El enésimo cambio de planes con la reapertura del Camp Nou
El Barça acumula dos semanas de retraso con la entrega del CFO de la primera fase
Barcelona"Debido a la normativa de UEFA, que impide cambiar de estadio durante la fase inicial de la Champions, y de las dificultades logísticas y el sobrecoste que supone mantener dos instalaciones [...] operativas al mismo tiempo, el club ha decidido seguir jugando en el Estadi Olímpic Lluís Companys hasta el final de la fase inicial de la Champions". El extracto corresponde al comunicado oficial que el Barça hizo el 20 de noviembre del 2024, una semana y pico antes de la primera fecha frustrada de regreso al nuevo Camp Nou, la del 125 aniversario de la entidad. La frase aparece al inicio de un escrito en el que no se hacía ninguna mención del verdadero motivo de la ampliación del pase de temporada para socios en Montjuïc: el evidente retraso en las obras del estadio barcelonista. Meses después, en parte también gracias a los Rolling Stones y ya sin razón ni normativa que tapara la realidad, se confirmaría una segunda campaña entera en el exilio.
A las puertas del tercer ejercicio con el Camp Nou empantanado, y después de haber tenido que cancelar la reapertura programada para el trofeo Joan Gamper, el Barça ha asumido que la única opción posible es devolver por fases. Tres, concretamente, ya que las obras avanzan a ritmos distintos según el sector del estadio. Los esfuerzos están centrados por el momento en la primera, que prevé la entrada de 27.000 personas en las dos primeras gradas de la tribuna principal y el gol sur. Según el último calendario previsto, hace diecisiete días que debería haberse entregado el certificado de final de obra (CFO) de estas zonas, pero este martes aún no se había firmado el trámite al cien por cien, por lo que el Ayuntamiento de Barcelona, institución encargada de validar la reapertura con el permiso de primera ocupación, no puede avanzar en esta dirección por mucho que avancen en esta dirección. La última fue ayer martes y todavía hay cosas por resolver antes de que el consistorio pueda extender la licencia.
Como el tiempo corre deprisa y en contra y el calendario de la Liga asigna un Barça-Valencia el 13 o el 14 de septiembre, la entidad está obligada a presentar alternativas sabiendo que Montjuïc no está disponible para esa fecha porque acoge un concierto de Post Malone. Fuentes oficiales azulgranas insisten en no descartar al Camp Nou, pero al mismo tiempo reconocen que el margen es muy estrecho. También afirman que Montilivi no es una opción en estos momentos, por lo que las soluciones se reducen a habilitar el Estadio Johan Cruyff, que en estos momentos no cumple los mínimos establecidos por la normativa, o incluso disputar el duelo a puerta cerrada en el Camp Nou. En ambos recintos debería instalarse un sistema de VAR bajo la homologación de la RFEF. En este contexto, emisarios de la Liga han visitado este miércoles a Johan para explorar la viabilidad de un partido de Primera en un recinto que sólo tiene 6.000 localidades.
Espai Barça: Limak no hace milagros
En la Liga, la situación de incertidumbre actual es complicada sólo a corto plazo por la indisponibilidad concreta de Montjuïc a mediados de septiembre. Luego la patronal sí aceptaría mover los partidos del Barça como local a un Camp Nou de mínimos. En cambio, como apuntaba el club en el comunicado oficial de noviembre del año pasado, la UEFA es menos permeable y exige un mismo recinto para cada ronda de la Champions. Sin embargo, el estamento europeo deja que los equipos comuniquen más de un estadio en el momento del sorteo de la máxima competición, que se celebra este jueves. La voluntad del Barça es colocar el Camp Nou como primera opción y Montjuïc como alternativa, con la esperanza remota de que el coliseo de Aristides Maillol pueda acoger el compromiso continental de la segunda jornada de la fase liga con la gradería lateral abierta y 45.000 personas. Esta condición, vinculada a la obtención de los permisos de la segunda fase de reapertura, es también clave para que la UEFA permita el uso del Camp Nou.
Sin embargo, como ya hay un retraso de dos semanas en la primera fase, en el club asumen que la luz verde para la segunda, que es la que permitiría reabrir el estadio en Europa, es difícil que llegue a tiempo para principios de octubre. Otra cosa sería que la UEFA, que ha aceptado que el Barça comience la Champions fuera de Barcelona, hiciera una gran excepción y permitiera esperar al Camp Nou y jugar los primeros partidos de la fase liga en Montjuïc. Sea como fuere, sin embargo, el escenario más coherente que ronda por las oficinas azulgranas es que el Estadi Olímpic, que a partir del concierto de Post Malone ya queda libre hasta mayo, pueda volver a utilizarse todo lo necesario, con especial interés para la Champions, donde la normativa de los estadios es más restrictiva que en la Liga. BSM no pondría impedimentos. Por tanto, y volviendo al comunicado del comienzo de este artículo, el argumento de la dificultad logística y operativa de compaginar dos recintos en plena competición dejará de ser válido para camuflar que Limak no hace milagros y va con retraso.