El Barça vive un momento dulce y no quiere bajar de la nube en la que se ha instalado (0-1)
Un gol magnífico de chilena de João Félix da los tres puntos a un Barça lleno de rotaciones que todavía quiere dar guerra a la Liga
BarcelonaLa alegría se contagia. Y el Barça lleva unas semanas que no puede parar de ganar y contagia felicitante. Al talento de sus jugadores, se le suma un poco de suerte, que siempre es necesario. Ahora da la sensación de que la moneda siempre caerá de cara y que, si fuera Navidad, el gordo tocaría dentro del vestuario azulgrana. Sin enamorar como hizo en París, el equipo de Xavi se llevó los tres puntos de Cádiz gracias a un regalo de João Félix en forma de gol de chilena (0-1). Es raro el fútbol. No hace mucho este equipo se atascaba fácilmente y ahora parece que va a ganar incluso cuando no lo busca. En la Liga el Barça parece un funcionario; en Europa, un artista.
Una apuesta que le funciona, a Xavi, por el momento. Y mira que era arriesgada, su alineación en el campo del Cádiz, que daba descanso a casi todos los titulares de París para enfrentarse a un rival con el agua en el cuello. En las bajas ya conocidas de Lewandowski, Cancelo e Iñigo Martínez, el técnico vallesano añadió una revolución en la que lo cambiaba casi todo, con la excepción de Ter Stegen y un Cubarsí que ahora juega siempre. En pocos meses ha pasado de ser el desconocido hijo de un carpintero de Estanyol en ser el defensa de moda del fútbol europeo. Y él sigue igual, inalterable, concentrado en hacer bien su trabajo. Si el Barça hubiera pinchado, habría dado la sensación de que el equipo azulgrana dimitía de la Liga y le ofrecía a un Madrid que no falló en Mallorca. Pero ni las rotaciones, ni el ritmo bajo ni el papel testimonial de jugadores algo desaparecidos evitaron un nuevo triunfo. La Liga sigue siendo complicada, pero, justo antes de visitar el Madrid el próximo domingo, el triunfo en Cádiz permite tener aún esperanza. Y más ahora que este equipo gana cuando lo merece y también cuando no hace nada del otro mundo, como ocurrió durante buena parte del partido en el Nuevo Mirandilla.
La magia de João Félix
De hecho, la primera parte fue bastante amodorrada. El Cádiz intentaba morder con un juego agresivo y vertical, priorizando no tomar daño. Tampoco el Barça parecía con prisa. Como si los jugadores necesitaran tiempo para adaptarse a jugar por primera vez con esta alineación experimental. El centro del campo, con Oriol Romeu, Fermín y Sergi Roberto, se vio embarrado en una guerra de trincheras contra los adversarios. Sin Lewandowski, sancionado, la lógica decía que por fin jugaría Vitor Roque como delantero centro. Dicho y hecho. El brasileño, acompañado en las bandas por Ferran Torres y João Félix, hizo lo que pudo. De momento sigue pareciendo un estudiante de intercambio que todavía no se ha adaptado a la nueva facultad. Fernando, todavía lejos de su mejor estado de forma, fue una sombra.
¿Y João Félix? No jugó un gran partido pero se ganó la semanada en una sola acción, la del 0-1. Justo cuando el partido parecía más cerrado, sin ocasiones, ritmo ni alegría, remató un saque de esquina con una chilena espectacular en la que demostró una gran capacidad de coordinación: una vez ya alzado el vuelo le movieron, para molestarle. Ni así evitaron que marcara uno de los goles de la temporada. Un instante de belleza, una pequeña obra de arte, una locura de un jugador maldito, de esos que se esconden demasiadas veces, como si estuvieran enfadados con el mundo. Un jugador que, cuando quiere, logra ser admirado. ¿Quién no ha soñado con hacer un gol como el suyo? Pocos lo logran. Él es uno de los escogidos.
Pero el portugués prefiere jugar partidos de Champions y, contra el Cádiz, se limitó a vivir de las rentas de su golazo en una segunda parte en la que el Cádiz asustó de vez en cuando, como en un gol en fuera de juego de Juanmi. Xavi, escondido en una sala en las alturas del campo, ya que aún está sancionado, ordenó un triple cambio a tiempo para detener los intentos de reacción locales, llamando a filas a Pedri, Koundé y Lamine Yamal. Los pesos pesados, aunque uno de ellos sea un adolescente, a fin de cerrar el expediente y hacer vía.
Sin embargo, el Cádiz se aferraba a la vida como un náufrago que no quiere hundirse, enviando balones al corazón del área, para ver si conseguía forzar un penalti o un rebote. Poco, contra este Barça con estrella. La suerte quizás no existe y lo que vive ahora el equipo es fruto del buen trabajo, de recuperar lesionados y del clima más relajado en el vestuario, ahora que Xavi se ha quitado de encima el peso de anunciar su futuro. Como ya ha ocurrido más de una vez en la Liga, sin hacer nada del otro mundo, el Barça sigue vivo, como si no quisiera esconder a nadie que la competición en la que quiere hacer saltar la banca es la Champions. Xavi quiere despedirse por la puerta grande en Wembley.
- Cádiz: Ledesma, Carcelén, Ousou, Chust (Lucas Pires, 85'), Javi Hernández, Sobrino, Álex Fernández (Diadie Samassékou, 77'), Rubén Alcaraz, Robert Navarro (Darwin Machís, 77'), Chris Ramos (Maxi Góz , 52') y Juanmi (Roger Martí, 77').
- FC Barcelona: Ter Stegen, Fuerte (Koundé, 61'), Cubarsí, Christensen (Pedri, 61'), Marcos Alonso, Sergio Roberto, Oriol Romeo, Fermín López (Raphinha, 79'), Ferran Torres, Vitor Roque (Lamine Yamal , 61') y João Félix (Marc Casadó, 85').
- Goles: 0-1 João Félix (37')
- Árbitro: Juan Luis Pulido Santana (Canario).
- Tarjetas amarillas: Cubarsí (27'), Rubén Alcaraz (46'), Sergi Roberto (46'), Javi Hernández (63'), Ter Stegen (76'), Roger Martí (84').
- Tarjetas rojas: Ninguna.
- Estadio: Nuevo Mirandilla, 19.807 espectadores.