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El Barça compraba jugadores sin saber si los podía pagar

El club pone a cuerpo descubierto la gestión de Bartomeu a través de las conclusiones de la Due Diligence

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Ferran Reverter, CEO del Barça, dando explicaciones sobre la Due Diligence

BarcelonaIncremento de gasto, duplicidad de servicios, aumento de la deuda, comisiones por encima de la media e improvisación en la gestión. Son solo algunas de las anomalías que ha detectado la Due Diligence que ha encargado el Barça para saber cómo se gestionó el club durante los últimos años del mandato de Josep Maria Bartomeu. Un informe extenso, que ha necesitado medio año de elaboración y que ha visto la luz este miércoles de la mano del CEO de la entidad, Ferran Reverter.

No ha sido un trabajo fácil. Los nuevos gestores se han encontrado con muchos impedimentos a la hora de mirar atrás. Por ejemplo, por la contabilidad, que se hacía a través de 4 empresas diferentes. Es decir, había 4 lecturas de los números. También, que los correos electrónicos se borraban 90 días después de que alguien dejara el club. O, en cuanto a los directivos, que no usaban ordenadores del club sino sus personales, y que la mayoría de correos se rebotaban a su cuenta personal. Por lo tanto, en muchos de los casos no hay constancia de nada. Al menos, en las oficinas de Arístides Maillol.

De momento, sin querellas

De momento, sin embargo, solo será esto. Números y explicaciones para entender cómo el Barça disparó el gasto en la masa salarial un 61% en los últimos cinco años, o cómo se aumentó un 56% los gastos de gestión del 2017 al 2020, o cómo en este mismo periodo se multiplican por 6 los costes financieros por el incremento de la deuda o la falta de planificación financiera. La magnitud de la tragedia provocó que, de no ser por la refinanciación de la deuda, desde abril de 2021 se hubiera quedado sin caja para seguir operando.

Al contrario de lo que podían esperar algunos, no se ha anunciado ninguna medida concreta a nivel judicial. "Sabemos que el socio está muy enfadado, pero ahora mismo lo que necesita el club es estabilidad", apunta Reverter.

Dos interpretaciones

De la misma manera que la directiva de Bartomeu había defendido su modelo de gestión y había atribuido todos los males económicos del Barça a los efectos de la pandemia, los nuevos responsables del club consideran que "sin el coronavirus el club hubiera tenido pérdidas, igualmente". Los cálculos son que el covid-19 supuso unas pérdidas de 43 millones durante la temporada 2019/20; y de 65 en los primeros nueve meses del ejercicio 2020/21 -la Due Diligence se extiende hasta que la directiva de Joan Laporta toma posesión, en marzo.

Los problemas, según la lectura que hace el actual ejecutivo, llegan con el incremento exagerado de los gastos salariales. "Se hacían contratos para que no entraran en el balance", comenta Reverter. Los nuevos gestores se han encontrado con salarios crecientes -un jugador, del que no han detallado el nombre, cobraba 9 millones el primer año, después 19 y finalmente 29-. Una situación que no solo implica aumentar exponencialmente el coste deportivo, sino que también dificulta su venta.

Joan Laporta, en primer término, y Ferran Reverter

Un 61% más de masa salarial

Esto ha implicado que la masa salarial aumentara un 61% (ficha más las amortizaciones), incluyendo conceptos como los loyalty bonus o las primas de fin de contrato que incrementaban el gasto a largo plazo. Para este 2022, la masa salarial prevista estaba cifrada en 835 millones -sin incluir a Messi-, un 108% sobre los ingresos recurrentes. Este aumento iba de la mano con un "aumento poco habitual de los gastos de intermediación". Es decir, las comisiones para los intermediarios, que normalmente son del 5% -un 10% en los jugadores top-, había llegado a ser del 20% y del 33% en alguna operación, suponiendo un sobrecoste total de 48 millones de euros.

"Daba la sensación de que se fichaba a jugadores sin mirar si se podían pagar o no", dice Reverter después de revisar la documentación. Como ejemplo, el caso Griezmann, que costó 120 millones pero que, el mismo día que se firmaba el contrato, se tenía que conseguir la financiación para abonar el coste del traspaso. Con esto más la comisión de fichaje, el sobrecoste fue de 16,6 millones. "La gestión fue nula, con una falta de control absoluta". Esto provocó, por ejemplo, que en el margen de un año el club se comprometiera a pagar, en solo 4 jugadores, un total de 1.400 millones en los siguientes 4 años -coste del traspaso, salario total, intereses y comisiones.

El incremento de la deuda

En el club se pagó más dinero por los jugadores, pero este incremento no fue compensado con un incremento de los ingresos suficientemente grande. Siendo así, ¿cómo salían los números? La respuesta es doble. Primero, en el cambio de criterio para definir la deuda del club, pasando de usar el que siempre se había utilizado al que recomienda la Liga -que, entre otros, no incluye las deudas con las instituciones-, y que pasa a favorecer claramente los intereses de la directiva de Bartomeu. Segundo, en la manera de hacer las cuentas, que se basa en unos criterios que pueden dar un resultado positivo hoy, pero que conllevan una deuda a largo plazo. Y esto mismo le ha pasado al Barça. En 2018/19 se cuadran los números gracias al intercambio Cillessen-Neto o al último día de mercado. Y en 2019/20, el primero de la pandemia, se maquillan las pérdidas con el intercambio Arthur-Pjanic. Por lo tanto, sin estas operaciones -consideradas históricamente como extraordinarias-, los resultados habrían sido negativos.

Como consecuencia, la deuda financiera neta se ha incrementado en 514 millones (de 159 en 2018 a 673 en 2021). Una deuda que "se ha realizado sin solicitar autorización a la Asamblea puesto que se hacía por importes inferiores al límite estatutario, que era de un 10% del presupuesto", apunta el CEO. Es decir, que interpretaron que podían hacer operaciones individuales por un valor inferior al 10%, aunque en el total superaran este tope que marcan los estatutos.

El futuro a corto y largo plazo

"Necesitaremos cinco años para revertir esta situación y pasar a tener un patrimonio neto positivo", apunta Reverter. Esto implica que el club se tendrá que apretar el cinturón a nivel económico durante una buena temporada. Pero, detalla, no impedirá poder hacer alguna operación -fichaje- el próximo verano. Dependerá, sin embargo, del nivel de ingresos que se pueda obtener durante la temporada y, también, de las posibles salidas al final de esta temporada.

¿Y convertirse en una sociedad anónima deportiva? La situación económica es delicada, pero desde el club consideran que tiene solución, al menos siguiendo el modelo de propiedad actual. "Por ahora no se ha planteado esta opción", asegura Reverter. La refinanciación de la deuda y la exploración de nuevas vías de ingresos, como pueden ser los tokens o la venta directa de contenidos a los aficionados a través del mercado digital, son dos de los caminos para incrementar la facturación.

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