Barça

El encaje de Dani Olmo en el Barça de Flick

El centrocampista ofensivo terrasense aumentará las posibilidades tácticas del entrenador alemán

Marc Mayola
y Marc Mayola

BarcelonaDani Olmo es muy buen futbolista. Quizás es necesario empezar con esta sentencia porque, una vez los medios han confirmado el acuerdo entre el Leipzig y el Barça para el traspaso del jugador, enseguida hemos podido leer reacciones desmesuradas, o directamente fuera de sitio, sobre la valía del futbolista catalán.

Aquí analizaremos qué tipo de futbolista es Olmo y qué podría aportar al Barça de Hansi Flick. Si pagar cerca de 60 millones en la actual situación económica del Barça o si la prioridad debería ser otro perfil de jugador, como extremo más puro, no es el motivo de este artículo. Hay tertulias cada día con opiniones diversas sobre estos temas, pero si algo parece evidente es que el mercado ya hace tiempo que ha enloquecido. Solo un ejemplo: el Manchester United pagó el verano del 2019 por Wan-Bissaka, discretísimo lateral, la misma cantidad que el Barça pagará ahora por Olmo. Insisto, un muy buen futbolista.

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El de Terrassa, que antes de sus experiencias en Croacia con el Dinamo Zagreb y en Alemania con el RB Leipzig había pasado por las categorías inferiores de Espanyol y Barça, volverá a casa con 26 años y con un grado de madurez muy interesante. Campeón de Europa este verano con la selección española, siendo un futbolista capital en la consecución del título, Olmo es un centrocampista ofensivo que presenta las virtudes más importantes para jugar en el Barça: es muy fino técnicamente y también inteligente tácticamente.

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En el apartado de recursos técnicos, destaca especialmente por el control. Su primer contacto con el balón suele ser buenísimo. Los controles orientados que hace lo sitúan a menudo en una situación ventajosa frente al rival. Además, a la hora de hacerlo domina las diferentes superficies del pie. Olmo combina esta capacidad para controlar la pelota y sacar provecho del primer contacto con una muy buena capacidad asociativa. Tiene calidad de paso y sabe tejer sociedades con compañeros. Todo ayuda a ser un equipo dominante y, además –y eso es muy importante también–, se mueve muy bien en espacios reducidos. Juega con clarividencia y ofrece valor técnico allá donde es más difícil, en zonas interiores y rodeado de rivales.

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Tácticamente, es un futbolista que se mueve con inteligencia, ya sea para conquistar la frontal del área y poder acabar las jugadas desde allí o con desmarques que ayuden en la dinámica ofensiva del equipo. Tiene buena intuición para situarse entre líneas y, una vez dentro, recibir y girar para atacar a la defensa rival. Sin pelota es currante y comprometido y, en este sentido, también podría ser valioso a la hora de aplicar la presión alta y agresiva tan característica de Flick.

Justamente en relación a las posibilidades tácticas, Olmo es un futbolista que podría ocupar cualquiera de las cuatro posiciones ofensivas: diez por detrás del delantero (donde seguramente mejor se expresa), once o sed yendo hacia adentro (en la idea de Flick, los extremos a menudo van a zonas interiores y el carril queda para los laterales) o, incluso, de falso nuevo.

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Dani Olmo es como una navaja suiza con diversas utilidades y, de entrada, no preocupa que pueda apagar la estrella de Fermín. La temporada es larga y cargada de partidos, por lo que se necesita profundidad de plantilla. Aparte, estos dos jugadores son perfectamente compatibles.

Sí preocupa, en cambio, que estas últimas tres temporadas con el Leipzig Olmo se haya perdido más de cincuenta partidos por motivos médicos. Es propenso a lesionarse y esto puede ser un problema importante. Si puede mantenerse sano y mejorar su relación con el gol, probablemente hablaremos de un gran acierto en el capítulo de fichajes. Es verdad que un jugador tan bueno como Olmo, un centrocampista ofensivo de su calidad, podría y debería aportar más goles a su equipo. Las cifras con el Leipzig (29 goles en 148 apariciones) no son para echar cohetes, pero quizás pueda mejorarlas en el Barça.

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