Laporta, a punto de utilizar Nike para salvar el ejercicio (como hizo Bartomeu)
El Barça negocia con la multinacional estadounidense la renovación del contrato para ingresar 100 millones de euros antes del 30 de junio
BarcelonaLo que resta de temporada, en el Barça (de fútbol masculino) será más interesante en los despachos que en el terreno de juego. En las oficinas, desde que Josep Maria Bartomeu llevó al club a la ruina, se juegan unas semifinales de la Champions League perennes. Quedan dos meses para el cierre del ejercicio 2023-2024 y el Barça, como le ha ocurrido anualmente durante el último lustro, está pensando cómo componer un Tetris económico y financiero para que los números no sean rojos teniendo en cuenta que la directiva de Joan Laporta aún no ha logrado que el negocio ordinario del club sea rentable.
El impago de Libero, que conlleva un agujero de 100 millones de euros, es el principal tema a solucionar antes del 30 de junio. La entidad trabaja para encontrar un nuevo inversor de Barça Media antes de esa fecha que solucione el tropiezo. También prevé, como explicó este diario, la opción de utilizar la denuncia a Libero para que la operación no compute en este ejercicio mientras no haya sentencia. Pero hay otra vía que podría oxigenar bastante la economía culé: la resolución del conflicto con Nike.
Según ha podido confirmar el ARA, la intención de la cúpula azulgrana actualmente es que Nike renueve el contrato para la equipación azulgrana por una década más y que esto suponga un signing bonus de 100 millones de euros a cambio de renunciar a 10 millones anuales. Es decir, el Barça podría apuntarse 100 millones con los que no contaba en el cierre de este ejercicio. La contrapartida sería que, a partir del ejercicio 2024-2025, ingresaría 10 millones anuales menos de los que le corresponderían en un contrato con Nike que se renovaría por una cantidad no superior a 120 millones anuales. Es decir, después de la resta quedarían solamente cinco millones fijos más de los estipulados en el acuerdo vigente.
Nike tiene la sartén por el mango
El problema para el Barça es que tiene mucha prisa y Nike ninguna. Además, la multinacional estadounidense está dolida por la forma en la que los ha criticado el Barça en los últimos meses y las declaraciones públicas que el presidente Joan Laporta ha hecho contra la firma deportiva, en las que llegó a informar que la entidad catalana había roto el contrato con Nike a causa de unos incumplimientos. "También ha habido filtraciones desde el propio club que han perjudicado a Nike. Y eso no lo entienden", explica una persona conocedora de las negociaciones. "De todas formas, Nike está predispuesta a continuar con el Barça y a mejorar la oferta", añade.
El ARA ha preguntado a fuentes oficiales del Barça por el estado de las negociaciones y la respuesta ha sido el recordatorio de que el club tiene contrato con la empresa de Oregón hasta el 2028 y que, de momento, no hay ninguna novedad. Pero este diario tiene constancia de que el tono de las conversaciones con Nike ha mejorado respecto a hace unos meses y de que ha habido una nueva propuesta de la firma. Además, en los despachos de Aristides Maillol son conscientes de que litigar contra Nike obliga a aprovisionar por recomendación del auditor, un capítulo que el Barça prefiere evitar.
Puma, la ilusión de Laporta
Una de las cartas que está jugando el Barça durante la confrontación y las negociaciones con Nike es que tiene una oferta superior de Puma sobre la mesa. Este cambio de marca hacía especial ilusión a Laporta, pero la necesidad de abrir un conflicto judicial con Nike para hacerlo realidad, las complicaciones que tiene Puma para vender en el mercado asiático desde la pandemia del coronavirus y los 100 millones de signing bonus que ofrecen desde Oregón han vuelto a inclinar la balanza hacia continuar con la misma firma. La tercera vía, que el club confeccione la ropa él mismo, queda descartada a corto plazo aunque en Barcelona Licensing & Merchandising (BLM) llevan meses trabajando.
La jugada de Bartomeu que aún tiene consecuencias
Las primeras grietas de la confrontación actual entre el Barça y Nike surgieron en el 2016, cuando la multinacional estadounidense hizo un favor a la institución durante el mandato de Bartomeu. El contrato entre ambas partes vencía en el 2018 y, dos años antes, el Barça pidió a Nike cerrar un precontrato (conceptualmente nombrado short form) de 105 millones de euros fijos y 50 en variables anuales hasta 2026, con una cláusula para renovarse automáticamente hasta 2028 si así lo deseaba Nike.
La maniobra engordó inmediatamente los ingresos de la entidad (como ahora se repetiría) cuando la masa salarial deportiva ya subía exageradamente y tuvo como contrapartida dejar muchos aspectos abiertos a la interpretación de las dos partes que a día de hoy todavía no se han solucionado. Esta indefinición se convirtió rápidamente en una fuente recurrente de conflictos que han estado a punto de romper definitivamente una relación que todo indica que se ha vuelto a encauzar. Falta saber si el nuevo contrato pondrá fin a los grises y cerrará definitivamente las heridas.