dirección y dramaturgia: Àlex Serrano y Pau Palacios
  • Performer: Anna Pérez Moya
  • Teatro Libre de Gracia

Dos espectáculos de formatos nada convencionales construidos sobre las palabras. Lo sorprendente Manual para seres vivos de la compañía emergente La Mula, que arrasó con el primer espectáculo (Thauma) y la Historia del amor de los veteranos Agrupación Señor Serrano, que lejos de seguir por caminos trillados buscan nuevas narrativas con una creación de título ambicioso y resultados menos sorprendentes.

Después del magnífico Thauma (2024), Andreu Martínez Costa y Magda Puig Torres se acometen una propuesta lúdica y participativa jugando con una serie de mensajes escritos de palabras y frases. En un gran teatrino, a modo de un castellet, las palabras se manifiestan jugando entre ellas y dando indicaciones al público, que incluso acabará cantando. Magnífico juego visual de telones y formas geométricas sobre una poderosa banda sonora (Erol Ileri Llordella) que concluye (demasiado pronto; habría que ir mucho más allá del formato) desnudando el ingenio para que los espectadores lo descubran. Seguro que La Mula tiene campo para trotar con este Manual para seres vivos.

¿Se puede escribir una historia del amor? Imagino que con tiempo y un montón de folios, seguro que algún letraherido podría intentarlo, e incluso lograrlo. Sin embargo, ya pesar del título, el Señor Serrano no pretende hacer una historia sino una breve, brevísima, aproximación a momentos históricos que dan pie al amor. Cuatro postales que evocan con muchas palabras y algunas fotografías sus relaciones más o menos amorosas, desde los cavernícolas hasta la Barcelona actual. Cuatro historias sin demasiado interés –a las que salvan los apuntes humorísticos, porque las cosas nunca son como parecen– y que se insertan en un relato bastante más ambicioso, más interesante y soberbio interpretado por Anna Pérez Moya que arranca con un largo primer plano en directo de un rostro que suspira, sonríe, goza. Este relato es un viaje poético con peinadas surrealistas por espacios dinámicos en busca del amor que se cierra con la impresionante presencia de una especie de tótem dorado. Una hermosa imagen en una propuesta con elementos fútiles, como los besos de cine, y por lo general poco religada y exitosa.

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