El decisivo viaje de Laporta a Múnich
El presidente del Barça se encontró con Aleksander Čeferin para hablar de la sanción de la UEFA
BarcelonaEl Barça, por solamente un suspiro, no llegó a la final de la Champions League de Múnich. Sin embargo, esta ciudad bávara, paraíso de la cerveza, ha tenido un papel importante en el final del ejercicio del club azulgrana. Allí viajó Joan Laporta aprovechando que la selección española de Lamine Yamal disputó la final de la Nations League el pasado fin de semana. El partido, pese a que participaban varios jugadores culers, fue secundario en la agenda del presidente ejecutivo del Barça. La visita tenía un propósito claro: hablar en persona con Aleksander Čeferin, el presidente de la UEFA, para conseguir una reducción de la multa que el máximo organismo del fútbol europeo pretende imponer al Barça por incumplir reiteradamente su fair play financiero.
"Laporta fue a Múnich a arreglar cosas y parece que fue bien", explican al ARA fuentes del entorno del dirigente. La relación entre Čeferin y Laporta actualmente es cordial, hasta el punto de que el presidente de la UEFA expresó al del Barça que es una pena que el conjunto catalán no participe en el Mundial de Clubes que ha empezado este fin de semana. El último movimiento de Laporta va en dirección contraria a la apuesta del Barça por la Superliga de la mano de Florentino Pérez. Todo parece indicar que la sanción económica de la UEFA va a quedar en una multa asumible para el Barça. De los 60 millones de euros que pudieron ser podría pasarse a un tercio de esta cifra. Es un gasto imprevisto considerable en un contexto económico que todavía es de vacas flacas en las oficinas de Aristides Maillol, pero no es la bofetada que se temía.
Teniendo en cuenta que la UEFA todavía no ha hecho oficial la sanción y que el ejercicio 24-25 del Barça se cierra el 30 de junio, el ARA ha preguntado a fuentes oficiales del club si se trabaja con la previsión de albergar esta factura económica en el ejercicio actual o ya se dejará para el 25-26. "De esto deben hablar los responsables económicos del club con el auditor", se han limitado a decir como respuesta.
Por tanto, este es otro tema que se suma a la lista de negociaciones que tendrán que dirimir al Barça y Crowe, el nuevo auditor del club, de cara a los números que se presentarán en la asamblea de socios compromisarios de octubre. La primera es que Crowe acepte los 100 millones de la palanca de los palcos vip del nuevo Camp Nou (deberán estar construidos antes del 30 de junio para que así sea); la segunda, que no pida una devaluación del valor contable de 208 millones por el 51% de Barça Studios como ya ocurrió en el pasado ejercicio con el anterior auditor del club, Grant Thornton, que añadió una excepción a las cuentas a causa de este asunto. Y la tercera, que tampoco considere que haya que devaluar los 157,5 millones que el Barça aportó de capital en el 2022 a Locksley Invest (la sociedad que gestiona los derechos televisivos del club en la Liga) durante la venta del 25% de estos derechos.
¿Por qué la UEFA rebajará la sanción?
La intención inicial de la UEFA era imponer una sanción ejemplar al Barça porque es la segunda vez que incumple su fair play. El club tuvo que pagar ya 500.000 euros al organismo europeo por incumplimiento financiero en el curso 2022-2023 después de que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) no aceptara el recurso del Barça. El motivo es el mismo que el actual: la UEFA sentencia que las palancas (como la de los derechos televisivos y la de Barça Studios) que el Barça ha ejecutado para poder fichar y renovar jugadores desde 2022 no se pueden incluir en los cálculos del fair play porque son "beneficios por la venta de activos intangibles" y no "ingresos operacionales" como considera el Barça. Teniendo en cuenta esto, la junta de Laporta ha jugado con fuego al seguir confiando en las palancas para cumplir el fair play cuando ya había recibido una sanción de la UEFA por este motivo y tenía una amenaza de una sanción más contundente si reincidía.
Debido a esta reincidencia, existía el peligro de que la nueva sanción comportara una multa económica astronómica, la pérdida de puntos en la Champions o la reducción del número de jugadores inscritos. Pero la UEFA moderará el golpe: se ahorrará los dos últimos supuestos, disminuirá notablemente el primero después de las conversaciones con el Barça y ejercerá una clemencia que ya llevó a cabo con otros clubs en el pasado. La sanción, así, estará en la horquilla de los 15-20 millones de euros.
La argumentación principal utilizada por Laporta ante Čeferin para suavizar la situación es que la naturaleza del Barça de asociación deportiva sin ánimo de lucro le impide realizar ampliaciones de capital, recurso que tienen la posibilidad de utilizar la mayor parte de sus principales rivales europeos porque son sociedades anónimas deportivas. Las palancas, según Laporta, son la forma que se ha encontrado para poder seguir compitiendo deportivamente en el primer nivel. El Barça también ha jugado con el argumento de que la Liga acepta en su fair play financiero esta venta de activos por un tiempo determinado a cambio de dinero a corto plazo.
Las consecuencias
Pero el pacto entre el Barça y la UEFA tiene letra pequeña. Más allá de tener que pagar entre 15 y 20 millones de euros de multa, el club azulgrana deberá afrontar los próximos tres cursos bajo la amenaza de que si vuelve a hacer uso de una palanca para computarse "ingresos operacionales" la temida sanción ejemplar se hará efectiva. Por tanto, queda prácticamente descartado que el Barça se venda a medio plazo el 49% de BLM (la venta al por menor del club). La UEFA ha dejado claro al Barça que tendrá que cumplir su fair play financiero gracias a únicamente tres ramas: los nuevos ingresos del nuevo Camp Nou, la venta de jugadores y la reducción salarial de la plantilla. Además, el Barça se compromete a que sus cuentas vuelvan a estar equilibradas en un período de tres años.