Barça

¿Qué hay detrás del malestar de la grada de animación con Laporta

Los seguidores, molestos con la junta, se tomaron como un ataque personal que el Barça empezara a aplicar el nuevo protocolo de la Liga contra los cánticos ofensivos

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Los presidentes del Barça, Joan Laporta, y de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, saludándose antes del partido

BarcelonaLos 35.000 aficionados que el lunes estuvieron en Montjuïc para ver el Barça - Real Sociedad quedaron asombrados por los cánticos contra el presidente Joan Laporta. Venían del espacio de animación. A diferencia de otras ocasiones, o de otros mensajes, que empezaban allí y se contagiaban por todo el estadio, esta vez no se sumó nadie más. Pero, a pesar de que fueran una minoría a Lluís Companys, tras estos gritos se esconde el malestar de esta parte de la afición, quienes se autodenominan "los más fieles", que no se sienten suficientemente valorados por parte de la directiva . El ARA lo analiza desde todas las partes, en un caso en el que, aparte de los seguidores y de la junta, también tienen que ver los cuerpos de seguridad y los cambios en el protocolo de actuación de la Liga por la prevención incidentes en los estadios.

Fue en la primera mitad. Hacía poco que había empezado el partido y, como es de costumbre, en el espacio de animación compaginaban los gritos a favor del Barça con cánticos contra clubs rivales. Un día más, tocó el recibir al Real Madrid y al Espanyol -cantaban "Madridistas hijos de puta" y "puta al Espanyol"–. Siempre lo habían hecho, también en el Camp Nou. Pero esta vez sonó un aviso por megafonía. "Pedimos a los aficionados que se abstengan de actividades o comportamientos que inciten a la violencia. Pueden comportar sanciones o la expulsión del estadio". Era la primera vez que pasaba. No se dieron por aludidos y repitieron estos y otros cánticos. Desde megafonía repitieron el mismo aviso. Esta vez sí que van entender que iba por ellos, y respondieron con un silbido notable. A continuación, ellos mismos contraatacaron al grito de "Barça sí, Laporta no" y el cántico "Somos nosotros, el Barça somos nosotros".

No era un tema personal, sino un cambio en el protocolo de actuación en los partidos de Liga. Pero los aficionados no lo sabían y creyeron que era un ataque hacia ellos. Y es que, desde hace meses, hay cierta tirantez entre los miembros del espacio de animación, disconformes con el trato que reciben por parte del club. De entre la lista de agravios se quejan de la inflexibilidad con los esporádicos, los seguidores que puntualmente quieren asistir al espacio de animación, o las dimensiones tan reducidas de su jaula en el contexto de Montjuïc, en el que hay tantos asientos vacíos en la mayoría de partidos. Además, se añaden otras cuestiones, como la crítica recorriendo por el precio de las entradas, la suspensión del programa FCB Desplazamientos –se ha congelado el calendario de puntos y solo se realizan algunos viajes puntuales durante el año– o la reiterada prohibición de exhibir banderas o pancartas en favor de Palestina en partidos de baloncesto en el Palau, entre otros. Señalan la directiva, aunque algunas de estas restricciones corresponden en realidad a protocolos generales de seguridad o directrices de los Mossos d'Esquadra.

Sanciones más severas para todos los cánticos ofensivos de la grada

Precisamente hace una semana se reunieron en Madrid representantes de la Liga, la Federación Española, la Asociación de Médicos de Equipos de Fútbol y la Oficina de Deportes de la Policía Nacional. El objetivo era analizar los incidentes en los estadios de fútbol, ​​sobre todo los referentes a la afición, y elaborar una serie de protocolos y actos preventivos para anticiparse con una actuación conjunta de los cuerpos de seguridad y empleados de los clubs. Se trata, pues, de dar un paso más en el protocolo que hasta ahora se ha seguido, inspirado en el de la FIFA para combatir la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el fútbol. Se intentará poner punto y final a la barra libre que hay en las gradas y sancionar todos los comentarios ofensivos, no sólo los que hacen referencia al color de la piel o la condición sexual.

La reunión esbozó unas líneas maestras, que servían de base para un documento que está en fase de redactado y que será de obligado cumplimiento una vez esté terminado, probablemente a partir del próximo curso. Pero el Barça, consciente de estas directrices, y haciendo gala de sus valores como un lema de club, decidió anticiparse y ya le puso en marcha el lunes. La grada de animación, que desconocía esta nueva normativa, lo tomó como un ataque hacia ellos y respondieron contra el presidente azulgrana.

Sea ahora o dentro de unas jornadas, los insultos ya no serán gratis y se desterrarán de los campos de fútbol. Y al que no le parezca bien se le acompañará a la salida.

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