Crítica de teatro

Tres fantásticos actores para una buena intriga rural con dosis de humor negro

Xavi Ricard dirige 'Els ossos de l'irlandès', de Víctor Borràs Gasch, en el Teatre Akadèmia

2 min
Una escena de la obra 'Los huesos del irlandés'.
  • Autoría: Víctor Borràs Gasch
  • Dirección: Xavi Ricart
  • Reparto: Ivan Benet, Norbert Martínez y Ernest Villegas

Corre mucha cerveza por la nueva obra de Víctor Borràs Gasch, Els ossos de l'irlandès, ganadora de los premios Frederic Roda y Quim Massó 2022. Cerveza artesana, claro. La que destila a Xevi, un “gestor de morosos” muy pragmático y con pocos escrúpulos. Pero el aroma que nos llega no es tanto el de la cerveza como el de las obras del irlandés Martin McDonagh (La reina de la bellesa de Leenane) o Conor McPherson (La presa), aunque estemos en un pueblo de la Cataluña profunda. Al fin una buena comedia rural con intriga y dosis de humor negro.

Xevi espera en su obrador la llegada de dos amigos de la infancia. Llorenç les ha citado porque ha pasado algo muy importante que les obliga a actuar con rapidez. Y es que el pasado de cuando eran unos jóvenes adolescentes les viene a ver casi veinte años después y pone en peligro sus tranquilas vidas actuales. Además, como una ironía de lo más actual, llueve. Llueve mucho. Llueve tanto, que las rieras van llenas.

Seguro que Borràs Gasch conoce a McDonagh, con quien coincide en el uso de un lenguaje muy de calle, y seguro que es fan de Sweeney Todd. Este autor sabe cómo suministrar la información para crear intriga, como ya demostró en La dona del tercer segona, estrenada en marzo de 2021 en el Teatre Atrium con dirección de Ivan Benet. Y Benet aquí es Xevi. Un Benet brillantemente volcado en la comedia hasta territorios del payaso Blanco y fantásticamente secundado por el acojonado Llorenç de Ernest Villegas y el enfurecido Héctor de Norbert Martínez en territorio de Augusto. Los tres fantásticos. No sé si en el original hay un humor tan explícito y sin sutilezas como nos plantea el director, Xavi Ricart, que inclina la balanza hacia ese lado incluso cuando estalla el conflicto. Probablemente, algo de contención daría más consistencia a la textura de la propuesta. Sin embargo, la función resulta estimulante, amena y entretenida, y valida plenamente la calidad de un autor del que habrá que estar pendiente.

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