Los 21 días más tensos terminan con un partido insólito
Las protestas no logran evitar la disputa del encuentro entre el Baxi Manresa y el Hapoel Jerusalén israelí
Manresa"Fueron las tres semanas más intensas que recuerdo". El presidente del Baxi Manresa, Josep Maria Herms, y el gerente del club, Carles Sixto, han vivido en las últimas tres semanas colgados del teléfono para gestionar la organización del partido contra el Hapoel Jerusalén. Las conversaciones tanto con los organismos gubernamentales como con los policiales fueron constantes durante 21 días de tensión que acabaron con la disputa del encuentro correspondiente a la tercera jornada de la Eurocup.
El primer partido de la temporada frente a un equipo israelí en Catalunya se convirtió en un banco de pruebas. El Barça y el Joventut Badalona tendrán que pasar por lo mismo. "Todo el mundo nos ha felicitado por cómo hemos gestionado la situación", dicen desde el club, que han trabajado con prudencia para conseguir el único escenario viable, que el partido se acabara disputando a puerta cerrada. El triunfo fue para el Baxi Manresa (101-94).
Diferentes organizaciones intentaron evitar el acceso al pabellón del Hapoel Jerusalén. Los primeros manifestantes se concentraron en las cercanías del Hotel Barceló Sants de Barcelona, donde el equipo israelí pretendía alojarse en secreto. Según la versión de las personas que protestaban, los Mossos d'Esquadra utilizaron sin previo aviso gas pimienta para dispersar a algunos grupos. Los segundos se distribuyeron para intentar bloquear los tres accesos al Nou Congost: la Farinera, el Pont Nou y la Pirelli. "Nunca habíamos visto un despliegue policial como éste", decían los manifestantes, que lucieron una pancarta con el lema "Ama el baloncesto, odia el genocidio". La estrategia no funcionó y el conjunto israelí accedió por la salida de San Juan de Vilatorrada de la C-25. Tres autobuses blancos muy bien custodiados transportaron a los jugadores.
La policía estableció un perímetro de más de un kilómetro para blindar el Nou Congost. El párking del recinto presentaba una inusual imagen apocalíptica. El Ayuntamiento de Manresa suspendió desde las dos de la tarde la actividad deportiva rutinaria de clubs y escuelas. El fútbol, el atletismo, la gimnasia, el béisbol o el rocódromo aplazaron sus entrenamientos. Mientras los equipos se calentaban, un grupo de manifestantes intentó buscar un punto de acceso sin vigilancia en el pabellón caminando por las vías del tren, pero los Mossos d'Esquadra controlaron de cerca sus movimientos. Dentro del pabellón el escenario era muy distinto. Calma y ningún espectador no acreditado. "Los que más hemos perdido somos nosotros", lamentó el encargado de uno de los bares del Nou Congost, que solo pudo dar servicio a los periodistas.
La noche acabó con el Hapoel cambiante de hotel para evitar nuevos disturbios.