Apuntes en caliente

Iñigo Martínez debe dos cenas: los apuntes en caliente del Valencia-Barça

Un descuido del central azulgrana queda en anécdota por el triunfo azulgrana en Mestalla

Iñigo Martínez, de amarillo, pugnante con Rafa Mir.
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BarcelonaTres puntos en el zurrón en el primer partido de Liga. El Barça, que fue de menos a más, salvó la papeleta con oportunismo y espíritu pícaro. A continuación, unos apuntes en caliente.

Ninguna retirada en La Masia. No se sabe qué Barça tendrá Flick cuando cierre el mercado (lo más caliente está en el fregadero), pero hay que dimensionar el hecho de que su equipo se haya plantado en el primer partido oficial con tres menores de edad en la alineación . Puede dar vértigo, pero que Lamine Yamal, Bernal y Cubarsí formaran parte, los tres con gran responsabilidad, del primer once es muy grande. El primero es la gran esperanza y viene de una semana muy movida; el segundo hace poco más de un año jugaba en categoría cadete y el tercero dejó en el banquillo a todo un senior como Christensen. Ovación.

Fragilidad con galones. No fue precisamente la inexperiencia lo que deparó el primer gol del partido. En la secuencia, se observa a Kounde defendiendo con pasividad al asistente (Diego López) e Iñigo Martínez habilitando al rematador (Hugo Duro). Duelo especialmente el error del marcador vasco, inscripción vital para Flick que puede comprometer la de Araujo cuando el uruguayo se recupere. Además, debería invitar a cenar a Cubarsí ya Lewandowski. Al gerundense para evitar el 2-0 sobre la línea –con 1-0 en el marcador– y en el polaco para hacer el 1-1 y el 1-2 antes y después del descanso. Acciones decisivas.

Silenciar una caldera. La salvada de valor gol de Cubarsí y el doblete rápido de Lewandowski sirvieron para que el Barça consiguiera los tres primeros puntos de la temporada en un escenario siempre difícil. Con la provisionalidad y la improvisación imponiéndose a la planificación, los azulgranas apretaron los dientes para imponerse a un Valencia tan incómodo como pueril. Se prevé otro año de sufrimientos y protestas en Mestalla, una caldera enfrentada a una propiedad sencillamente nefasta. Peter Lim sigue secuestrando a un histórico.

Dani Olmo, en la nevera. El fichaje estrella del verano, en casa porque el Barça no ha generado lo suficiente fair play para inscribirlo. Triste realidad a 18 de agosto. Tan triste que el remedio que se vislumbra no es otro que mover la silla del jugador más regular del curso pasado. Resulta que ahora nos damos cuenta de que Gündogan, fichado hace un año por dos temporadas, cobra demasiado dinero y que, ante la falta de previsión, hay que renunciar a ello. Si el alemán dejó de jugar en Mestalla es porque el club le quiere fuera, no porque se hiciera un ojal al Gamper.

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