PRIMERA DIVISIÓN

Baile histórico del Girona en Mestalla para confirmar el tercer puesto

Un sensacional Savinho y el olfato de Dovbyk cierran con goleada una temporada irrepetible

Míchel y Savinho, encajando las manos
19/05/2024
3 min

GIRONAFue rematar al fondo de la portería y salir corriendo hacia Míchel. Savinho, una de las sensaciones de la Liga y, por supuesto, del Girona, tenía bien presentes las palabras de su entrenador la semana pasada, en el césped de Vitoria, segundos después de cambiarlo tras desperdiciar un montón de ocasiones en un partido en el que los gerundenses deberían haber goleado, pero que les empataron en el noventa y nueve. Míchel, con cuidado, le dijo que no podía desperdiciar según qué disparos. Que, con su potencial, el brasileño debe marcar más goles de los que marca. Lo hizo agarrándole de los hombros, mirándole a los ojos. Savinho, arrepentido, pidió perdón ante los micrófonos. "Lo siento, he fallado tres clarísimas".

"Tiene diecinueve años, pero puede ser una estrella mundial. Ha hecho una temporada increíble, pero deseo que haga más. Hay que obsesionar con la finalización: ha marcado ocho goles, pero podía haber hecho quince. El quiero con ambición y autocrítica. Le recordé que era muy bueno, pero que no podía salir del campo feliz si no había marcado". En Mestalla, cuando el balón besó la red, la carcajada le delató. Savinho, que aparte de tener talento tiene los pies en el suelo porque tiene la cabeza bien amueblada, ha captado el mensaje de Míchel, que también sonreía mientras se fundían en un sentido abrazo para celebrar el 0-1. No exageran nada los que dicen que puede llegar a donde quiera.

Era el 0-1 a la media hora de juego para un Girona que quería salir de Valencia rozando la locura de los ochenta puntos, agotando las opciones de ser segundo y confirmando que la placa del tercer puesto llevaría su nombre. Con su 1-3 y la derrota del Atlético, lo selló. Porque ¿quién es el valiente que se atreve a decir que la tercera posición del Girona no es buena? En medio de los sueños húmedos que le han llevado a flirtear con una irrealidad inesperada, sentarse y analizar fríamente el espacio que ocupa tan sólo puede provocar orgullo y aplausos. Nada de reproches por no haber escalado un poco más.

Míchel juega todos los papeles del auca porque no es un entrenador normal. Es educador, padre, acompañante, líder y gurú de un vestuario al que ha convencido desde la honestidad de sus palabras. Los ha exigido cuando tocaba de la forma que tocaba. Siempre, buscando retroalimentar el crecimiento de un colectivo que este año ha reventado cualquier techo con un fútbol que pocos pueden presumir de haber practicado.

En Mestalla el Girona también brilló. Juegan de memoria, los rojiblancos. El premio a la intencionalidad llegó de la mano de Savinho, que dirigió el pie para hacer inmensa una asistencia de Tsygankov, que antes había puesto el miedo en el cuerpo a los valencianos con un disparo al palo. Canós, quien Gazzaniga le negó todo, respondió picando también en la madera un lío de Arnau, titular en ausencia de Miguel y Couto. Pero el partido era gerundense y, de hecho, si Mamardashvili no hubiera puesto la punta de los dedos al borde del descanso, Savinho habría marcado un doblete.

Dovbyk, sin Pichichi

Sentenciaría después de pasar por los vestuarios, con el gol veintiuno de Dovbyk este curso, que iguala el récord de Stuani en Primera División con el Girona. El ucraniano, que tan sólo tuvo que empujar una fantástica conducción de Iván Martín, se frotaba las manos pensando que lograría el Pichichi de la categoría. Pero se quedó con un palmo de narices cuando se enteró de que Sorloth, del Villarreal, había marcado un póquer de goles ante el Madrid. Supongamos que no se puede tener todo, y Dovbyk tendrá que recortarle un par de goles en la última jornada para serlo.

La goleada llegó con un intento de rechace de Yarek que el propio Dovbyk ya se disponía a azotar. Un 0-3 histórico para el Girona en Mestalla, maquillado por un penalti final aprovechado por Pepelu. El año es irrepetible.

  • Valencia: Mamardashvili, Foulquier (Thierry, 46'), Mosquera, Cenk (Gayá, 61') (Almeida, 72'), Yarek, Pepelu, Javi Guerra, Diego López, Canoso, Hugo Duro (Peter, 46') y Marino (Yaremchuk, 61'). Entrenador: Rubén Baraja.
  • Gerona: Gazzaniga, Arnau, Eric Garcia (Juanpe, 69'), David López, Blind, Aleix García, Yangel Herrera (Jastin, 73'), Iván Martín, Tsygankov (Portu, 69'), Savinho (Valery, 73') y Dovbyk (Stuani, 79'). Entrenador: Míchel Sánchez.
  • Goles: 0-1 Savinho (32'), 0-2 Dovbyk (58'), 0-3 Yarek, en propia (67') y 1-3 Pepelu, de penalti (84').
  • Árbitro: Cuadra Fernández (Comité Balear).
  • Tarjetas amarillas: Foulquier (26') y Thierry (92').
  • Tarjetas rojas: Ninguna.
  • Estadio: Mestalla, 36.138 espectadores.
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