La nueva vida de Nairo Quintana, el ciclista castigado sin sanción: "Los amigos de verdad sí han estado a mi lado"
El colombiano reflexiona sobre su vida después de que le detectaran Tramadol en el organismo hace un año
Andorra la VellaEn Andorra el invierno comienza poco a poco a aparecer. Nuestro protagonista llega sin hacer ruido, algo habitual en él, con ropa larga de ciclismo y a las 9.30 h en punto. Casualidad o no, es la misma hora que ha dado nombre a su marca de café. Según un estudio, la mejor hora para tomar el primer café del día. Nairo Quintana, ciclista colombiano de 33 años, pide su cappuccino habitual y toma lugar consciente de que queremos saber sobre su futuro. El de Boyacá reflexiona y mide cada respuesta antes de salir a entrenar.
Los próximos meses son claves deportivamente para Nairo, que sigue sin equipo desde que en el Tour de Francia del 2022 se detectaran restos de Tramadol en su organismo. Es una sustancia que, según la AMA (Agencia Mundial Antidopaje), no estaba en la lista de sustancias dopantes. Sin embargo, la UCI (Unión Ciclista Internacional) le retiró el sexto puesto en el Tour del 2022 debido a que el Tramadol estaba prohibido durante las competiciones por sus efectos secundarios para la salud. A partir del próximo mes de enero, ya será una sustancia prohibida. Cosas del ciclismo.
Durante este año y pocos meses sin competición oficial, el colombiano ha tenido tiempo para reinventarse fuera de la carretera mientras sigue soñando con ponerse de nuevo un dorsal. "Dejar la competición fue difícil y espero que no sea una etapa que ya esté terminada porque seguiré compitiendo en algunas carreras. Gracias a mi mujer, que era mi vecina cuando éramos pequeños y con la que llevo 15 años juntos, he podido centrarme en otros proyectos personales. Ella y mis hijos han hecho que estos meses hayan sido menos duros, realmente", relata.
La familia y los orígenes han sido un salvavidas al que agarrarse en medio de un mar de dudas y rumores. El café y el campo como respuesta a preguntas sin respuesta y a unos meses alejado de lo que ha sido su vida, de las carreras en bicicleta, de la adrenalina desatada de bajar un puerto en medio de los Alpes y de la extenuación de atacar en el último puerto de la etapa: "Normalmente, la gente asocia el campo con la pobreza, porque es un mundo muy sacrificado, pero yo creo que hay más pobreza en las ciudades con gente que no llega a fin de mes que en el campo. Nunca nos faltó de nada y, de hecho, podíamos ayudar a otra gente. Y eso me hace muy feliz", recuerda Nairo. "Mi padre siempre ha sido un hombre que ha trabajado la tierra con todo tipo de alimentos. Hoy en día lo recuerdo y me hace llorar de felicidad, porque me hace estar orgulloso de dónde vengo", añade.
Los años más felices de su vida
La falta de competición no ha hecho perder la motivación a un ciclista ganador de un Giro de Italia y una Vuelta a España que sigue pedaleando, ahora por Andorra, con la ilusión del niño que creció en los campos de Boyacá. La experiencia y la perspectiva le hacen valorar lo que realmente le importa, mientras espera sentir otra vez los nervios de la competición en el estómago. “Tener para dormir y comer es mi riqueza. Los años más felices de mi vida, sinceramente, fueron de pequeño. Con mi familia, mis perros y rodeado de mi entorno", admite el colombiano. "Ahora noto que el materialismo al que nos ha llevado el mundo nos ha hecho perder la noción de lo que realmente es importante. Siento que antes había amigos reales, ahora tenemos un millón de amigos en las redes sociales a los que les cuentas cosas que quizás no les interesan. No son amigos como los que les das un abrazo y notas cómo les late el corazón de verdad", reflexiona. "Antes nos llamábamos para saber cómo estábamos y ahora nos enviamos un mensaje por compromiso. Para mí esto no es la amistad, no es riqueza ni felicidad”.
Y en estas llamadas y mensajes, de momento, el colombiano no ha recibido la que lo haga volver al circuito profesional. Un silencio que, a su juicio, no le ha perturbado ni decepcionado. Antes de responder, Nairo hace una pausa para reflexionar sobre su respuesta. “Quienes son amigos de verdad han estado a mi lado y me han demostrado su apoyo. Realmente he sentido mucho el cariño de la gente y era algo que necesitaba. Me siento muy feliz y muy tranquilo de cara al futuro y, si tienen que venir cosas bonitas e importantes, tendrán que aprovecharse porque me llenarán de emoción. Y, si no vienen, seguiremos adelante gracias al amor que me ha demostrado la gente.”
Sueña con volver a la competición
Quintana mira a los ojos de quien habla con la convicción de que, pase lo que pase, él seguirá adelante. "Sueño con la competición y haciendo cosas increíbles. Siempre he tenido la tranquilidad de dormir bien y tranquilo. Mi familia no me ha permitido hundirme en ningún momento. Además, mi cultura ha hecho que haya pasado página, me haya levantado para escribir una nueva y haya continuado mirando hacia adelante. Nunca se acabará la tinta del bolígrafo para seguir escribiendo páginas. Te aseguro que sobre la bicicleta no paro de pensar en los proyectos en los que voy a trabajar cuando baje de la bicicleta", sentencia Nairo.
El futuro es incierto para un ciclista que nunca ha sido de planificar mucho sus ataques en carrera. Sus sensaciones siempre han hecho el resto y ahora la duda es si las sensaciones, los ataques y las llamadas volverán. Él, queda claro, quiere volver a escribir una última página.