De poco sirve tener a Gündogan si el centro del campo del Barça es invisible

BarcelonaXavi Hernández decía después del partido contra el Arsenal que su equipo había salido bien con balón desde atrás. No es una apreciación fácil de compartir, aunque antes de entrar en materia convendría recordar que estamos hablando del primer partido de pretemporada. Es bueno recordarlo porque hoy todo son prisas, ruido, sentencias absolutas y conclusiones grandilocuentes, sea cual sea el escenario o el contexto.

El Barça llegaba al duelo tras superar un brote de gastroenteritis y con menos rodaje que su rival. Quizá por eso, el equipo de Xavi tuvo tantos problemas para instalarse y jugar en campo contrario. Para que esto sea posible, es imprescindible una buena salida de pelota. La idea es que el equipo viaje junto hasta terreno rival y, a partir de ahí, encontrar soluciones para desordenar su defensa. Pero en realidad contra el Arsenal apenas pudimos presenciar este escenario. El conjunto inglés, agresivo en los duelos y muy intenso en la presión, dificultó las maniobras desde atrás de su rival.

Romeu, Pedri y Gündogan fueron los centrocampistas del conjunto azulgrana en la primera parte. Debían mover al equipo, pero pasaron del todo desapercibidos. Ni los defensas ni Ter Stegen encontraron conexiones interiores. Los tres centrocampistas, ahogados por la presión del Arsenal, casi nunca recibieron con tiempo y espacio, y casi siempre lo hicieron de espaldas a portería contraria.

En este sentido, se echaron de menos ciertos recursos colectivos. Por ejemplo, el tercer hombre: el pase directo del portero o lo defiende hacia un delantero para que éste descargue y deje de cara a un centrocampista. Lo intentaron alguna vez, pero los jugadores tampoco exhibieron la pulcritud técnica necesaria para ejecutar el mecanismo con precisión. El estado del césped no le ayudó. El Arsenal-Barça se jugó en el SoFi Stadium. Es el estadio más caro del mundo, pero el terreno de juego no presentaba las mejores condiciones.

Abde y Balde, los más destacados

Xavi recuperó el 4-3-3 para ese primer test. Abde y Raphinha fueron los extremos en la primera mitad, mientras que Dembélé y Ansu jugaron en la segunda. Este último dejó alguna acción con chispa y Abde reivindicó su puesto en la plantilla con la jugada del primer gol: recuperación en campo propio, portentosa conducción, cambio de ritmo para dejar atrás a Saliba y centrada en el corazón del área.

De todas formas, es probable que la actuación individual más brillante llegara después, en la segunda parte, con los minutos de Balde. El lateral izquierdo fue la gran escapatoria del Barça, la forma que encontró al equipo de superar la presión alta del Arsenal. Gracias a su capacidad para frenar, arrancar, cambiar de ritmo y dirección, repetir esfuerzos y driblar, el conjunto de Xavi pudo respirar.

Frenkie de Jong fue el mediocentro en la segunda parte. Cierto que dio un buen pase al espacio en Balde que acabó con disparo al larguero del lateral, pero también lo es que de su incontinencia posicional y poco rigor táctico nacieron dos goles del Arsenal. En el 3-2 de Trossard no hace la mínima intención de prepararse ni pelear por el segundo balón. En el 4-2, obra del mismo jugador, De Jong abandona la zona para disputar un fuera de banda y toca el balón hacia adentro. Ningún compañero del neerlandés había secado ese espacio y, por tanto, Saka puede recorrer el pasillo interior. Tierney llega por la izquierda y centra con demasiada facilidad porque Sergi Roberto no sabe si saltar al escocés o seguir el profundo desmarque de Smith Rowe.

El partido terminó 5 a 3, pero el resultado no tiene mayor importancia. Sí tienen ciertas preguntas que Xavi tratará de responder en las próximas semanas, una de las cuales va relacionada con el sistema: 4-3-3 con extremos abiertos o cuadrado de centrocampistas? Otra de las cuestiones a resolver, con independencia del dibujo, pasa por ser un equipo mucho más fluido en la salida de pelota.