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Oriol Romeu, el amigo de todos que el Barça ha fichado para relevar a Busquets

La experiencia y el rigor táctico del mediocentro de Ulldecona, que llega procedente del Girona, motivos para convencer a Xavi

Marc Mayola
3 min
Oriol Romeu del Girona durante el partido en San Mamés

BarcelonaOriol Romeu es el nuevo pívot del Barça. El futbolista de Ulldecona, pilar del Girona esta última temporada, vuelve al conjunto azulgrana 12 años después. Ha firmado por tres temporadas con 400 millones de cláusula de rescisión. En medio ha tenido experiencias en el Valencia y en el Stuttgart y ha acumulado más de 200 partidos en la Premier League con el Chelsea y el Southampton. Hará 32 años a finales de septiembre y llega para ocupar el vacío que deja Sergio Busquets. No será tarea precisamente fácil y cualquier comparación será odiosa, aunque Romeu podría ser valioso para el funcionamiento colectivo del equipo. ¿De qué forma?

De entrada, cabe mencionar una de las características que Xavi había señalado a la hora de dibujar el retrato robot del nuevo centrocampista: que gane duelos. Oriol Romeu gana. Lo hace por fortaleza física, agresividad y contundencia, pero sobre todo por colocación y experiencia. En este sentido, tiene una buena percepción de su entorno y suele interpretar bien cuándo puede saltar a presionar (porque tiene la espalda protegida) y cuándo es más recomendable que guarde la posición. Esta es una de las cosas que Xavi no ve a Nico González, por lo que no acaba de creer en él como pívot.

Con pelota, Oriol Romeu puede colaborar en la salida desde atrás. Se ubica bien en el campo y esto hace que a menudo tenga tiempo y espacio cuando recibe la pelota. Aquí, a la hora de pensar y ejecutar la siguiente acción, el nuevo pívot del Barça no exhibirá la misma agilidad mental que su antecesor. Tampoco encontrará los mismos recursos técnicos, sobre todo en campo contrario y espacios reducidos. En cuanto al planteamiento táctico, el fichaje de Romeu permite a Xavi tener un pívot riguroso posicionalmente.

Este rol es muy importante para que los demás centrocampistas puedan expresar su naturaleza futbolística con mayor tranquilidad. Sobre todo, Frenkie de Jong. No es recomendable que el neerlandés sea un pívot único en el sistema de Xavi. De Jong prefiere ir a buscar el balón cerca del compañero que lo tiene y así sentirse protagonista de toda la secuencia ofensiva en lugar de practicar un fútbol más calmado posicionalmente. Escuela Ajax. Aunque no lo parezca, muy distinto al juego de posición del Barça.

Oriol Romeu permite a Xavi mantener el sistema

Así pues, el nuevo fichaje permitirá la opción de seguir apostando por el sistema con el que Xavi acabó la temporada: dos jugadores en la raíz del centro del campo y dos interiores más arriba. Como centrocampistas de base, el técnico tendrá las principales alternativas de Romeu y De Jong (el neerlandés siempre con compañía para volar) e incluso de Gündoğan. El ex jugador del City, un interior con capacidad de llegada y un gran timing pisando el área, también podría hacer de pívot, acompañando a Romeu o De Jong en función del partido y del rival. Si Gündoğan juega con Romeu es probable que pueda mantener cierto impacto numérico en el último tercio. Si lo hace con De Jong, en cambio, seguramente será el encargado de desempeñar un rol más posicional para que el neerlandés pueda galopar y conducir. El estado de forma de cada uno y la exigencia o perfil del rival determinarán la pareja de pívots.

Si Xavi recupera el clásico 4-3-3 con tres centrocampistas y dos extremos, Oriol Romeu podría actuar como único cuatro (esta posición se llama cinco en Argentina y seis en Alemania, por ejemplo, pero en Can Barça es el cuatro). Romeu no será Busquets y seguramente no sabrá encontrar las conexiones con los interiores con la misma agilidad y lucidez que el de Badia, pero también tiene sentido pensar que su inteligencia (personal y futbolística), su madurez y entendimiento que tiene del juego procurarán una buena armonía con el resto de compañeros.

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