¿Por qué el Barça puede ganar perfectamente al Inter en Milán?
Los argumentos por los que el equipo de Hansi Flick puede vencer al Giuseppe Meazza para jugar la final de la Champions
BarcelonaEl Barça no pudo ganar al Inter de Milán en casa (3-3), pero se cargó de argumentos para pensar que puede hacerlo perfectamente en el Giuseppe Meazza. A continuación, enumeraremos algunos, empezando por los individuales y terminando por los colectivos.
Lamine Yamal está en boca de todos. El motivo es muy evidente. Su partido contra los italianos, especialmente la primera parte, no está al alcance de casi nadie en el planeta fútbol. Más allá de la obra de arte en el primer gol del Barça, y de la jugada de dibujos animados justo a continuación que acabaría en el larguero tras la intervención de Yann Sommer, lo explicó perfectamente Simone Inzaghi después del partido: "Me ha impresionado. Solo sale un talento como éste cada 50 años".
Y lo dijimos también en este diario cuando la cantinela de algunos era que no hacía goles: Lamine Yamal es tan bueno que condiciona completamente el planteamiento del rival. El técnico italiano reconoció que tuvieron que ponerle encima a tres rivales (con Dimarco y Mkhitaryan no era suficiente). Cuando esto ocurre, evidentemente, se abren espacios en otras zonas del campo. Lamine Yamal regala goles, asistencias y jugadas majestuosas, pero también regala tiempo y espacio a sus compañeros.
Más allá de Lamine Yamal
El joven de sólo 17 años de Mataró es el jugador con mayor capacidad para resolver la eliminatoria, pero el Barça tiene otros que pueden resultar decisivos en Milán. Piedra para marcar los ritmos y tener el balón, Pau Cubarsí para apagar incendios cuando ni siquiera se han producido gracias a su magnífica colocación y comprensión del entorno, Dani Olmo para atraer y eliminar a rivales con sus dulces controles en espacios reducidos o Raphinha y Ferran Torres para tener la mirada afilada de cara a la cara afilada de cara.
En el ámbito colectivo, el Barça tiene la capacidad de dominar y sentirse dominante. La salida de balón, pulcra y variada con Iñigo Martínez y Pau Cubarsí, asegura al equipo poder progresar con sentido hacia campo contrario. Está por ver si el Inter de Milán se atreve o necesita presionar más arriba en algún momento de la eliminatoria, pero llegados a este punto el conjunto de Hansi Flick debería tener argumentos para superar el nuevo escenario, especialmente con sus centrales y con Pedri, un futbolista que tiene una capacidad fantástica para esconder el balón y salir de la presión rival.
Lo normal es que el Inter no sea especialmente agresivo en la presión a campo contrario mientras el resultado no se lo exija, y es que sus centrales no son especialmente rápidos para seguir los desmarcados profundos de jugadores como Ferran Torres o Raphinha. Es probable que el martes, a pesar de jugar en el Giuseppe Meazza, sigamos viendo un Inter reactivo ya menudo hundido en su área. Esa fue la película de la primera mitad en el partido de ida, y también en algunos momentos de la segunda, y el Barça demostró recursos para atacar a la detenida defensa italiana, fuera conquistando la frontal, moviendo los tres centrales para separarles un poco entre ellos o del lateral de su lado o, también, presionando la pérdida de forma feroz.
El tema de la presión es, seguramente, el gran descorazonador táctico de la eliminatoria. Analizando al Inter, ya explicamos que el equipo de Milán tiene un gran abanico de recursos a la hora de salir de presión, sacar el balón controlado y orientar los ataques hacia terreno del adversario. Lo demostró en Montjuïc. Lejos de abusar del juego directo hacia sus dos delanteros, el conjunto de Inzaghi también supo encontrar otros caminos, aunque la mayoría estaban llenos de trampas que Flick había ideado. No conviene reducir al Inter a un equipo defensivo y suficiente.
El Barça presionó mucho, lo hizo muy bien y de forma voraz, pero el conjunto italiano asumió el reto y en varios momentos supo saltar la presión y atacar a la última línea del equipo azulgrana con triangulaciones, cambios de orientación y entrada de jugadores en segunda ola. Ellos también son muy buenos y la mayoría de sus jugadores tienen buen pie y personalidad con pelota.
Para ganar en Milán, el Barça tendrá que hacer muchas cosas similares a las que hizo durante la primera mitad, tendrá que presionar con la misma convicción y, evidentemente, también tendrá que defender mejor el área, especialmente en las jugadas de estrategia. Si el Barça de Hansi Flick hace un partido al nivel de los mejores que hemos visto esta temporada, y hemos visto varios, tendrá serias opciones de ganar y estar en la final de Múnic del 31 de mayo.