Primera División

El Girona se aferra a la épica y mantiene el liderazgo (como mínimo) dos semanas más

Dovbyk y Savinho confirman la undécima victoria en trece jornadas del equipo de Míchel

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Los jugadores del Girona, celebrando uno de los goles del partido

GeronaNo hay palabras para describir al líder de la Liga, el Girona, que lo será (al menos) dos semanas más después de una nueva remontada. En Vallecas, los de Míchel han dado la vuelta a un mal inicio para, con goles de Dovbyk y Savinho, seguir ampliando su leyenda. Son días dulces para los rojiblancos que, a falta de aún el partido de esta noche del Madrid ante el Valencia, tienen cinco puntos más que los de Ancelotti. 34 puntos. 11 victorias en 13 jornadas. Aplauso eterno para un blog que ya empieza a sentir, de fondo, cómo se acerca el himno de la Liga de Campeones.

Quizá sea debido al peso de una historia con alegrías contadas, lejos de la euforia que hay instalada hoy en día en Montilivi, que al Girona se le considera un equipo de los grandes. Será por las tragedias que ha sufrido que últimamente se abona en la épica. Por los traumas, los descensos, el anonimato de décadas y décadas en Tercera División, con la cabeza vacía, incapaz de asomarse al fútbol profesional. Sin un duro en el banco y lleno de deudas, de vestuarios cerrados por impagos. Quién sabe si es por eso, que el Girona, ni en un momento de júbilo que sus aficionados no olvidarán nunca, tiene ningún partido tranquilo. Si en 93 años no ha tenido un respiro, ¿por qué razón debería tenerlo hoy?

Se llama personalidad, pero es grandioso comprobar cómo el equipo rojiblanco no se desmorona cuando cualquier otro tiraría la toalla. No se es líder de Primera División abandonando de entrada, claro. Ingenuos de nosotros, siempre nos da una lección. En Pamplona, ​​perdiendo 2-1, cuando Dovbyk hizo el 2-2, en vez de celebrarlo fue corriendo a por el balón dentro de la portería para que el juego se reanudara deprisa. Ganaron 2-4. Este mediodía, en Vallecas, cuando Álvaro ha adelantado a los madrileños en el minuto cinco, y cuando el Rayo los ha aplastado, bailándolos con una facilidad sorprendente, ha seguido insistiendo hasta salirse con la suya.

Y eso que les de Vallecas, la casa de Míchel, han impreso en el partido un ritmo muy elevado desde el principio, cuando Isi se ha inventado una asistencia que Álvaro ha enviado al fondo de la red. El Girona, el equipo que más puntos suma de la Liga mediante remontadas, ha encajado el golpe como ha podido. Contemplativos, los catalanes pudieron recibir algún gol más, sobre todo en una gran ocasión de Óscar Valentín. Gazzaniga lo ha impedido, así como Èric Garcia, superlativo y siempre en su sitio, cortando varios contragolpes peligrosos. Han sufrido, pero tampoco se podía esperar nada diferente ante un blog entrenado por Francisco, viejo conocido en Montilivi, pero que no tuvo suerte en el banquillo: en tan sólo un año perdió dos finales de play-off de ascenso. Falló los días claves, pero defendió bien el escudo y merece que le pasen cosas buenas.

La Liga no presenta rivales asequibles y menos para conjuntos como el rojiblanco, aunque se mire el resto de rivales desde la cima de la mesa. El Girona ha necesitado veinticinco minutos para volver a ser el Girona, y cuando lo ha sido, ha sido cuestión de tiempo. Todo el mundo ha maldecido a Dimitrievski, autor de paros memorables, como un gran disparo a Iván Martín. El líder de Primera movía el balón con la fluidez habitual, en espacios reducidos cada vez más hábiles porque el Rayo no podía estar en todas partes todo el rato. Dovbyk ha tenido dos ocasiones, una de las cuales escupida por Lejeune en la madera. El equipo de Míchel hacía méritos por empatar. Estaba defendiendo su posición de privilegio con una personalidad que se contagia.

Como seis goles en doce jornadas no era una carta de presentación suficientemente buena para el delantero ucraniano, ha tenido que marcar el séptimo, que le sitúa entre los pichichis del campeonato. Si se repasan los nombres, encontramos a Bellingham, Gerard Moreno, Griezmann o Morata. Es histórico que lo sea también Dovbyk, que, como Aleix Garcia, el primer jugador de la historia del club en ser llamado por la selección española, está recogiendo los frutos del trabajo bien hecho. El remate ha llegado después de una jugada individual de Tsygankov por la banda. Una semana más, la asociación ucraniana sigue brillando.

La madera salva al Girona

El Rayo ha agradecido irse a los vestuarios, porque el Girona ya le había superado. Pero ha devuelto la pesadilla a la segunda parte, como si fuera una tradición que debe ejecutarse obligatoriamente en cada principio. Dos balones al palo en un par de minutos, de Camello y Trejo, permitieron que a los de Míchel se les complicara aún más el mediodía. Gazzaniga ha hecho el resto, poniendo manos y pies en medio del alud.

Bien, el resto no, porque faltaba Savinho, a quien cualquier calificativo no le hace justicia. Es buenísimo, el brasileño, que ha rasgado todos los pronósticos. Con su gol y con su temporada. Volará lejos, no cabe duda. Yangel Herrera ha tenido el tercero, pero la madera, antes amiga, lo ha estropeado, dando pie a un final frenético, en el que el Rayo no ha empatado por un pelo. Incluso estos detalles sonríen a los de Montilivi, líderes con todo merecimiento.

  • Rayo Vallecano: Dimitrievski, Andrei (De Frutos, 78'), Mumin, Lejeune, Espino, Óscar Valentín, Unai López (Kike Pérez, 67'), Trejo (Nteka, 59'), Álvaro (Bebé, 78'), Isi y Camello (Falcao, 67'). Entrenador: Francisco Rodríguez.
  • Gerona: Gazzaniga, Arnau, Éric Garcia, Blind, Miguel, Aleix Garcia, Yangel Herrera, Iván Martín (Valery, 85'), Tsygankov (Yan Couto, 78'), Savinho (Portu, 85') y Dovbyk (Stuani, 78 '). Entrenador: Míchel Sánchez.
  • Goles: 1-0 Álvaro (5'), 1-1 Dovbyk (43'), 1-2 Savinho (65')
  • Árbitro: González Fuertes (Comité Asturiano).
  • Tarjetas amarillas: Miguel (13'), Álvaro (44'), Iván Martín (73')
  • Tarjetas rojas: Ninguna.
  • Estadio: Vallecas, 13.177 espectadores.
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