Florentino, Guti, el cuerno vikingo y la herejía

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Florentino Pérez en el palco del Santiago Bernabéu

Son únicos. Son un ejército infalible, sin fisuras. Por eso son lo que son. Los acompaña un aura mística. Su relato es incontestable. El único objetivo es ganar y la victoria, la gloria, borrará todas las dudas del camino, todas las contradicciones.

Se ha dicho casi todo de lo que sucedió en el Bernabéu el domingo. Pero todavía me resuenan los comentarios del partido de un ilustre madridista. Seguí el partido de los blancos por televisión, con los comentarios de Guti. El ex jugador fue contundente a la hora de valorar todas las decisiones del VAR que han generado la polémica actual. Todas eran clarísimas. En todas la decisión final fue acertada. Ni una brizna de duda. Guti dominaba la escena. Se apoderó del relato desde el primer momento. Guti dictaba sentencia. Lo mismo que ocurría sobre el césped entre Hernández Hernández y Hernández Maeso y que se repetía en la cabina de retransmisión.

Es su manera de concebir el fútbol. La vida, probablemente. Desacomplejados. Seguros. Algo soberbios, incluso. Todo el madridismo, al son del cuerno vikingo de Florentino Pérez, salió a repetir el mismo mensaje: el VAR hizo justicia. El titubeo es una herejía. Nadie puede apartarse del discurso del presidente, que tiene su brazo armado en los vídeos de Real Madrid TV que señalan a árbitros y enemigos. La verdad absoluta es suya. El mundo es un contubernio que ataca al club más poderoso del planeta.

Las vomitivas piezas de la cadena blanca son lo que realmente piensa su presidente. Y nadie ha sido capaz de pararlo. La mejor Liga del mundo... Qué fácil es sancionar a los actores de este juego, a los futbolistas y entrenadores, por criticar a los árbitros, mientras que es imposible sancionar a estos altavoces de odio. Florentino, que de dinero sabe, ¿dejaría que un producto como Real Madrid TV perdiera decenas de millones de euros como ocurre ahora? Nunca, pero es un dinero bien invertido por toda la presión que aboca sobre la competición.

Pero vuelvo a las palabras de Guti. Su tono firme contrasta con la actitud de los comentaristas que se eligen para analizar al Barça, todos ellos ex jugadores culés. Estos suelen ser más críticos con el conjunto azulgrana, más cuidadosos a la hora de hacer según qué aseveraciones. Hay más dudas, quizás también más temores. A mí, seguramente, en su lugar, me pasaría lo mismo. Sería incapaz de cerrar filas cuando el cuerno supremo suena. Forma parte de lo que eres, de lo que has vivido, de nuestros propios complejos. Son dos formas de entender el fútbol –legítimas– que probablemente cuentan la historia e idiosincrasia de las dos entidades.

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