El Barça de Flick se especializa en superar obstáculos (1-0)

BarcelonaNi las lesiones ni un calendario que parece no terminar nunca. El Barça de Hansi Flick tiene hambre y quiere comerse el mundo. En una semana marcada por la lesión de Ter Stegen, el equipo azulgrana logró deshacerse del Getafe y firmar un expediente en la Liga que asusta a los adversarios: 21 puntos de 21. Normalmente jugar contra el Getafe es incómodo, pero este año el equipo de Bordalás no da miedo. Y Hansi Flick no parece conocer esa palabra: su Barça siempre ataca, valiente. Ahora, contra rivales defensivos no siempre puedes marcar muchos goles. No siempre se marcan cinco goles, pero sí siempre llegan sustos con posibles lesiones, como el golpe a Iñigo Martínez al término del encuentro.

La temporada va avanzando y de momento el barcelonismo sigue en lo alto de una nube. Van llegando otoño y frío, pero el equipo no afloja. Y eso que el técnico alemán de momento no hace muchas rotaciones, más allá de proteger a Pedri, suplente contra un Getafe que durante los primeros minutos fue lo suficientemente valiente pero se fue cerrando a medida que el Barça se ponía a jugar. Cierto que sin Dani Olmo es un Barça un poco más llano, pero sólo juega en una dirección. Se trata de atacar sin cesar para marcar cuantos más goles mejor. Contra rivales defensivos cuesta, cierto. Pero si lo intentas puedes aprovechar los errores de los adversarios, como el de David Soria que permitió a Robert Lewandowskski seguir engordando sus estadísticas. Cuando el delantero polaco puede vivir instalado en el área rival es feliz. Es como un cazador esperando el momento por poner la pierna y marcar un gol.

El gol que lo cambió todo, entrada la primera parte, nació de la asociación que forman en la banda derecha Kounde y Lamine Yamal. El joven del Maresme, que sigue sumando minutos sin bajar su nivel, agradece las carreras del lateral francés, que le ayuda mucho a romper el corazón de los adversarios. Ambos se miran y entienden. Ambos generan pánico en adversarios que intentan dañar la contra, en el caso del Getafe sin suerte. Por la derecha ellos hacen de las suyas. Y por otro lado quien aporta mucho es Balde. Como le añoró el Barça, la pasada temporada.

Ayer era el día en que muchas miradas estaban puestas en Iñaki Peña, que la pasada temporada, en la quincena de partidos que jugó, se hartó de recoger el balón de dentro de la portería. Le tocó jugar en esa época caótica en la que marcarle al Barça parecía coser y cantar, cuando Xavi Hernández anunció que se marchaba. Pero este Barça es muy distinto, con espíritu colectivo y autoestima alta. El guardameta de Alicante no tuvo mucho trabajo y cuando le tocó mancharse los guantes lo hizo bien. De alguna manera, se reivindicó el mismo día en que fue consciente de que la dirección deportiva quiere recuperar a un hombre que ya está retirado, el polaco Wojciech Szczesny. A la espera de que el polaco recupere la forma, Iñaki será quien tendrá que defender la portería de un Barça que ayer en algunos momentos cayó a la trampa de un Getafe que siempre logra enfangarlo todo. Haciendo faltas, cortando el ritmo, aferrándose a la vida con las uñas, consiguieron que un partido en el que el Barça siempre fue superior siguiera bien abierto hasta el final. Los disparos de Lamine Yamal y Raphinha terminaban fuera. Y Lewandowski se hartó de recibir golpes dentro del área.

De hecho, seguro que Flick soñaba con una goleada fácil para hacer cambios en la segunda parte y apostar por las tan necesarias rotaciones, pero se vio obligado a cargar de más minutos a los titulares, ya que el partido seguía abierto. Algunos futbolistas ya parecen cansados, y otros tienen las piernas llenas de morados, como un Marc Casadó que recibió un trompazo de Arambarri que pudo ser perfectamente una roja. El partido del joven de La Masia volvió a ser una maravilla. Se hartó de recuperar balones, se dejó el alma para estar en todas partes donde hacía falta y con el balón en los pies cada vez parece tener más confianza.

Para evitar sustos, Flick confió en Ferran y Pedri, en un partido en el que el Getafe parecía satisfecho de haber concedido apenas un gol. Es su forma de vivir, sobreviviendo, haciendo la coz. El Barça, en cambio, quiere marcar, hacer goles, quiere ser valiente. Protegió a Iñaki Peña con largas posesiones y una gran presión tras la pérdida para evitar recibir contras. Con una buena defensa, con Eric Garcia jugando con sensatez en el centro del campo junto a un Pablo Torre que fue de más a menos y que acabó en el banquillo. El Barça tuvo que mantenerse concentrado hasta el final para que el Getafe no volviera a jugar el papel malo de la película. No fue el caso, pese a una gran ocasión de Borja Mayoral en el último minuto. El Barça sólo cometió este error y pudo esconder el balón lejos de su portería. El de ayer fue un triunfo corto pero sin sufrir demasiado. Pero como este Barça tiene tanta hambruna y ambición, Raphinha acabó amonestado por protestar. Los jugadores no parecían del todo contentos. La filosofía del Barça de Flick es marcar goles, morder, atacar. Si gana 1 a 0 no termina del todo contento. Buena señal.