El abismo del deportista retirado: "Es importante hacer llamadas cuando todavía te las cogen"

BarcelonaUn futbolista mediático recién retirado le contó a su psicólogo una de las preocupaciones que tenía tras colgar las botas: se había pasado la vida viajando, cogiendo aviones y durmiendo en hoteles y ahora se daba cuenta de que no sabía ni cómo comprar un billete de avión. Hasta entonces, nunca había tenido que preocuparse por la logística cuando viajaba porque los trabajadores de su club siempre le habían dado todo hecho. Tener complicaciones para realizar una acción como comprar un billete de avión le hacía sentir, en cierto modo, inútil. Y le preocupaba.

"Algún futbolista retirado te dice que él solo sabe jugar al fútbol. Y eso es mentira", explica al ARA el psicólogo deportivo Jaume Martí. "Los deportistas profesionales tienen varias competencias desarrolladas gracias al deporte que buscan las empresas, como la capacidad de esfuerzo, la disciplina y tener unos objetivos claros", añade. Qué hacer con la vida profesional una vez te retiras cuando aún no has llegado a los 40 años es una de las principales preocupaciones de los deportistas, pero todavía hay una más jodida. Qué hacer con la vida, en general. "En muchos casos aparecen las depresiones, sufren una crisis existencial. Confundes tu persona con tu profesión debido al reconocimiento social y tu profesión, en realidad, es una anécdota", asegura el director de Psicosport Barcelona.

No todo es negro. Jessica Vall (Barcelona, 1988) me pide 15 minutos de cortesía respecto a la hora que hemos quedado para llamarnos porque está en la piscina, ocupada con las nadadoras de entre 13 y 15 años de su campus en Aragón. "Es raro porque será la primera vez que empezará una nueva temporada y no estaré allí" [anunció la retirada el pasado invierno]. Antes llegaba septiembre y te marcabas unos objetivos deportivos ilusionantes. Ahora no existen –admite–. Pero estos objetivos este año me los he intentado marcar en el ámbito personal para sentirme ilusionada", concluye. Lo importante ahora mismo es su embarazo.

"Cuando decidí dar un paso al lado, también decidí que las cosas que me había enseñado el deporte quería transmitirlas", relata. Por eso Vall, que estudió biología humana durante su carrera en las piscinas olímpicas, ha creado una empresa, FWA, con la que está organizando su campus. ¿Ha notado el vacío después de la retirada? "No me ha pasado, pero sé que me va a pasar. De momento, no he echado de menos la competición, sobre todo en lo que se refiere a la gestión de la presión. Tengo demasiado presente todavía la parte negativa del camino", confiesa. Pero este verano ha habido Mundial y algunas cosas se han removido en su interior. "Viéndolo, pensaba: «Qué bonito habría sido disfrutar presencialmente de las medallas de waterpolo antes de competir yo en la natación»".

Recuerda cuándo acudió a la habitación de su amiga Ona Carbonell durante el Mundial de Kazán del 2015 para tocar las medallas de plata y bronce de la nadadora de sincronizada como parte de una especie de ritual de inspiración. Funcionó. En Rusia, días después, Jessica Vall ganó la medalla de bronce en los 200 metros braza. "Rápidamente, aparece el pensamiento del esfuerzo que supone estar ahí entre las mejores", reconoce, volviendo a referirse al hecho de verlo por la televisión. El embarazo le ha llevado a hacer una pausa a la hora de nadar, aunque sea por simple placer, pero desde su retirada ha empezado a aprender a jugar al tenis.

Dedicar tiempo a la salud mental

"Siempre he estado haciendo deporte; no sé estar sin hacer deporte", sentencia la exatleta Carmen Sánchez (Mollet del Vallès, 1990). "Pero ahora busco salud mental. Antes, cuando era profesional, iba a psicólogos, pero en la consulta buscaba mejorar mi rendimiento deportivo. Ahora estoy haciendo terapia enfocada a mí y de forma más relajada. Ahora soy Carmen y ya está. Antes era Carmen, la velocista –explica–. Los últimos años de su carrera deportiva no fueron fáciles y sufrió una depresión. "Si no rindes, no ves dinero en un deporte minoritario. Todo se me hizo una bola muy grande", confiesa.

Este invierno, poco después de retirarse del atletismo, Sánchez se rompió el menisco y el ligamento cruzado de la rodilla derecha. Ahora está ya en una fase avanzada de la recuperación. "Aún estoy en el proceso de saber qué hacer el resto de mi vida laboral, pero de momento disfruto de seguir ligada al mundo del deporte. He buscado un trabajo que encaja conmigo y con un horario que me permite flexibilidad a la hora de ir a entrenar. El calendario antes no lo decidía yo", expone.

Seguir en el club de tu vida

Algo más de experiencia en estar retirado –lo hizo en verano del 2022– tiene Daniel López Pinedo (Barcelona, 1980), el portero de la selección española de waterpolo de las últimas dos décadas. "¡Ahora voy más estresado que cuando era deportista!", exclama para empezar la conversación con el ARA. Ha pasado de la piscina a la oficina, pero se ha quedado en el club de su vida, el Club Natació Atlètic Barceloneta. Trabaja en el departamento de relaciones laborales después de haberse formado académicamente durante su carrera. "Jugué mi último partido en la final a ocho de la Champions en Belgrado y dos semanas después ya estaba trabajando en la oficina. Si te coges un año sabático te pueden entrar las dudas y pierdes la rutina. A mí, a lo que más me costó adaptarme es al fin de semana. ¿Le decía a mi mujer: «Ahora en qué invierto el tiempo?». Este problema ya lo tiene solucionado. La piscina y la montaña son sus aliadas.

Retirarse en la India

Quien lleva más tiempo retirado de los protagonistas de este reportaje es Jofre Mateu (Alpicat, 1980), exfutbolista del Barça, Espanyol y Girona, entre otros equipos. Su carrera deportiva la terminó en el 2016 en la Superliga de la India. Concretamente, en el Goa. "No noté el vacío de la retirada. Fue una decisión esperada que tuve mucho tiempo para meditarla. En India las cosas funcionaban diferente, ya no era tan profesional y durante una parte del año no jugábamos", explica. Desde allí empezó a colaborar con medios de comunicación de aquí, un trabajo que ha ido a más hasta el día de hoy, cuando se le puede ver habitualmente en televisión y en la radio comentando y analizando partidos. Él no notó el vacío emocional y ha encontrado salidas laborales, pero comprobó cómo "los clubs dejan desamparados a los jugadores retirados". Por eso, cuando entró en la Agrupació Barça Jugadors, su principal inquietud fue ayudar a que todos ellos tengan un futuro.

"Está comprobado que un deportista mediático desaparece del mapa en tres meses", informa el psicólogo Jaume Martí, uno de los responsables de la asociación sin ánimo de lucro 6TMA, que intenta ayudar al deportista cuando se retira. "No deben esperar a que llegue el final de su carrera para pensar en el futuro laboral, deben hacerlo con mucha antelación. Los deportistas profesionales tienen muchos contactos. Pero, cuando se retiran, es posible que llamen a estos contactos y ya no les cojan el teléfono. Es importante hacer las llamadas cuando todavía te lo cogen. ¿Por qué? ¡Para encontrar trabajo!"