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El peor Lewandowski en más de una década: ¿culpable o víctima?

Desde su primer curso en Alemania, con el Borussia Dortmund, que no atravesaba una sequía goleadora como la de ahora

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Robert Lewandowski pidiendo explicaciones durante el último partido del Barça, contra el Shakhtar Donetsk

BarcelonaRobert Lewandowski llegó al Barça en el verano del 2021 con el cartel de ser el máximo goleador extranjero de toda la historia de la Bundesliga. Su inicio fue fulgurante: antes del Mundial de Qatar había marcado 18 goles en 19 partidos. Luego empezó su bajón particular, en el que encadenó una mala racha de sólo un gol en 10 partidos consecutivos en el Camp Nou. Pese a estar siempre alejado de los registros de sus primeros días en Barcelona –tras la cita de Qatar marcó 15 goles en 27 partidos–, acabó siendo el pichichi de la Liga con 23 tantos. En un Barça que se hizo fuerte en las áreas, con un magnífico Ter Stegen, una defensa aplicada y una presión coral que funcionaba, los goles del ariete polaco fueron decisivos para levantar el campeonato.

Esta temporada, Lewandowski acumula seis partidos seguidos sin ver portería: tres antes de caer lesionado en Oporto y tres más desde su regreso. Han sido, precisamente, los partidos en los que el equipo ha mostrado más problemas de juego, coincidiendo con el ex del Bayern sobre el césped: los últimos 29 minutos del clásico, 57 en Anoeta y 90 contra el Shakhtar. El polaco llevaba más de una década acumulando seis partidos seguidos sin ver portería. La última vez fue entre diciembre del 2010 y febrero del 2011, cuando su sequía duró hasta 10 partidos. Era apenas su primera temporada en el Dortmund después de jugar en Polonia. Pese a estas malas cifras, Lewandowski es el máximo goleador del Barça este curso, con seis dianas. Esto es sintomático del mal momento del equipo. Pero, el 9 ¿es culpable o víctima de estos malos resultados?

¿Culpable o víctima de la falta de goles y ocasiones?

Tras regresar de la lesión al tobillo izquierdo, salta a la vista que le falta agilidad. Desde el vestuario admiten que ha jugado con alguna molestia y que se espera más de él, pero no personalizan el bajón del equipo en Lewandowski, sino en un problema colectivo que va desde la falta de comprensión y comunicación hasta el orden y la intensidad. Es un pez que se muerde la cola: a sus 35 años, donde más destaca el polaco es como finalizador dentro del área, pero si no le llegan balones, no puede lucir sus virtudes. Esto ha desembocado en una tendencia a alejarse del área, que no beneficia ni al equipo ni al futbolista. Movimientos que podían tener sentido en el Bayern, que cargaba mucho el área con jugadores llegando desde la segunda línea, pero que no funcionan en el Barça. En una entrevista en su país, se quejó de que le llegaban pocos balones en condiciones para rematar.

A principios de esta temporada, Xavi admitió en rueda de prensa que Lewandowski es más productivo fijando a los centrales y manteniéndose cerca de la portería, pese a que esto implique participar menos en el juego. Es la soledad del delantero centro, que se ha acentuado por la falta de goles y ocasiones. Sus datos personales en los dos últimos partidos son estremecedores. En Anoeta, tras una primera parte ofensivamente nula del Barça, el ariete registró estas cifras al descanso: 0 disparos o intentos de disparo, 0 pases clave, 0 centros remates, 0 recuperaciones, sólo 4 pases acertados por tres pérdidas de pelota y 2 duelos ganados. Solo tocó un balón en el área rival y Lamine Yamal, que entró en el minuto 70, fue el único que sirvió menos pases que él (3). Lewandowski fue cambiado antes de la hora de partido por Ferran, una sustitución que no le hizo ninguna gracia.

En 90 minutos en Hamburgo, tampoco remató entre los tres palos, perdió 9 balones –algunos remates en difíciles condiciones– y sirvió 11 pases acertados de 15 intentos. Lewandowski lleva seis partidos sin rematar entre los tres palos. Según datos de Carlos y Marc Domènech del Laboratorio de la TdT de Catalunya Ràdio, el polaco tiene una media de un remate y medio (1.46) entre los tres palos por partido (ha participado en 13), interviene en 24 ocasiones de media y pierde dos balones (2.31). La pasada temporada (46 partidos) remataba algo más entre los tres palos (1.83 por partido), intervenía más (31) y perdía casi tres balones (2.72). La comparativa más sangrienta es en los datos de antes de ir al Mundial, sobre todo en cuanto a los disparos entre los tres palos: 40 en 19 partidos antes de Qatar y 44 en 27 enfrentamientos después de la cita mundialista.

¿Quién se encarga de asistir a Lewandowski?

De los seis goles que ha marcado esta temporada, uno ha sido de rebote, otro de penalti y en los otros le han asistido Christensen, João Félix (2) y Cancelo. La pasada temporada, las asistencias que recibió también estuvieron muy repartidas: Balde –que este curso también ha disminuido el rendimiento–, Raphinha, Gavi y Dembélé con tres asistencias al 9 cada uno, fueron sus mejores socios.

Cuando Xavi diagnostica que el bajón del equipo es una cuestión coral, conviene poner el foco también en la sala de máquinas. La pasada temporada en la Liga, Sergio Busquets solía superar los 100 pases por partido, seguido de Frenkie de Jong. De hecho, según datos de la misma competición, el neerlandés tenía este curso una media de 100 pasadas por duelo, hasta que se lesionó ante el Celta. En cambio, Gündogan –que ha sufrido varios cambios de posición– tiene una media de 57 pases. La de Romeu es de 46, aunque ha disputado menos minutos que el alemán. En el pase es más crucial la trascendencia que la acumulación, pero no deja de ser revelador que la media de los centrocampistas que más pases del Barça hacen haya sufrido también esa caída. Se ha echado mucho de menos a Pedri.

Xavi tiene deberes colectivos. Lewandowski, recuperar el olfato dentro del área. Este domingo (16.15 h, MovistarLaLiga) nueva prueba contra el Alavés. El ariete tiene un contrato creciente. Tal y como avanzó la Ser, el primer curso cobró 10 millones netos, éste cobra 13 millones; el siguiente, 16. Club y jugador tienen la posibilidad, en función del rendimiento, de activar un cuarto año (13 millones). En la recámara, el Barça espera a Vitor Roque, que lo más probable es que llegue el próximo verano. El polaco podrá escoger si quedarse o agotar su carrera en Arabia Saudí o Estados Unidos.

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