Barça

De jugar en el Barça a trabajar en un casino después de perderlo todo en un incendio

Samuel Okunowo se quedó sin apenas nada cuando se le quemó la casa en el 2012 y ha rehecho la vida con la ayuda del club azulgrana

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Samuel Okunowo ha rehecho su vida en Barcelona tras perderlo todo a causa de un incendio.

BarcelonaSamuel Okunowo dormía cuando las llamas procedentes de la central eléctrica de Ibadan (Nigeria) rompieron la negra noche y empezaron a acercarse de forma alarmante hacia el bloque de pisos donde vivía en su ciudad natal. Eran la una y media de la madrugada de una noche de verano del 2012. El exfutbolista del Barça se despertó a tiempo para salvar la vida, pero no tuvo margen para coger nada. Ni los documentos imprescindibles. Bajó corriendo al garaje del edificio con el hermano de su mujer, que también estaba allí en ese momento, pusieron en marcha el coche y huyeron. Okunowo perdió todo lo demás y la falta del pasaporte y del certificado de residencia en la Unión Europea le comportaron no poder salir de su país durante cinco años.

Es el tiempo que tardó el engranaje burocrático nigeriano en solucionar el problema . El sufrimiento que le supuso la vivencia del incendio y sus consecuencias comportaron que Okunowo dejara el fútbol. "Perdí todos los recuerdos de mi vida y de mi carrera. Me hizo mucho daño. En tres horas todo se rompió", explica al ARA el exlateral culé, de 44 años, en una cafetería cercana al Camp Nou. "No estaba bien psicológicamente, pensaba mucho en el incendio y todo lo que comportó. Así que dejé a un lado el fútbol y me planteé cuál era la solución de cara al futuro. Entonces decidí que quería volver a Barcelona para empezar de nuevo", sentencia, convencido del acierto de la elección que tomó. "Para mí Barcelona es especial, es diferente al resto de ciudades donde he jugado. Cuando estaba cedido en el Benfica y tenía un día libre, venía a Barcelona. Es mi segunda casa", añade.

Pero el regreso a la capital catalana –donde jugó en el primer equipo del Barça en el curso 1998-1999 a las órdenes de Louis van Gaal, ganó la Liga y fue titular en el partido del centenario ante el Atlético de Madrid– no fue tan rápido como se esperaba. Las llamadas del club azulgrana y la Agrupació Barça Jugadors a las autoridades nigerianas para resolver el problema fueron infructuosas. Durante la larga espera, Okunowo colaboró con la escuela que tiene el Barça en Lagos, la capital del país centroafricano. Hasta que el lío se resolvió en el 2017 y el exfutbolista, a sus 38 años, volvió a aterrizar en Barcelona.

Samuel Okunowo durante una acción de un partido de Liga de Campeones con el Barça ante el Bayern de Múnich.

Okunowo pasó por dificultades económicas en sus últimos años de la carrera como futbolista que, posteriormente, se agravaron a causa del incendio. La etapa en el Barça acabó con cesiones al Benfica y al Badajoz y una grave lesión de rodilla de la que tardó a recuperarse un año y medio. Así, la entidad de las camisetas con las que compitió fue disminuyendo. El Ionikos Nikais de Grecia, el Dinamo de Bucarest de Rumania o el Metalurg Donetsk de Ucrania dieron paso al modesto Walthams Forest inglés, al VB Sports Club de las islas Maldivas y al Sunshine Stars nigeriano, donde se retiró. Su caso fue el detonante que supuso que desde el 1 de julio de 2010 los jugadores de la primera plantilla del Barça masculino den un 0,5% de su salario anual a la Agrupació Barça Jugadors y otro 0,5% a la Fundación Barça.

Su nueva ocupación: trabajador de un casino

Actualmente, el exfutbolista nigeriano vive en Santa Coloma de Gramenet y reparte el tiempo sobre todo de tres formas: se entrena y juega con la Agrupació Barça Jugadors, participa en los partidos del Barça Legends (el domingo disputará uno con este conjunto en la República Democrática del Congo) y trabaja en un casino de la Rambla de Barcelona. "Estoy buscando qué puedo hacer cuando no hay fútbol. Por eso estoy en el casino, donde me dan libertad para escaparme cuando tengo que ir a entrenar o jugar. El propietario es amigo mío y para que no me quede en casa y todo esté bien trabajo con él", explica Okunowo. Su función es estar atento a los clientes que necesitan ayuda porque no saben cómo funciona una máquina o no logran introducir el dinero en el lugar correspondiente para que la suerte empiece a hacer de las suyas.

Samuel Okunowo durante la entrevista con el diario ARA.

Cuando Okunowo pidió ayuda al Barça tras el incendio, se comprometió a devolver el dinero a la Agrupació Barça Jugadors a medida que pudiera, algo que fuentes de la misma agrupación explican a este diario que no es habitual y que le honra. Una de las formas que acordaron ambas partes para que pudiera cumplir el pacto fue convocarlo asiduamente con el Barça Legends, que conlleva un buen puñado de miles de euros por partido a cada jugador que acude. Pero, en este caso, el ingreso iba a parar directamente a la ABJ para enjugar una deuda que a día de hoy ya ha quedado a cero.

El proyecto de ser representante

Aparte de esto, durante los últimos años Okunowo ha trabajado de ojeador en Nigeria para el Barça, una tarea que también realiza para un amigo que tiene oficina en Inglaterra. "Ayudo a llevar a jugadores de África a Europa. Aún estoy en un punto inicial, pero me gustaría dedicarme a ello en el futuro", dice Okunowo. Así está cerrando un círculo. Precisamente, él llegó al Barça con 17 años cuando un scouter azulgrana le vio jugar con la selección de Nigeria sub-17 en la Meridian Cup, celebrada en Portugal en 1997. "En la final ganamos a España, que tenía futbolistas como Xavi y Casillas. El ojeador del Barça llamó al equipo de mi país [el Shooting Stars] para que hiciera una prueba de dos semanas en Barcelona y, a la semana de llegar, ya tenía el contrato listo", recuerda satisfecho, 26 años después.

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