#TerStegenOut va mucho más allá de una campaña en las redes
El Barça presiona al portero alemán, indiscutible desde el 2016, para que se replantee su situación
BarcelonaDespués de dos años a la sombra de Claudio Bravo, Marc-André ter Stegen se plantó en las oficinas del Barça en Aristides Maillol con una oferta del Manchester City bajo el brazo. Era el verano del 2016 y el alemán sorprendió a todo el mundo con su determinación por amenazar con un cambio de aires sólo dos cursos después de su llegada. El motivo del ultimátum: no quería más temporadas alternando en la portería con el chileno, a quien Luis Enrique Martínez, entonces entrenador azulgrana, confiaba todos los partidos de Liga. Obligado a elegir, la entidad apostó por Ter Stegen, que en ese momento tenía 24 años y era uno de los porteros con más futuro de Europa. Por su parte, Bravo, nueve años más veterano, fue quien finalmente recaló en el primer City de Pep Guardiola.
Nueve años después de esta célebre secuencia de la historia reciente del Barça, ahora es Ter Stegen quien se siente amenazado por las circunstancias que le rodean. Si en el 2016 tenía una carrera prometedora por delante, ahora, tras una temporada casi en blanco por culpa de una grave lesión en la rodilla, ve cómo el club se ha movido para fichar a Joan Garcia, el portero de moda de la Liga, y para renovar un año más a Wojciech Szczęsny, el guardián de la portería de la portería azul. Los movimientos le han sorprendido y lo han contrariado; porque por primera vez en casi una década de absoluto monopolio –sin contar las lesiones– bajo palos, nota que le están moviendo la silla.
El alemán, además, no disimula el malestar desde que leyó la voluntad del Barça de invertir en un guardameta titular este verano y las filtraciones sobre una posible venta que salieron tras la reunión de junta de la semana pasada. Tampoco es ajeno a la masiva campaña en la red X que pide su salida a través de la etiqueta #TerStegenOut. Así lo demuestran sus palabras desde la concentración de la selección alemana, donde al fin tendrá la ansiada titularidad debido a la renuncia de Manuel Neuer. "Nadie me ha dicho nada y desconozco la situación. Sé que estaré en el Barça la próxima temporada", despachó Ter Stegen, que a la vez mandó el desdén para referirse a sus actuales compañeros de posición: "Ahora sólo somos Iñaki [Peña] y yo". Es decir, no reparó en la más que probable salida del guardameta alicantino y directamente se olvidó de Szczęsny, que jugó las semifinales de Champions y los partidos decisivos de Liga cuando él había esprintado para recuperarse.
Los motivos del Barça para mover cosas a la portería
Precisamente esta suplencia –tras varias apariciones públicas para declarar que ya estaba lista para jugar– generó mala marejada en el tramo decisivo de la campaña. "Nos hemos jugado la temporada con Marc con cara de manzanas agrias", concluyen desde el vestuario del Barça sobre la poca tolerancia de Ter Stegen a ser suplente. Además, internamente hay quien vincula las ganas de jugar del alemán con el bajón del rendimiento de Szczęsny sobre todo en las semifinales de la Champions contra el Inter de Milán. Aunque esta actitud no ha gustado en nada a la comisión deportiva, si el alemán ya no es intocable es también por una cuestión de rendimiento, ya que los parámetros de sus actuaciones –aparte del juego con los pies, su principal fuerte– ya no le convierten en uno de los cinco porteros más decisivos del continente. Algunos paran mucho más, incluyendo al veterano Szczęsny y al prometedor Joan Garcia, que es el mejor de la Liga en este sentido.
Consciente de que difícilmente Ter Stegen soportará una competencia feroz –con Garcia o alguien que no sea Iñaki Peña– a un año y pico de lo que podría ser su primer (y último) Mundial, el Barça ha activado toda la maquinaria para sacudir fuertemente la portería. La tormenta es perfecta para provocar una fuga del alemán, que además dejaría un pequeño pellizco en forma de traspaso y liberaría una ficha importante. Tiene contrato hasta 2028, mercado para explorar y suficiente hambre para dejar dinero en la caja.