Así se desangra el Barça: la dolorosa radiografía del caos defensivo
Desgranamos los motivos que han llevado al Barça a encajar 23 goles en sólo 11 partidos este 2024
Barcelona23 goles encajados en sólo 11 partidos este 2024. El dato es sangriento. Lo que el año pasado fue el gran baluarte del equipo para levantar la Liga y la Supercopa este año es el principal quebradero de cabeza de Xavi. El Barça es el conjunto más goleado de las cinco grandes ligas de Europa en este inicio de año. El equipo sólo ha sido capaz de dejar la portería a cero en dos ocasiones desde el 1 de enero, ambas contra Osasuna. Las Palmas, Barbastro, Madrid, Unionistas, Betis, Athletic, Villarreal, Alavés y Granada han batido la portería azulgrana. "Los errores defensivos nos matan", "Estamos cometiendo errores groseros" o "Habíamos trabajado mucho los aspectos defensivos, que son los que nos están marcando la temporada" son algunos de los mantras que repite el entrenador para explicar el caos defensivo.
La responsabilidad del cúmulo de errores es compartida. Desde la pizarra del técnico hasta la dejadez de algunos jugadores en aspectos cruciales como la intensidad, la presión o la concentración. "El año pasado el Barça no defendía muy bien para que tuviera un planteamiento defensivo muy elaborado, sino porque tenía jugadores atléticos, con hambre y carácter. Todos se pusieron a correr, a defender ya hacer esfuerzos individuales muy importantes. El compromiso era colegial colectivo y brillaron jugadores especialmente inspirados, como Ter Stegen, Araujo o Christensen.Este año, la propuesta colectiva es similar, pero ha bajado la implicación.Al mismo tiempo, algunas piezas nuevas, como Félix y Cancelo, no son muy disciplinados en este aspecto", explica Marc Guillén, analista de El Barça juega en RAC1. Dicho de otro modo, el pasado año el vestuario, lleno de caras nuevas, era más virgen y había más esfuerzo individual en favor del colectivo.
Radiografiando los goles encajados en 2024 se ven las costuras. Ante Las Palmas (1-2), los canarios se adelantó en el minuto 11. Sandro sirve un centro zanja en el corazón del área. De Jong está delante, pero le persigue con la mirada, no le intimida. En Barbastro (2-3), los dos goles llegaron a balón parado (un saque de un córner provocado por un descuido de Félix y un penalti inocente de Fermín). El Madrid arrolló al Barça (4-0), pero sería injusto culpabilizar solo a la línea defensiva. El equipo llegaba tarde en la presión alta y los blancos tenían suficiente con servir pases a la espalda de la defensa y aprovechar la velocidad de Vinícius y Rodrygo. "El equipo no está presionando como presionaba la pasada temporada. Ni en la presión alta, ni en la presión pospérdida. El equipo no está coordinado, las distancias entre líneas son demasiado largas, tanto con balón como sin él", expone el exfutbolista y analista Àlex Delmàs.
"Hay desajustes colectivos graves: el Barça defiende bastante mal las transiciones y los rivales saben por dónde atacar. Pero también hay errores individuales flagrantes. Son conceptos muy básicos como las coberturas, no perder la marca, perfilarse bien por rechazar, fallos en el pase, de concentración...", añade Delmàs. Ante el Unionistas (1-3), un centrocampista (Varo Gómez) remata solo en el segundo palo. Ante el Betis (2-4), en el primer gol Peña y Araujo se hacen un lío y el rebote se le cae a Isco (de nuevo el centrador se fuga de un blando De Jong). En el segundo, Araujo no es contundente y Peña tarda en salir: vuelve a marcar a Isco. En Bilbao, De Jong y Balde no son contundentes en el juego aéreo. En el segundo tanto, el neerlandés también pierde marca y Sancet remata solo de cabeza. El tercero es un error grotesco en la salida de balón entre Kounde y Roberto y el cuarto es un contragolpe con el Barça a la desesperada.
La responsabilidad es compartida entre Xavi y los jugadores
"Colectivamente no hay una propuesta definida. Individualmente, empieza a fallar un jugador, ahora falla el otro... Cuando el equipo no va junto a presionar, cuando no está ordenado, se van acumulando los errores, vienen los malos resultados y baja la confianza. Sólo que un futbolista deje de correr, el equipo ya no llega. No viajan juntos. Si ya no estás bien colocado para atacar, también defenderás peor... Todo esto, sumado a las errores individuales", expone Guillén. El Barça encajó la goleada más dura ante el Villarreal (3-5). Christensen fue muy blando en el primero, Cancelo regaló el segundo, mientras que el tercero, el cuarto (un absoluto despropósito) y el quinto estuvieron a la contra, con el equipo descosido.
Ante Osasuna se logró no encajar (1-0) y ante el Alavés (1-3) se estrenó Christensen como pívot. Una tecla que parecía funcionar, pero ante el Granada los errores individuales volvieron. "Xavi está intentando volver a cerrar con tres defensas como el año pasado, poniendo un pívot más posicional por delante y, así, intentar defender mejor las transiciones. Se está echando de menos mucho a Gavi en la presión. Tampoco está Busquets, que era posicionalmente muy listo, con mucha habilidad para leer los pases rivales. También era un equipo que, ofensivamente, hundía más a los rivales: Lewandowski imponía más y, Dembélé, pese a sus defectos, obligaba al rival a retroceder", concluye Delmàs.