Una Woolf desconocida para un magnífico nuevo teatro
Albert Arribas y un extenso reparto se arriesgan con 'Freshwater'
- Autora: Virginia Woolf
- Dramaturgia: Albert Arribas y Lluïsa Cunillé
- Intérpretes: Míriam Alemán, Paula Blanco, Cristi Garbo, Mario Gas, Antonia Jaume, Marta Ossó, Carlos Martínez, Pep Munné, Albert de la Torre
- La Fábrica
- Hasta el 26 de octubre
Hay que aplaudir el compromiso y atrevimiento de los promotores del nuevo teatro La Fàbrica, que, a pesar de conocer de primera mano los riesgos económicos del negocio (es un decir) teatral, ya que también gestionan el teatro La Gleva, ahora invierten bueyes y cencerros en una instalación cultural de dos salas (una de 200 localidades) y un bar. El aforo es importante porque en la geografía teatral de Barcelona abundan las salas pequeñas que no llegan a los 100 espectadores y que tienen dificultades para subsistir y limitaciones en las posibilidades de producción.
Un nuevo teatro que ignora los riesgos inherentes de esta actividad (si el teatro fuera negocio, los bancos tendrían un puñado) y se estrena con la única obra teatral de Virginia Woolf, nunca representada entre nosotros y probablemente poco en entornos culturales teatrales con más tradición.
El dramaturgo y director de la propuesta es Albert Arribas, responsable de éxitos como una versión de Las bacantes de Eurípides (que se repondrá en el nuevo teatro) o El perro de Lluïsa Cunillé en La Gleva, que asegura que Woolf es "probablemente una de las mejores dramaturgas que ha dado el teatro occidental, aunque esta gran calidad no le ha sido reconocida". Extremo en parte comprensible porque, si bien las novelas de la escritora inglesa tienen una notable teatralidad y por eso han sido versionadas en el teatro, en su única obra escrita para el escenario se revelan las dificultades y exigencias de la escritura teatral en relación con la literaria.
Arribas y Cunillé no nos sitúan bien en el contexto en el que Woolf la escribió y tampoco acaban de perfilar sobre qué nos quieren hablar, más allá de rasgos genéricos sobre el arte, los artistas y la sociedad. La propuesta sufre de un ritmo parsimonioso que no juega a favor salvo la sugerente, exquisita y dinámica escena amorosa de Marta Ossó (la mujer del pintor) y Paula Blanco (un marinero en el suelo). La propuesta tiene una coda final que recoge un artículo de reivindicación femenina de Virginia Woolf. Y esto vale la pena.