Barça

La cruzada contra quienes aprovechan el Barça para hacer negocio

El club ha modificado los controles en la venta de entradas y en los accesos para minimizar la reventa

Aficionados culés accediendo al Camp Nou a finales de noviembre de este año.
09/12/2025
4 min

BarcelonaAños atrás, cuando los socios del Barça recibían en casa el abono de plástico para el Camp Nou, encontraban al mismo sobre una carta en la que se les recordaba que no estaba permitida la cesión onerosa. "Dejar el carné" o "dejar el asiento" ha sido muy habitual. Como también era habitual que hubiera gente que no cumplía las normas y pedía algo a cambio. Podía ser en especias –una cena, un obsequio...– o directamente cobrando dinero. El club sabe que es así y también sabe que históricamente ha sido difícil ponerle freno. Pero en los últimos meses ha lanzado una cruzada contra quienes hacen un mal uso del abono. Sobre todo, quienes lo hacen de forma reiterada y han convertido su localidad en el estadio en una herramienta para hacer negocio.

La proximidad del partido contra el Eintracht ha servido para poner el foco mediático. Escarmentado por lo ocurrido en el 2022, el club que preside Joan Laporta no quiere que se repitan esas imágenes, en las que mucha gente se revendió un abono que fue a parar masivamente en manos de los seguidores de las águilas. Y mucho menos quieren que ocurra en un año electoral, con el estadio que está a menos del 50% de capacidad para las obras y con la clasificación para la siguiente ronda de la Champions en el aire. A través de un comunicado, el Barça ya advirtió que habrá más trabas que nunca, que aumentarán los controles y que si se pillaba a alguien sería denunciado en la comisión de Disciplina, donde se arriesga a perder la condición de socio abonado. Es lo que les puede ocurrir a los 361 socios a los que se han detectado indicios de reventa, con los que el club ya se ha puesto en contacto y al que se les abrirá un expediente disciplinario.

El Seient Lliure, una reventa legal impulsada en 2001

La temporada 2001-2002 el Barça puso en funcionamiento el Seient Lliure, una forma ingeniosa de hacer una reventa legal. Si el abonado no podía ir al Camp Nou, lo notificaba y el club podía vender la entrada a otro. El sistema se fue perfeccionando hasta llegar a ser una herramienta imprescindible para la entidad, ya que le permitía multiplicar las entradas disponibles y, por tanto, aumentar el negocio. Pero, como ocurre siempre, hecha la ley hecha la trampa. Había socios que descubrieron que, si ponían todos los partidos a la venta, acababan recuperando mucho más dinero del que costaba el abono. Así que el Barça estableció dos normas: que podría recuperarse un máximo del 95% del precio del abono y que el importe no se cobraría al instante, sino que se descontaba del abono de la temporada siguiente.

Las limitaciones no gustaron. De postre, actualmente el Seient Lliure está suspendido hasta que no exista el aforo completo en el Camp Nou, por lo que nadie se puede descontar nada. Así que la reventa ha seguido su curso. En algunos casos, de forma profesional, en los que una persona recopilaba los abonos y los distribuía a los clientes en un punto de encuentro cercano al Camp Nou, normalmente el hall de un hotel. Incluso en el 2018, el club y la policía llegaron a detectar entradas falsas creadas a partir de los códigos de barras de algunos abonos. A propósito de un Barça-Madrid se organizó un macrodispositivo que se incautó de hasta 3.000 tickets.

Más allá del perjuicio económico que supone para el Barça, de esta compraventa también se derivaban posibles problemas de seguridad, ya que era imposible controlar quién entraba en el estadio. Por eso se estableció un sistema de entradas nominales que, en los desplazamientos, debían recogerse cerca de la sede del partido enseñando el DNI. El invento frenó su reventa en este tipo de partidos, pero no la impidió del todo. Y era una propuesta difícil de llevar a cabo en estadios como el Camp Nou, donde la afición llega a última hora y es literalmente imposible revisar 100.000 tiques –sean entradas o abonos– en un espacio de veinte minutos o media hora.

Los e-ticket, el futuro de las entradas

La pandemia coincidió con un cambio en el proceso de ventas y con el tiempo acabó desapareciendo la entrada clásica por tiques en formato PDF. Una vez más, los revendedores les bastaba con reenviar estos documentos al cliente de turno, así que el Barça pasó a enviarlos 24 horas antes. Ni así se puso freno. La lucha contra el fraude también era efectiva en el proceso de venta, en el que se limitaban el número de entradas por persona o se impedía que alguien pudiera comprar tiques si lo hacía desde fuera del territorio español o con una tarjeta de crédito extranjera. El último widget, la entrada electrónica, en la que sólo se puede obtener el billete a través de una aplicación –o bien la de socios o bien una que el público en general debe descargar–. El QR que sirve para entrar se genera a última hora y esta APP no permite realizar capturas de pantalla.

Durante la estancia del Barça en Montjuïc, el PDF ha convivido con la entrada electrónica. Con la vuelta al Camp Nou, el Barça ha decidido eliminarlo. No fue así en el partido del estreno ante el Athletic Club, pero sí en el Barça-Alabès, donde sólo se podían utilizar los e-tickets. Fue una prueba de fuego que no salió bien, ya que el sistema se saturó y fue necesario recurrir de nuevo a los PDF. La versión azulgrana es que el problema ya está resuelto y que nunca volverá a ocurrir más, ni cuando el estadio llegue a las 105.000 localidades. Así que el futuro implica entrar con el móvil sin excepciones, aunque sean mayores o con dificultades para acceder a las nuevas tecnologías.

A pesar de estas trabas, quedan algunas rendijas. ¿Por ejemplo? Que los abonados tienen derecho a ceder el asiento, siempre que lo notifique previamente al club. A partir de ahí, si cobran o no, es muy difícil detectar. Por el momento, y de cara a la visita del Eintracht, se han podido cazar 353 socios y 8 abonados que intentaban hacer negocio en el momento de compra o transferencia del ticket. Y antes del partido está previsto que aumenten los controles en los accesos, en un día en el que la Guardia Urbana y los Mossos tendrán una presencia más activa para persuadir a posibles revendedores en las afueras del estadio. "El objetivo es limitar la reventa al máximo. Pero debemos ser realistas, eliminarla al 100% es imposible", admiten en los despachos nobles del Camp Nou.

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