Xavi y Luis Enrique se reparten la presión del PSG-Barça
El asturiano calienta la previa diciendo que él "representa mejor el estilo azulgrana"
Enviado especial a ParísLuis Enrique ha acaparado la previa del duelo entre el Barça y el PSG con unas sorprendentes declaraciones a un periodista afín al club parisino. En una respuesta que parecía cocinada antes de la comparecencia de prensa, el asturiano explicó, sin dejar margen a la ironía y con rictus completamente serio, que en el Barça él representó más el estilo que Xavi. "Sin ninguna duda. No es una opinión, eche un vistazo a los datos en términos de posesión de balón, ocasiones de goles, títulos, trofeos... Aunque evidentemente, algunos opinan de manera diferente", ha argumentado el asturiano. El exentrenador azulgrana decidió acaparar todo el protagonismo en la previa de la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones.
En menos de 24 horas, Luis Enrique dio la vuelta a su discurso. Si el lunes había dicho en declaraciones a los medios del PSG que sería un partido más de los jugadores que de los entrenadores, este martes ha querido acaparar el protagonismo y liberar de presión a sus futbolistas. La contundencia en su discurso ha marcado, horas después, el aterrizaje de Xavi en la rueda de prensa. El partido será un duelo de alto nivel futbolístico, pero la previa ha puesto a prueba el tacticismo dialectal de dos entrenadores que se conocen muy bien porque el egarense levantó un triplete con el Barça en su última temporada como azulgrana y en la primera del asturiano en el banquillo.
En la gestión de la presión previa a la ida de una eliminatoria que aprieta a ambos técnicos –el PSG es un equipo construido para ganar la Champions y éste es el único título que el Barça puede conseguir este curso con una Liga casi teñida de blanco–, Luis Enrique apostó por ponerse él en el foco del huracán, mientras que Xavi optó por cargar el peso del favoritismo a su rival. El entrenador azulgrana, pese a la insistencia de los numerosos periodistas desplazados a la sala de prensa del Parque de los Príncipes, no quiso entrar en el juego. "Luis y yo nos llevamos muy bien. Tenemos una relación buenísima", abrió fuego Xavi cuando le preguntó por las palabras de su homólogo.
Acto seguido, ha desarrollado porque considera que el PSG es el favorito: "Tienen un equipo hecho para ganar la Champions. Conozco bien a los qataríes y llevan años trabajando para alcanzar este objetivo, con una gran inversión. No estoy haciendo ninguna estrategia, nosotros somos un equipo en construcción. También nos tomaron en verano un gran jugador como Dembélé. Ellos son los favoritos". El técnico de Terrassa negó que sus palabras respondieran a ninguna cuestión de tacticismo y defendió que lo pensaba "de verdad".
Xavi, con una sonrisa pícara, ha ido esquivando como si fueran balas las preguntas relacionadas con las polémicas declaraciones de Luis Enrique, un puñado de horas antes de su rueda de prensa. "Es un grandísimo entrenador. Los dos buscamos lo mismo. Los dos podemos presumir del ADN Barça. Él, Pep, evidentemente, e incluso Arteta y nosotros representamos el estilo del Barça. Hay cuatro entrenadores en los cuartos de final de la Champions que pueden presumir de esto", quiso sentenciar Xavi. "Luis Enrique ha querido protegerse mediáticamente. Los dos tenemos ADN Barça".
El día que Luis Enrique vetó a Gündogan
Aparte de recuperar lesionados como De Jong y Christensen (más difícil lo tiene Pedri), uno de los grandes protagonistas en clave azulgrana será Gündogan. Si no fuera por Luis Enrique, el alemán pudo vestir de azulgrana hace un montón de tiempo. Corría el 2015 y era una época muy agitada en un Barça que acababa de ganar el triplete y que tenía elecciones a la presidencia. Y también un momento en el que el club estaba sancionado por la FIFA y no podía inscribir a jugadores en el mercado. Aun así, la secretaría técnica tenía sobre la mesa el nombre de Gündogan, que jugaba en el Dortmund. Fue una negociación fácil. El centrocampista quería ir al Camp Nou, no le importaba esperarse medio año sin jugar –hasta el siguiente mercado de invierno no podía formalizarse ninguna inscripción– y los alemanes aceptaban venderlo por veinte millones. Estaba todo pactado, había pasado la revisión médica y buscaba ya casa en Barcelona. Y cuando todo estaba a punto de caramelo entró en escena el entrenador de entonces, Luis Enrique.
El asturiano, con el poder que le daba haber ganado la Liga, Copa y Champions, exigió otro perfil: el de Arda Turan. "Era un verano de elecciones, el presidente sabía que dominaba las encuestas, pero no quería oír hablar de conflictos con el entrenador. Así que deshizo la operación y fichó a Arda", recuerda al ARA un antiguo miembro de la directiva. En realidad, en ese momento no mandaba Bartomeu, que había dimitido por presentarse a los comicios, sino a Ramon Adell como presidente de la gestora. "Parecía que la historia del Barça dependía de ese fichaje", admitió él mismo en el ARA. Incluso Adell se planteó renunciar al cargo por esa operación.
Arda firmaba con el Barça tras pagar el gusto y las ganas al Atlético de Madrid: nada menos que 42 millones entre fijos y variables. Tocaba decirle a Gündogan que no vendría. La situación era tan incómoda que Bartomeu no se atrevió a llamar personalmente al padre del centrocampista, que había sido su interlocutor durante las negociaciones: delegó el trance a Jordi Mestre, vicepresidente deportivo. Gündogan se quedaba un año más en el Dortmund y, en el verano del 2016, cuando se estaba evidenciando el fracaso de haber escogido a Arda, el alemán firmaba por el City, con el que acabaría ganando la Champions el curso pasado. Ahora se enfrentará a Luis Enrique vestido de azulgrana.