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Lewandowski: un tesoro, un templo y un imperio

La familia, el culto metódico de cuerpo y mente, y el trabajo extra han convertido a un futbolista tardío en gran goleador y hombre de negocios

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Robert Lewandowski, en Bayern - Vila-real de martes al Allianz Ruedo .

DortmundVeintidós de septiembre de 2015. Allianz Arena. Partido de Bundesliga. Acaba el primer tiempo con 0-1 para el Wolfsburg. Robert Lewandowski, por una vez suplente, sale al campo después del descanso. Y hace historia mundial. Un récord Guinness. Minutos 51, 52, 55, 57 y 60. Cinco goles del delantero polaco en ocho minutos y 59 segundos. Pep Guardiola sonríe de incredulidad y admiración, y se echa las manos a la cabeza. Bien lo recuerda su segundo entrenador del Bayern, Domènec Torrent. “Fueron cinco goles muy diferentes. Lewandowski los ha marcado de todos los colores”, resume en conversación con el ARA. “Ha hecho goles en la contra, de cabeza, de ser valiente, de sacar la puntita del pie, de estar atento al rebote, de remado con las dos piernas. Tiene mucha intuición para saber dónde caerá la pelota, tiene más velocidad de lo que puede parecer y por alto también es muy bueno”, indica Torrent.

Las cifras de Lewy son antológicas. Con 312 goles en 384 partidos (cuatro temporadas con el Borussia Dortmund y ocho con el Bayern), es el segundo máximo goleador de la historia de la Bundesliga, solo superado por Gerd Müller (365 goles en 427 partidos). Lewandowski es el delantero extranjero más productivo del campeonato alemán. Y, en la Champions League solo Cristiano Ronaldo (140 goles) y Leo Messi (125) son más prolíficos que él (86).

Y eso que la estrella polaca llegó relativamente tarde a la élite europea. Debutó en la Bundesliga un día después de cumplir los 22 años. En comparación, Messi se estrenó en la Liga española con 17 años; Cristiano Ronaldo también con 17 en la portuguesa y con 18 en la inglesa. Benzema igualmente tenía 17 cuando jugó su primer partido de Primera en Francia; Mbappé tenía 16 años y 11 meses, y Haaland 19 cuando se estrenó con el Borussia Dortmund. “Como joven futbolista tuve la mala suerte de que mis entrenadores en Polonia no lo extrajeron todo de mí. Apenas fue al llegar a la Bundesliga cuando me di cuenta de mis posibilidades. He pensado a menudo que habría sido bonito que alguien me hubiera enseñado esto con 14 o 15 años”, admite el propio Lewandowski.

Las habilidades de Lewandowski

Justamente por no haber depurado su fútbol en edad juvenil, Lewy no cuenta con una habilidad técnica radical. No tiene mucho dríbling, no tiene un control de la pelota muy fino, no tiene la magia en los pies de otras superestrellas. “Lewandowski lo hace todo muy bien, pero no hace nada excepcional”, asegura el periodista alemán Oliver Fritsch. En un podcast en Zeit Online, este reportero ironiza que Lewy tiene el mejor trabajo de Alemania: ser delantero del Bayern. “Es el gran aprovechador del enorme dominio de su equipo. El Bayern crea muchísimas ocasiones por partido”, dice, mientras señala que Lewandowski, en cambio, no ha sido capaz de llevar a la selección polaca a una relevancia similar a la que ha otorgado Bale a la galesa.

“Lewandowski es el mejor jugador polaco de la historia”, puntualiza, no obstante, Jan Urban, emblemático exdelantero del Osasuna en los 90. Siempre habrá quien dirá que Lewy, a diferencia de otros mitos como Lubanski, Deyna, Lato o Boniek, no ha conseguido nada con la selección, a pesar de que es el máximo goleador con 76 goles en 172 partidos, pero ahora el nivel nacional no es el mismo, argumenta Urban en declaraciones a este diario.

Robert Lewandowski celebrando un gol cuando era jugador del Borussia Dortmund

Lo que sí que concede el exestrella del Osasuna es que a su compatriota “le puede costar mucho más marcar goles en la Liga española que en la alemana”. “Hay más nivel futbolístico en España. No hay tanta diferencia entre Barça y Madrid, y el resto de los equipos como la que hay entre el Bayern y los otros conjuntos de la Bundesliga”, razona.

Mejor jugador del mundo para la FIFA en 2020, Bota de Oro en 2021 y campeón de todos los títulos posibles con el Bayern, Lewandowski quiere más y más y más. Este salto de Múnich a Barcelona es “de otra galaxia para la mente de los polacos”, asegura desde Varsovia el periodista de la televisión Elevan Sports Marcin Gazda, mientras recuerda que el presidente Florentino Pérez intentó “tres veces” ficharlo para el Real Madrid.

La llegada al Barça hará crecer todavía más el volumen de negocios de RL9, la marca registrada de Lewandowski. “En Polonia él y su mujer Anna tienen un imperio económico”, revisa Gazda. “Lewy es muy generoso con iniciativas solidarias, pero también tiene fama de ser muy tacaño y duro a la hora de negociar sus cosas”, sonríe el periodista.

Lewandowski es uno de los diez futbolistas más ricos del mundo

Según Forbes, el delantero polaco es uno de los diez futbolistas más ricos del mundo. El matrimonio Lewandowski participa de una treintena de empresas y proyectos. Robert, básicamente, en la rama tecnológica y de servicios, pero también en la inmobiliaria, con apartamentos y un restaurante de tres plantas en Varsovia, y Anna en el sector de la salud y el fitness.

Anna Stachurska, ahora Lewandowski, medalla de bronce en un Mundial de kárate, es una reconocida asesora e influencer de nutrición. Tiene una marca de comida propia que se vende en los quioscos polacos y varios centros de salud. Confía mucho en la “dieta del revés”: empiezan las comidas por los postres y alimentos ricos en agua y acaban con platos más consistentes. Esto, sostiene, favorece la digestión y ayuda a quemar grasas. Los Lewandowski consumen alimentos sin gluten y evitan los lácteos. En la nevera dicen que tienen sobre todo frutas, verduras y un café especial que se prepara con hierbas al vapor y que se tiene que guardar en frío.

Lewandowski tiene su propia marca de café, pero se priva de cualquier chocolatina que no contenga más del 80% de cacao. “En Polonia decimos que es un tío aburrido, libre de escándalos”, ríe Gazda.

Roberto Lewandowski.

“Lewandowski siempre se ha cuidado mucho. Tiene muy claro que su cuerpo es su templo, su máquina de trabajar”, recuerda Torrent. “Es humilde, entendía el porqué de las cosas que le explicabas. Para un entrenador es una delicia. Se entrena y juega siempre al máximo. No se deja nunca nada”, apunta el técnico catalán.

Hace horas extras en el gimnasio y en los campos de entrenamiento, donde aprendió a ser un especialista en lanzamiento de faltas y, sobre todo, de penaltis. Desde los once metros llega a un 91% de acierto.

Meticuloso, disciplinado. Cuida cuerpo y mente. Durante su carrera ha contratado también a un especialista para que lo ayude a optimizar el sueño. Colchones de alta gama, almohadas adaptadas a la cabeza, olores esenciales en una habitación completamente oscura y temperatura a un máximo de 21 grados.

Lewandowski y la importancia del entrenamiento visible e invisible

La importancia del entrenamiento visible e invisible. Desde que llegó al fútbol alemán en julio de 2010 Lewandowski solo se ha perdido 24 partidos por lesión. Lewy es deportista desde la cuna. Su madre, Iwona, fue jugadora de vóley y su padre, Krzysztof, yudoca reputado. Los dos fueron profesores de educación física. “En clase de deporte en la escuela me hacían hacer mucha gimnasia y yudo. Ahora, gracias a mi dominio del cuerpo, puedo reaccionar de forma más flexible a muchas situaciones de partido”, explica.

Lewandowski tenía 16 años cuando murió su padre. “No desearía ninguna cosa con más vehemencia que él pudiera venir alguna vez al estadio a verme con mi madre. ¡Cuántas veces pienso que me encantaría pedirle hoy consejo!”, dice Lewy.

Robert Lewandowski.

Hoy va al campo y solo le interesa el partido y el gol. Michael Zorc, director deportivo del Borussia Dortmund, dijo de Lewandowski que no conocía a ningún otro profesional que pudiera desconectarse tan perfectamente de toda influencia exterior al partido como él.

Desde la de 2015/2016 Lewy marca 40 o más goles por temporada. En la 2020/21 marcó 41 solo en la Bundesliga, batiendo por uno el récord histórico de Gerd Müller. “Al final no juega ningún rol si tengo un gran talento o un supergran talento. Soy consciente de que tengo que trabajar continuamente para avanzar”, concluye.

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